Parte 10

325 19 0
                                    

Trisha, el nombre resonó en mi mente.

Si me hubieran dicho que esto me pasaría hace tres días, probablemente me hubiera reído a carcajadas. Pero no, esto estaba pasando aquí y ahora, y no era nada gracioso.

No podía creer nada de esto, no podía tan siquiera imaginarme un mundo en que eso fuera tan mínimamente cierto. Me quedé mirando a la nada, no tenía nada que decir, solo trataba de asimilarlo. ¿Demonios? ¿Demonios BUENOS? esto era de locos.

– Quiero que veas algo. –Dijo Jael de pronto ella se tocó la muñeca, y en un abrir y cerrar de ojos, ya no tenía a Jael frente a mí, en vez de ella, se encontraba un chica, alta, pelirroja, su tez era blanca, tenía los ojos hermosos, uno azul eléctrico y el otro color miel; entonces la reconocí. Era ella, la chica de mi sueño.

No pude contener mi sorpresa, mis ojos se abrieron como platos, y mi mandíbula cayó. Pero no duró mucho así. Frente a mis ojos vi como Jael volvía a ser la misma en un abrir y cerrar de ojos.

–¿Q-Que ha sido eso? –pregunté sorprendida, en shock, tantos sentimientos que iban y venían tan rápido

–Esa soy yo, Valentina es mi nombre –Afirmó Jael

–¿A qué te refieres? –Pregunté. La confusión y la sorpresa me invadieron, no podía terminar de asimilar una noticia después de otra...

–A que esta no es mi apariencia natural, ni esta soy yo en realidad–Afirmó señalándose a sí misma–La que viste hace unos segundos, esa soy yo; así como también la "tú" que ves, no eres tú realmente.

– ¿Entonces... quién soy yo? –Respondí realmente confundida, ¿acaso yo no era yo realmente? La incertidumbre de saber tanto y al mismo tiempo no saber nada me estaba inundando.

No espero que entiendas todo de una vez , poco a poco puede que vayas recordando, o cuando regreses a tu cuerpo. –Explicó ella

–¿Cuando regrese a mi cuerpo?, quieres decir que ¿de qué rayos me hablas?

–Mira, hay una razón por la que ambas estamos aquí, estamos en una misión.

–¿Misión? ¿Para qué?

–Hay una razón para todo, siempre me has dicho para qué normalmente vamos de misión, esta vez no me lo has querido decir, no sé porque... –Respondió mostrando verdadera confusión en su rostro.
-Jael... (o Valentina) a que te refieres? No entiendo nada -dije casi en un lloriqueo al borde de enloquecer
-Trisha -gesticuló lentamente, el nombre retumbaba en mi mente -somos Auxiliums nosotras formamos de un ejército que cuida al mundo de demonios, verdaderos demonios, de esos que logran que países como Siria y Pakistán entren en guerra, demonios que solo manipulan y susurran en los oídos de las personas, esos que hacen que un esposo asesine a su esposa o que un hijo golpee a su madre. Jael y Eideen son solo fachadas en las que estamos para este oficio... estas vidas -dice señalándose a sí misma- No somos nosotras...

–Yo... tienes una idea de lo confuso y disparatado que es lo que me dices ahora? Mi mente... mi cabeza –Aunque según lo que Jael-Valentina decía esta resultaba que tampoco era mi cabeza– estaba explotando...

–Lo sé, como te dije antes, no espero que lo entiendas todo, pero que hagas el intento, de todas maneras, los sueños seguirán viniendo y podrás entender un poco más. Poco a poco comenzaras a recordar de tu verdadera vida y entenderás que esta solo es una misión más, no te preocupes.–Explicó mientras me daba una mirada que se dividía entre lástima y compasión

–Acompáñame –Dijo mientras nos conducíamos a un espejo gigante localizado en una de las paredes.

Me posicionó frente al espejo y tocó mi pecho, sentí un leve cosquilleo y luego no pude creer lo que estaba viendo.De repente la que se encontraba allí no era yo, era alguien completamente diferente, un chica alta, de cabello negro como la noche, sus ojos... uno verde y el otro azul, estaba vestida con ropa de cuero, chaqueta, pantalones y botas de combate. No me reconocía y dude de si aquella era yo. No podía creer lo que veía. Esa nariz respingona y esa boca perfectamente formada no era yo.

–Sí, esa eres tú –dijo Jael con una gran sonrisa, parecía orgullosa y... ¿algo nostálgica?

–Soy... hermosa –dije verdaderamente sorprendida, Jael rió fuertemente. Sacó su mano de mi pecho y volví a ser la misma Eideen de siempre, no pude evitar sentirme desilusionada, una parte de mi quería ser esa chica del espejo otra vez., no quería ser la misma castaña deshilachada, con esos insípidos ojos cafés.

–Cuando... digamos, cuando seré yo misma otra vez –decir aquello se sentía raro, no pude haberme imaginado ni en mil años.

–Pues normalmente vuelves a tu forma original una vez que concluyes la misión o si tienes el poder... antes. La memoria irá regresando a ti de a poco, claro que no todo, eso lo recordarás cuando seas tú otra vez o como mencioné antes, si tienes el poder, la recuperarás en su totalidad.

– ¿En qué consisten estas misiones que me dices?
–Pues estas varían, a veces se trata de misiones cortas, ya sabes demonios rebeldes, o alguno que quiere "Dominar el mundo", misiones que puedes hacer sin necesidad de tomar la identidad de otra persona –dijo haciendo un movimiento de mano quitándole importancia al asunto –simplemente en nuestra forma natural. Esta clase de misión que estamos haciendo ahora, es una especial, rara vez tenemos una así, quise saber para qué era, pero -rasca su cabeza con confusión- no me lo dijiste. Aunque... para que hayamos tenido que hacer estos cambios, tendría que ser una muy importante.
Esta situación me llenaba de intriga, trataba de hurgar en mi mente pero no venía nada, y se me vino un pensamiento a la mente.

–Espera... me estás diciendo que, ¿tomamos la identidad de una persona? Le robamos su vida, ¿es eso? –pregunté sintiéndome verdaderamente mal

–¡Oh, no!. –Exclamó Jael –Digamos que las verdaderas, Jael y Eideen están... digamos... en un simulador, por así decirlo. Es decir, ellas piensan que están viviendo sus vidas normalmente. Nosotras llevamos tomando su identidad un año, pero tenemos todas sus memorias, es por eso que lo sientes tan real, pero estas no son nuestras vidas, Trisha.
Sentí muy raro cuando me llamó de esa manera–Poco a poco recordarás y al fin volverás a ser mi Trisha otra vez.

–Oye, esas personas que intentaron secuestrarme, ¿son demonios? –Pregunté mientras el recuerdo vívido de aquel casi secuestro me llenaba la memoria

–Sip –Dijo ella
La especie llama, Recordé cuando Sareth lo había dicho, ahora lo entendía...

–No sé por qué pasó, hay que investigarlo... Lamento eso –Se disculpó mientras ladeaba la cabeza de un lado al otro

–Aún no me acostumbro a la idea...

–¿A ser secuestrada? –Preguntó a modo de broma

–Eso no tonta –Reí –a lo de ser demonio y eso...

–A mí también me tomó tiempo, ¿recuerdas aquella semana en la que falté a clases una semana?

Sí, efectivamente, lo recordaba, tres semanas atrás, Jael había faltado una semana al colegio, y había dicho que solo era gripa, la había ido a visitar, pero no me había recibido, no quería hablar con nadie, luego de eso, todo había vuelto a la normalidad. No le había dado demasiada importancia.

–Así que era eso...

–Sí, mira, se que surgirán nuevas preguntas mientras recuerdes de a poco, yo estaré aquí para responderlas.

–Esto es tan confuso.No sé porque, ni como, pero mi vista se desvió a un reloj ubicado en la pared.

Las 11:30, diablos, Jamie! Mamá me mataría..

The Key: UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora