XXIV

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Debido al avanzado embarazo de Jimin, no pudieron tener una noche de bodas como cualquiera hubiese planeado, sin embargo, lejos de irse, el rey Min, se tendió en el lecho que compartiría desde ese momento con Jimin, un cambio que nadie sabía, era de suponer que ambos tendrían habitaciones separadas en la misma ala del castillo, pero Jimin había convencido al rey de que ambos se necesitaban para conciliar el sueño, así que decidieron dormir juntos, Yoongi no se negaría, era incapaz de hacerlo, porque lo que decía Jimin, no estaba alejado de la realidad, el rey dormía plácidamente en sus brazos.

Las decisiones que estaba tomando, creía que eran las mejore, un intermediario entre su vida como monarca y el amor de un hombre, estaba seguro que amaba a Jimin, como nunca antes había amado, era un amor que no se podía comparar, porque, aunque antes hubiese jurado amor eterno a su reina o alguno de los y las concubinas, no se comparaba en la medida en la que necesitaba a Jimin, parecía que este le daba la fuerza de respirar y seguir.

Acarició su cabello, sin dejar de mirar sus ojos color miel, la mano de Jimin se mantenía en su pecho, sintiendo en la palma los latidos de su corazón.

—¿Ocurre algo? Estas muy callado esta noche, ¿Es el bebé? ¿Te ha molestado? —preguntó llevando la mano con la que acariciaba su cabello a su vientre hinchado, acarició con cariño, dándose cuenta que esa noche su hijo estaba en completa calma.

—Estaba pensando—dijo con una ligera sonrisa—. ¿Las cosas cambiarán desde este momento?

—Ser rey es una gran responsabilidad—dijo asintiendo—. Pero estoy seguro de que lo logrará, tendrás a personas que te ayudará, yo entre ellos, por estos momentos es necesario que te tomes un descanso, el bebé puede llegar en cualquier momento y hay que estar preparados. No te preocupes.

Jimin bajo la mirada, atrayendo así la atención de Yoongi, quien con delicadeza tomó su mentón para levantar su cabeza. —¿Qué pasa? ¿Quieres decirme algo?

—El día de la coronación, yo vi a alguien...se llama Baekhyun, es esposo de uno de los guerreros que su alteza tiene al frente, nos conocemos desde siempre...yo...me preguntaba si usted podría permitirme...

—¿Quieres verlo? —preguntó con una ceja alzada—. ¿Es eso?

—Sí—asintió con temor de escuchar una negativa.

—Lo mandaré a llamar—suspiró—. Jimin, confió en ti, no me traiciones.

—Nunca lo haría mi rey.

Se acercó para abrazarlo, recostando la cabeza en su pecho, evitando así definitivamente su mirada, porque sentía que no si el rey le miraba con profundidad, sería capaz de ver lo que escondían sus ojos, una verdad que se negaba a creer.



















La oscuridad de la noche trajo consigo un sinfín de emociones de melancolía, dejó de lado el alcohol, para salir por la puerta trasera, se encaminó entonces al granero, a aquel lugar que se mantenía cerrado para los ojos de los curiosos, Taehyung estaba haciendo guardias nocturnas en el palacio, eso le daba tiempo.

Entró quitando las cadenas, abriendo con la única llave que había, entró con una menorá encendida, todo estaba en completo silencio, estaba atento alrededor, llegando a una esquina, ahí estaba un establo, dejo la menorá en el suelo, con cuidado, para abrir el candado que quedaba, una vez hecho, tomó las velas y alumbró el interior.

Un chico pelinegro estaba en el fondo, abrazando las piernas a su pecho, le miró con frialdad, aún estaba molesto consigo mismo, Namjoon sabía que su deber era asesinar a ese pueblerino, pero falló, y ahora lo mantenía cautivo, con el fin de ganar tiempo y tomar una decisión.

El Concubino Del Rey *Yoonmin/Taekook*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora