❝ Y cuando se desencadenan, más de una trae el peso de las desgracias ❞
🌃 Parte dos de dos. Incluye los últimos dos arcos de la historia.
🌄 Más trama policiaca.
🌆 Drama, Love, Violencia, Angst.
|| KINTSUGI : Arte japonés donde se reparan objetos...
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Las probabilidades de que alguien entrara a casa durante la noche eran prácticamente nulas. O eso es lo que Yoongi hubiese dicho, si alguna vez siquiera se lo hubiese planteado. Pero no lo hizo. Nunca, con o sin Jimin, había llegado a pensar en la posibilidad de un intruso en mitad de la noche.
No estaba en su lado de la cama, así que supuso esa la razón por la que se despertó de pronto a las dos de la mañana. Jimin era el que solía dormir del lado que daba a los ventanales. Él siempre dormía del lado que daba a la puerta. "Ah, es porque nos quedamos dormidos en el lado del otro", fueron las palabras que pensó mientras se sentía despertar.
Sentía el contraste del calor de Jimin a su costado izquierdo. Su cuerpo estaba acurrucado contra su brazo, desnudo, y con las marcas que Yoongi había dejado ahí antes de que ambos cayeran rendidos bajo las sábanas. Había sido la primera vez que tenían sexo de reconciliación, y después del estresante día ninguno se había molestado en moverse o vestirse luego de terminar. Con excepción de Yoongi, quien se había levantado a apagar las luces y sólo tomó la caminata para acomodarse el pantalón deportivo que encontró doblado encima de los muebles.
Estaba durmiendo boca abajo, uno de sus brazos colgaba por la orilla del colchón y la sábana cubría la mitad de su espalda desnuda. "O quizá porque es una noche fría, y no estoy abrigado", supuso después.
Pero entre más despertaba, más sentía que algo no andaba bien.
Ante la inquietud de su lobo su olfato se agudizó. Lo supo porque pudo sentir a Jimin bañado en su aroma, y la esencia mezclada de ambos esparcida en la casa, no sólo en la habitación. Comenzó a sentir el olor que desprendía de un animal, probablemente Dolly. Después, el suavizante en la ropa limpia sobre el mueble. La fragancia a flores silvestres del aromatizante en el baño. Los tomates sobre el mostrador de la cocina.
Y entonces ese aroma.
Yoongi abrió los ojos de golpe.
Jimin despertó gracias al gruñido del alfa junto al repentino movimiento en el colchón. Alzó la mirada confundido, despertando apenas, desconcertado cuando se encontró con la mirada furiosa de Yoongi y su cuerpo haciendo de prisión sobre el suyo. Como un escudo. Como si quisiera protegerlo.
—¿Yo-Yoongi? ¿Qué ocurre?
—Shh. Shh.
Yoongi apretó la quijada. Alguien estaba en la casa, un intruso en su territorio. Y no sólo eso, era un alfa. Un alfa queriendo entrar a su hogar donde él y su omega, además, estaban durmiendo.
Para su animal salvaje, era la más grande provocación.
Los ojos de Yoongi no se despegaron de la puerta, esperando cualquier sonido o cualquier señal. Sus músculos tensos cubriendo el cuerpo de Jimin bajo el suyo. De pronto escuchó un pequeño ladrido.
—Quédate aquí —susurró al rubio, sin dejar de mirar la entrada de la habitación—. No te muevas, Jimin.
El omega asintió, viendo a Yoongi separarse de él y ponerse velozmente en pie. Jimin agarró la camisa de dormir que había estado usando la noche anterior y se la acomodó rápido.