Parte 15

326 12 4
                                    

Instantáneamente, sentí como toda la sangre se me iba al piso. Si ella llegaba a decir una palabra, toda, absolutamente toda mi misión estaba arruinada, incluso podría perder mi trabajo.

Pero en un par de segundos aquel miedo que sentía se convirtió repentinamente en furia. Una insignificante muchacha no iba a arruinar todo por lo que había estado trabajando.

La agarré del cuello y la estampé contra la pared. Me acerqué a su oído y le susurré muy claro para que pudiera entender.

-Escúchame y escúchame bien, tú, insignificante criatura no me vas a arruinar, ni vas a decir nada, porque con un par de llamadas puedo arruinarte a ti también y a tu familia, por lo tanto, mejor te quedas callada que te ves menos perra. -Advertí.

-Suéltame -Dijo con un hilo de voz, mi mano la estaba ahorcando, estaba poniéndose azulada.

Apreté con más fuerza y luego la solté. Tosió en busca de aire y me miró con algo de miedo y después con desprecio.

Me di la media vuelta y me dirigí al auto de mi madre, claro, antes me despedí de la señora Miller y de Robert, quien me guiñó un ojo. Sentí un gran odio y repugnancia hacia él nuevamente.

Nos subimos al auto y todos suspiramos al mismo tiempo. Había sido una noche agotadora.

-Nos ha ido bien eh? -Suspiró la Sra. Stevens.

-Así parece -Acertó Jamie.

-¿Qué piensas? - Preguntó dirigiéndose hacia mi

-Estuvo bien -Dije. Aunque pensaba completamente diferente. Había sido horrible.

Llegamos a casa y me dirigí a mi habitación, me quité la ropa y me puse mi pijama. Y caí en un sueño profundo. Esta vez sin nada de sueños, en paz...

A la mañana siguiente desperté, me cepillé los dientes, me vestí con unos jeans negros y una blusa ligera negra, y obligatoriamente tuve que usar sandalias, pues el clima estaba demasiado caliente.

Salí de mi habitación y me dirigí al comedor.

-Buenos Días mamá -Saludé.

-Buenos dias Deen -Saludó ella de vuelta. Ese era mi apodo, Deen. Lo odiaba, y no porque hubiera descubierto una nueva personalidad, siempre lo había odiado, o bueno, en mi mente había sido así.

-¿Volvemos a la vieja costumbres otra vez Deen? -Se burló, refiriéndose a que la Sra. Stevens me había llamado así y odiaba aquel apodo.

-Calla -Murmuré malhumorada.

Me senté a la mesa a desayunar, es alentador cuando tienes en frente unos huevos fritos, jugo de naranja y una rebanada de pan. El típico desayuno Americano.

Con fuerzas renovadas me levanté de la mesa, agradecí  y me dirigí a mi habitación.

-Má -Grité desde las escaleras -Hoy saldré con Jael.

-Ok -Gritó ella de regreso.

Entonces llamé a Valentina.

-Hey Trish -Saludó

-Hey Milisk -Reí, casi podía visualizarla poniendo los ojos en blanco.

-¿Salimos hoy? -Preguntó

-Sí, vamos de nuevo al parque de ayer -Aún tenía algunos asuntos que resolver con Haldof

-Ok -Dijo pensativa. Supuse que ya se le estaba haciendo sospechoso que fuéramos al mismo lugar dos veces seguidas y en tan poco tiempo, pero no importaba, esto era importante. -Te voy a ver en 10 minutos.

The Key: UnknownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora