Parte 7

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Entré a la discoteca; ya más animada por el show de luces que en este lugar se estaban dando. La música era animada y las personas la pasaban bien, esto mejoró un poco mi ánimo, aunque no lo suficiente como para bailar, así que solo me senté en uno de los taburetes y pedí una soda. De hecho este plan estaba resultando mejor de lo que esperaba.

Me encontraba mucho más relajada. De repente, sentí una sensación rara, me entraron unas ganas inmensas de mirar hacia mi derecha, como si supiera que había algo allí y no lo pude evitar, simplemente lo hice; miré y miré, pero no logré ver nada fuera de lo normal, así que decidí seguir con mi soda y disfrutar de la noche.

Mi sensación de confort no duró mucho, esas ganas de observar todo no cesaban. No pude evitar concentrarme en 3 chicos sentados exactamente en los taburetes a mi derecha, no me percaté cuanto tiempo llevaban sentados allí, pues hace menos de 5 minutos no estaban; mi curiosidad era tal que no pude tan siquiera intentar disimular el hecho de que me encontraba intrigada por ellos.

Eran 2 chicos y 1 chica, la chica era la que se encontraba más próxima a mí, ella tenía el cabello negro azabache muy largo recogido en una trenza a un lado, y unos ojos negros como la noche, era delgada pero se veía atlética, y tenía puestos unos jeans ajustados, una chaqueta de cuero, y botines de cuero, la hacían ver ruda, aunque sus facciones no lo eran.

Uno de los chicos, el que se encontraba más cerca, tenía el cabello castaño y rizado, no podía distinguir muy bien el color de sus ojos debido a la falta de luz y a lo lejos que se encontraba, pero parecían entre azules y verdes. Cargaba asimismo una chaqueta de cuero y jeans negros, y botas de combate. Se veía muy apuesto.

El último chico no lo pude identificar muy bien pues se encontraba más lejos y los otros dos chicos no me permitían observarlo bien.

Repentinamente noté que la chica me veía directamente, sentí que la sangre se acumulaba en mis mejillas, imaginé que debía estar de un rojo violento. Desvié la mirada rápidamente, pero fue tarde la chica a mi derecha me miraba fijamente. Sentí claramente el peso de su mirada sobre mi, lo que me incomodó un poco.

Oí un murmullo a lo lejos me volteé y noté que era la chica diciéndome algo, pero a causa de la música no la escuché:

—¿Qué? —Grité hacia la chica, pues no la había escuchado.

—Dije, que ¿Cómo te llamas? —Gritó asimismo la chica acercando su taburete aún más al mío.

—Oh, amm... —Titubeé un poco, pues recordé que Jael me había advertido de no hablar con nadie, pero... en aquellos momentos en realidad no sabía si confiar en ella era seguro, además platicar con alguien un poco no me haría daño ¿o sí? —Me llamo Eideen, Eideen Stevens.

—Ohh... Que sorpresa —Dijo la chica, pero parecía de todo menos sorprendida —Un placer— dijo ella con un brillo en sus ojos que no pude identificar

—Igualmente...

—Y... dime ¿eres nativa de aquí? —Dijo tratando de iniciar una charla, lo que no me molestó

—No, nací en Carolina del norte, pero estoy viviendo en Washington con mi madre y mi hermano...

—Y... ¿qué hay de tu padre? —Preguntó

—Bueno él... —La pregunta me hizo sentir incomoda en muchos sentidos

—Ohhh —Dijo ella como si ya supiera que había tocado un tema delicado- Lo siento mucho. -Expresó sus condolencias.

—No te preocupes, ya no me afecta tanto —Mentía, el tan solo hecho de que lo nombrara me hizo aguar un poco los ojos.

—Ok, como lo prefieras. Así que... ¿qué te trae por aquí?

—Vacaciones -Respondí, quería solo terminar con aquella conversación allí mismo, me había incomodado el hecho de que mencionara a mi padre, pero, por alguna razón que no podía explicar, no podía, había algo en ella, en todos tres, que me intrigaba y me daba una curiosidad extrema... —¿Y ustedes?

—Estamos aquí por trabajo...

—A ¿sí?, y ¿en que trabajan?

—Digamos que... Resolviendo cabos sueltos y pequeños problemillas aquí y allá...

—Interesante... —Dije aún más intrigada

—Si, además de divertido —Dijo nuevamente con aquel brillo que se fue tan rápido como llegó

De repente algo sonó en el bolsillo de su chaqueta, no lo sacó, pero supuse que era un recordatorio para algo, pues todos se levantaron de sus asientos al mismo tiempo, aunque no lo entendía pues la música era tan alta que no había manera de que ellos fueran capaces de escuchar aquel sonido.

—Me tengo que ir. —Se despidió la chica —Fue un placer, Eideen

—Lo mismo... —Entonces me di cuenta de que no sabía su nombre

—Sareth —Dijo ella como si hubiera leído mis pensamientos.

—Sareth —Asentí.

Entonces los tres se encaminaron para irse, no pude evitar seguirlos con la mirada. Mientras se iban noté que en realidad no iban por la salida, sino que tomaron una salida alternativa, la salida de emergencia. Esto me intrigó mucho, mis ganas de ir y seguirlos me estaban matando, pero nuevamente pensé en Jael, y en todo lo sucedido, y simplemente todo esto era muy raro; un poco de aventura no haría daño, además que era lo peor que podía pasar.

Que te secuestren y te maten o algo peor, solo obedece por una vez en tu vida, no hagas algo estúpido. Susurró mi subconsciente desde una esquina en mi cerebro. Pero la ignoré, no quería inquietarme por algo que realmente no era peligroso, a lo mejor y solo iban a una heladería o a encontrarse con un amigo.

Así que no perdí más tiempo, y prácticamente corrí hacia aquella puerta, no quería perder más tiempo.

Pasé empujando a la gente, y metiéndome entre ellos, me tropecé un par de veces pero llegué a la puerta, el corazón me latía a mil por hora, agarré el seguro con la mano temblorosa. Finalmente giré la manilla. Abrí la puerta de golpe, esperando que por alguna razón ellos estuvieran allá atrás o algo así... Pero no había nada.

Por un momento me sentí verdaderamente decepcionada, pero yo no era de las que se rendían, y no me iba a rendir en este momento. Así que evalué el lugar en donde me encontraba. Estaba en la parte de atrás de la discoteca, y no había nadie obviamente, muy poca luz y demasiado desolado, pensé en acobardarme pero las ganas de volver a ver a esos chicos y espiar lo que sea que estuvieran haciendo me pudieron, así que decidí dar a la vuelta por una esquina de la discoteca.

Iba corriendo cuando de repente algo o más bien alguien me detuvo en seco, me estaba agarrando por los brazos, no podía moverme, la desesperación me inundaba, el corazón me latía sin parar, en aquel momento me arrepentí de no escuchar a mi subconsciente, pero supe que no era el momento de lamentaciones. De repente sentí una energía enorme de la nada, la adrenalina me dio esa fuerza que necesité y me deshice de sus brazos, cuando me volteé, quedé sorprendida, era la chica, Sareth, era ella.

No podía moverme, era como si mis pies estuvieran clavados al piso, lo único que pude hacer era observarla con asombro. Ella ni siquiera parecía sentir algo de remordimiento. Recogí todo el valor dentro de mí y cuando me iba a echar a correr ella gritó:

—¡Agárrenla!

Todo pasó rápido, me volvieron a agarrar, me pusieron algo en la cabeza, una funda de tela y de repente todo estaba oscuro...

Hola mis queridos lectores una vez más aquí está un nuevo capítulo, espero lo disfruten y no olviden votar, para así subir en los puesto en el área de fantasía, y poder hacer crecer esta comunidad, muchas gracias por leer, y tampoco olviden comentar qué les pareció este capítulo, o lo que no les gustó, Besos.

The Key: UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora