16 ❀ Después de mucho tiempo.

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Jungkook se quitó el casco de la cabeza y miró hacia atrás, revolviéndose el cabello en la espera de que la camioneta de Namjoon apareciera por la esquina, a su siga

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Jungkook se quitó el casco de la cabeza y miró hacia atrás, revolviéndose el cabello en la espera de que la camioneta de Namjoon apareciera por la esquina, a su siga. Después de verla aparecer, se bajó de la moto y echó un vistazo alrededor. 

Era un barrio viejo y oscuro, con las paredes de los edificios descascaradas, ropa secándose fuera de las ventanas, grafitis gastados y basureros descuidados. La peste de orina y roedores muertos lo obligaron a arrugar la cara.

—¿Es aquí? —le preguntó Namjoon después de cerrar la puerta de su vehículo. 

Jungkook asintió, mirando el local de cuatro pisos con un letrero rojo que, a diferencia de plena tarde, durante la noche iluminaría mejor las calles. "Smoke after sex", escribía, con la silueta de un coctel al costado. 

Mientras avanzaban a la entrada Jungkook bajó la mirada a su celular, leyendo el mensaje que su nuevo amigo o amiga anónima envió por la mañana. El mismo que, además, había provocado que Namjoon se interesara por sus asuntos y decidiera acompañarle.

Trabajo en equipo y toda esa mierda.

—¿Qué decía el mensaje? —le preguntó Nam.

—Que Madame Fischer es una buena fuente de información, pero no deberíamos demostrarle que sabemos eso.

Tuvieron que conducir más de treinta minutos para encontrar el bar. Esperaba que valiera la pena, pero si no, al menos sabría al fin que no debía confiar en el número anónimo. 

—Entonces..., Fischer.

Jungkook asintió, cruzando la entrada junto a él. —El mensaje decía que su grupo solía estar en Daegu, pero que ella se ha mudado aquí hace un año —murmuró cuidadoso—. Sola, aparentemente.

—¿El grupo? ¿Qué grupo?

Jungkook miró a su hermano mayor, alzando las cejas. —Eso es lo que vamos a averiguar. 

Dentro no había rastro de ventanas, la iluminación dependía de la luz de la entrada y las luces en las paredes. Ninguna mesa lucía disponible tampoco, todas seguían con las sillas amontonadas. Música baja se escuchaba desde los parlantes y no había nadie en la entrada aparte de las dos personas en el bar. Un hombre detrás de la barra y una mujer de pelo rojo, rizado, que se erguía sobre sus tacones a echarles una buena mirada. 

—Abrimos a las siete —informó ella, con voz áspera y ronca, víctima de quién sabe cuántos años de tabaco.

Por su expresión, Jungkook suponía que la mujer no los confundía por clientes.

Namjoon negó. —No venimos por tragos. 

La mujer lucía mayor de cincuenta. Sus labios rojos se estiraron en una sonrisa superficial, sin quitar la desconfianza de sus ojos. Mostró el fondo del bar sin mirar ella misma. 

02 || KINTSUGI: "Mi omega" || YM || ~MilaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora