❝ Y cuando se desencadenan, más de una trae el peso de las desgracias ❞
🌃 Parte dos de dos. Incluye los últimos dos arcos de la historia.
🌄 Más trama policiaca.
🌆 Drama, Love, Violencia, Angst.
|| KINTSUGI : Arte japonés donde se reparan objetos...
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Jaebum tembló en el frío de la sala, pasándose la mano por el cabello e intentando que sus dientes castañeando no fueran notorios para los demás. En el piso y con su bolso armado a su costado, el alfa volvió a apoyar los brazos en sus rodillas y cerrar los ojos, respirando profundo en la búsqueda de tranquilizar su ansiedad.
—Oye —Jaebum levantó la cabeza con el suave empujón, quedando frente a la rodilla que lo movió—, todavía queda media hora para las seis.
El alfa volvió a esconder la cabeza. —No estoy trabajando.
Escuchó la respiración del sujeto un momento más antes de notarlo alejarse.
—¿Y este qué? —le preguntó a los demás, dejándolo solo.
Jaebum inclinó la cabeza y miró la sala oscura, sin salir del escondite de brazos que se había creado. Desde que llegó no ha podido dormir en absoluto, y no porque el único sofá del lugar estaba siendo ocupado por uno de los gorilas que cuidaba del club. Ha sido una repentina noche larga.
—Pensé que ya no estaba visitando las casas.
Los otros tres estaban en la mesa redondeada, con una nube de tabaco sobre ellos y algunas botellas de alcohol alrededor.
—Llegó pasadas las diez —explicó otro, con un cigarrillo entre los labios. Ni siquiera se dio la molestia de quitar la atención de las cartas en su mano—. El pequeño Bummie necesitaba un lugar donde pasar la noche.
—¿Oh? —El que seguía de pie le echó una mirada—. ¿Y por qué?
Jaebum volvió a cerrar los ojos, apoyando la frente en sus brazos.
Con las puertas del restaurante ya cerradas, Jaebum hizo su camino a casa con paso lento y combatiendo el cansancio. Como buen viernes, todas las mesas estuvieron ocupadas hasta última hora. Ni antojos de comer le quedaban. Su cama, ahora, era su próximo y único objetivo.
Su celular sonó mientras estaba entrando, aunque se perdió la oportunidad de contestar. No se apuró en revisar el registro, a pesar de la curiosidad. Dejó sus cosas en el sofá y avanzó a la cocina, sin encender las luces. Frente a su vaso de agua, su celular comenzó a sonar otra vez.
Jaebum arqueó las cejas.
—¿Jungkook?
"Hola, Jaebum".
El alfa sostuvo su celular con su hombro, mirando en el refrigerador por una de sus botellas de agua.
—Hola —saludó de vuelta, entretenido—, ¿qué ocurre? No recuerdo la última vez que me llamaste por teléfono.
"Nada malo, lo prometo", Jungkook se rio al otro lado. "Con Namjoon iremos a beber después del trabajo. Estábamos pensando en invitar a los demás. La última vez que nos vimos fue en el matrimonio".
