Jimin tocó con la punta de sus dedos la tela suave y lisa que cubría su cuerpo, era satisfactorio verse en esta, un hanbok color beige, con decoraciones en dorado y negro en las mangas y cuello, sus pies llevaban zapatos tan cómodos, que parecía que estaba caminando sobre un una alfombra de pétalos de rosas, se miró al espejo, Dahyung estaba detrás de él, esta acomodaba su cabello hacía atrás, manteniéndolo en su lugar con una peineta de fino oro sus ojos y labios estaban ligeramente maquillados, sus orejas mantenían dos pendientes de oro y sus manos anillos de diamantes y jade.
—Está listo mi señor—dijo su dama haciéndose hacía un lado mientras realizaba una venía con la cabeza.
Era el momento para conocer a los emperadores de la dinastía Tang, estos habían viajado desde China, para hacerle una visita diplomática al rey Min. Por días estuvo preparándose para ese momento, quería demostrar que era capaz de realizar labores que su rey le impusiera, que podía ser de confianza, la reina Seungwan había sido de gran ayuda, esta le explicaba con paciencia las cosas que tenía permitido hacer y lo que debía de evitar a toda costa, le enseño sus propios protocolos y los de sus visitantes, tratando de que así se minimizaran los accidentes que pudiesen ocurrir en sus manos, al ser un chico inexperto y maleducado.
Yoongi le había dicho que no tenía nada de qué preocuparse, le escuchaba reparar las reglas y le sonreía cuando lograba memorizar algo, cuando se equivocaba, se lo hacía ver con tranquilidad, su relación se estaba fortaleciendo.
Salieron de sus aposentos, los guardias que esperaban en la entrada hicieron una reverencia en cuanto le vieron, porque Jimin se había convertido en el favorito del rey, eso lo colocaba justo debajo del estatus de la reina, no había visto a los demás concubinos, pero intuía que no estarían contentos, sobretodo SuRan quien había sido revocada de su puesto de primera concubina y de SoYeon que ya no podía alardear ser la favorita, Jimin quería sentirse mal por ellas, pero la realidad era que no lo hacía, podía ser egoísta de su parte, pero estaba feliz de que el rey sólo acudiera a su habitación por la noche, incluso aunque no tuviesen intimidad, este llegaba y le abrazaba para dormir a su lado. Las semanas pasaban y su vientre crecía, en pocos meses podría dar a luz a un hijo de la realeza.
El palacio entero estaba bajo tensión, el rey quería que aquella visita fuera perfecta, por lo que las tareas se incrementaron para quienes servían el palacio, al igual que para quienes cuidaban que todo estuviese en orden en el pueblo y los alrededores, el miedo de equivocarse estaba latente, esa mañana DaHyun le había comentado lo cerca que estuvo el rey de ejecutar a uno de los cocineros por no estar haciendo bien su trabajo, para Jimin eso era excesivo, pero él no tenía ni voz ni voto dentro del palacio, al igual que los demás tenía que acatar las órdenes.
Los guardias lo condujeron a uno de los salones, en este esperarían a que les indicaran que los emperadores y su guardia estaban entrando al pueblo, por el mensajero que habían mandado esa mañana, sabían que no quedaba mucho tiempo para su llegada. Cuando Jimin entró, se imaginó ver primero a la reina, ya que esta tenía un serio compromiso con la puntualidad, en más de una ocasión le había llamado la atención por ser descuidado con los horarios. No se encontró a la reina, pero sí al rey y eso le hizo sonreír.
Yoongi lucía una vestimenta digna, una hanbock negro, en su cintura llevaba una cinta roja, bajo esta, una línea de detalles dorados, al igual que sus mangas y cuello, la corona de gran tamaño que estaba en su cabeza y dejaba dos tiras de cadena colgando a cada lado de su cabeza de oro, le hacían ver imponentes, tanto que Jimin se quedó en la entrada haciendo una reverencia.
—Mi señor, estoy aquí—dijo con inseguridad, ver al rey vistiendo como uno, hizo que sus dudas sobre si estaba haciendo lo correcto al estar en la reunión salieran a flote.
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El Concubino Del Rey *Yoonmin/Taekook*
FanfictionEl amor no era una maravillosa victoria sino un grito de dolor y desesperación. El rey de Silla, Min Yoongi, deseaba el cuerpo que tenía dueño, lo sabía, no podía poseerlo, pero tampoco podía sacarlo de su mente. Yoonmin TaeKook Namjin Hopemin M...