11 ❀ Ve con ella.

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Jungkook no creía que algún día podría acostumbrarse a ese sentimiento

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Jungkook no creía que algún día podría acostumbrarse a ese sentimiento. Ese miedo de ser el causante de que todo se arruinara. No llevaba trabajando tanto tiempo como Namjoon, o Chanyeol, pero odiaba que cada pista alrededor del caso Father se sintiera como un castillo de cartas, listo para caer frente al más diminuto error. 

No sabía si esa sensación venía por su inexperiencia o era solo por lo que Father significaba en su vida. 

No importa, no debería pensar en eso ahora. 

Concéntrate.

Hoy estaban más preparados que la última vez, más preparados de lo que pudieron siquiera imaginar hace más de un año. Ahora tenían refuerzos, y seguridad adecuada. No estarían metiéndose a una cueva sin explorar a ciegas. Ahora sabían por qué estaban ahí. Sabían lo que tenían que hacer. Tenían un plan. 

Entrarían al club, y sacarían a esos diez omegas de ahí. 

No había manera de que lo arruinaran. 

—Hay un club en Ulsan llamado «El amanecer del diablo» —murmuró Ara, con la mejilla pegada en el barrote de su celda—. Se juntan ahí todos los miércoles como parte de las rotaciones. Si son cuidadosos y aparecen de sorpresa, podrán rescatar más omegas.

Jungkook continuó jugando con su vaso de whisky en la mano, en ningún momento bebiendo sorbo. 

—Entre los lacayos le llamamos casa verde. 

Llevaban días planeando el rescate. Después de haber hablado con Ara y contarle a Blackcat al respecto no habían tardado en organizar un equipo de la unidad de operaciones especiales, y ahora que al fin estaban ahí todo parecía andar a distinta velocidad de la usual. 

La música retumbaba en las paredes sudorosas. Las luces centelleaban en parpadeos que dejarían ciego a cualquiera que no estuviese acostumbrado a la intensidad. El club rebosaba de hombres y mujeres, ahogados en una diversión ignorante. Incapaces de siquiera imaginar lo que ocurría bajo sus pies. 

Namjoon estaba en la otra esquina del club, las luces apenas le tocaban más de una vez. Jackson, por otro lado, aguardaba en la salida, esperando en la fila de espera y haciendo tiempo. Sólo faltaban cinco minutos para la medianoche. 

—Tiene una cicatriz larga en la mejilla.

—Lo sé.

—Y ojos pequeños, de color marrón. Pómulos marcados y mandíbula fina, cuadrada. Labios tan delgados como el hilo —Ara bajó la mirada—. Tiene un lunar en el cuello, en medio de la garganta. Y un tatuaje pequeño aquí, sobre su clavícula: Dos ceros. Es pálido, pero por los años el sol le ha marcado la piel. Tiene las cejas gruesas. Mide uno con ochenta. No pesa más de noventa. Sólo de músculo. Su cabello es castaño, no negro. Brilla claro bajo el sol. Este año cumple 51. Es un Alfa. Tiene acento de Seúl, pero usa mucho el alemán —Ara levantó la mirada—. Y es encantador —finalizó, llena de seriedad. Por poco se le forma una sonrisa sarcástica en la boca—. Amable, hablador, gracioso. Father es... Esa mierda de hombre es encantador. 

02 || KINTSUGI: "Mi omega" || YM || ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora