El pasillo que recorrían era angosto, húmedo y frío, debido a las piedras que le rodeaban, iluminado por antorchas que lejos de dar calor, sofocaban, Jungkook sentía el corazón en su garganta, estaba temeroso de ser descubiertos, pero, tenía sólo una cosa en mente, ver a Taehyung, asegurarse de que estaba bien.
Llegaron a un espacio un poco más amplio, en donde se encontraban las celdas, pasaron por algunas que sabía estaban ocupadas por algunos prisioneros de guerra o traidores, aquellos que habían fallado a la Corona. Namjoon le llevo hasta una que se hallaba en el fondo, la abrió, permitiéndole el paso.
—No tiene mucho tiempo—indicó con frialdad.
Jungkook no respondió, si no tenía el tiempo, no lo desperdiciarla con nada ni nadie que no fuese su amado, al entrar, sus ojos lucharon por acostumbrarse a la oscuridad, tan solo existía la luz que entraba de las antorchas del pasillo.
—¿Taehyung? —preguntó en voz alta, pudo reconocer la inestabilidad de su propia voz.
—¿Jungkook? —escuchó en el fondo, guiado por su voz y el sonido de las cadenas haciendo contacto con la piedra, se acercó.
Cuando estuvo cerca pudo verlo, se hincó frente a él y tomó sus mejillas, lo único que podía ver con claridad era la brillantez de sus ojos, lo prefería así, porque de verle dañado, posiblemente su corazón se partiría en miles de pedazos, junto ambas frente y se permitió llorar.
—Lo siento—susurró perdido—. Lamento haberte puesto en este lugar, Tae perdóname.
—No tienes nada de qué disculparte—llevo sus manos a la cadera del príncipe, luchando contra el peso de las cadenas alrededor de sus muñecas—. No llores, no quiero que enfermes.
—¿Cómo quieres que no llore, si te voy a perder? —negó apretando los dientes, mientras cada parte de su cuerpo temblaba.
—Escucha, tienes que buscar la manera de huir, si te quedas, no sé que sería de ti, Namjoon te ayudará.
—Me odia, por lo que te hice—sollozo contra su hombro—. Sin ti, no quiero nada, no podré sobrevivir.
—Tienes que hacerlo, tienes que vivir para proteger a nuestro hijo—llevó la diestra hacia su vientre hinchado donde acaricio con cariño—. Te dejaré algo mío, tienes que cuidarlo, debes sobrevivir.
Jungkook sollozo con mayor fuerza. —Jamás debimos conocernos.
—No digas eso—respondió con un nudo en la garganta—. Conocerte le ha dado sentido a mi vida, eres lo que más he amado, haría cualquier cosa por ti, incluso morir. No hemos hecho algo malo, amar no es nuestro pecado.
Jungkook no pudo responder, dentro de él tenía la esperanza de que Jimin convenciera a su padre de perdonarle la vida a Taehyung, sin embrago, sabia que eso podía ser imposible, su padre no era indulgente.
—Te amo Kim Taehyung—susurró contra sus labios—. Te amé desde el primer día que te vi y te amaré hasta el último día de mi vida, tienes mi corazón.
—Y tú tienes mi alma, te amo como no tienes idea—suspiró con melancolía antes de besarlo.
Un beso lento y tortuoso, uno cargado de dolor y el amargo sabor a la despedida, combinando sus lágrimas, y la inestabilidad de sus respiraciones. Era aquella la despedida más dolorosa que alguno hubiera experimentado, no podía ser comparada con nada.
—Mi señor es momento—dijo NamJoon con martirio al interrumpir aquella escena.
Jungkook se separó de Taehyung a regañadientes, este le dio un beso en la frente y no dejo de mirar sus ojos. —Te amo Jungkook—susurró—. Cuida de mí hijo.
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El Concubino Del Rey *Yoonmin/Taekook*
FanfictionEl amor no era una maravillosa victoria sino un grito de dolor y desesperación. El rey de Silla, Min Yoongi, deseaba el cuerpo que tenía dueño, lo sabía, no podía poseerlo, pero tampoco podía sacarlo de su mente. Yoonmin TaeKook Namjin Hopemin M...