Capítulo 10 | Malas noticias

484 104 116
                                    

''Me despierto y ya te tengo ganas
Con sueño y con mala cara 
Y pensando y sin pensar.''
La noche me resbala. Sr. Trepador.     

En cuanto vuelvo en mí me encamino directa a la arena intentando alejarme desesperadamente de Liam Ackerman, aunque no tarda más de un minuto en alcanzarme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


En cuanto vuelvo en mí me encamino directa a la arena intentando alejarme desesperadamente de Liam Ackerman, aunque no tarda más de un minuto en alcanzarme.

—¿Qué te pasa, Em? —pregunta buscando mis ojos con preocupación.

—¡¿Qué qué me pasa?! Que estoy harta de esto —exclamo señalándonos a ambos—, que me tratas fatal y de un momento a otro pasas a ser un ángel caído del cielo. No entiendo nada y me estoy volviendo completamente loca. Además, aún no estoy preparada para tener una relación.

—¿Qué relación? —contesta contrariado, como si solo se hubiese quedado con esa última frase de todo mi discurso.

—Pensé que... —Comienzo a decir ruborizándome.

—Pensaste mal —afirma clavando su mirada en la mía con frialdad—. Esto solo ha sido un poco de diversión, pensaba que sabías que yo no salgo con nadie.

El nudo que tengo en la garganta se va haciendo más y más grande con cada palabra.

—Y prácticamente te has tirado a mis brazos —concluye pasándose la mano por el pelo aún mojado y sin ningún tipo de remordimiento.

No puedo contener las lágrimas y evito que Liam me vea llorar dándole la espalda. Siento un dolor insoportable dentro de mí y mi mente no para de repetirme una y otra vez lo imbécil que he sido al pensar que Liam y yo podríamos ser algo más. Aprieto los dientes con fuerza y comienzo a recoger mis cosas, mientras veo la sombra de Liam proyectarse sobre la arena. Por suerte ya he conseguido dejar de llorar, aunque me sienta como si me hubiesen dado una paliza de muerte.

—Eh, Em, siento si... —Comienza a decir Liam, pero le interrumpo.

—¿Sabes qué? Tienes razón, he sido una estúpida pensando que podía haber algo entre nosotros. A partir de ahora para mí serás solo el ayudante de mi padre, y nada más—. Sentencio y noto una punzada de dolor en sus ojos.

Liam me ayuda a recoger todo lo que hemos traído a la playa y nos dirigimos hacia el coche sin decirnos ni una palabra. Él hace el intento de abrirme la puerta del coche pero me adelanto y me la abro yo misma, por lo que tiene que retroceder y rodear el coche hacia el asiento del conductor.

El trayecto hacia casa es desesperante, la tensión se puede palpar entre nosotros como si fuese un globo hinchándose a punto de explotar. En cuanto Liam se detiene frente a la entrada, me bajo del coche aún en marcha y en menos de un minuto llego a la puerta principal, deseando subir a mi habitación y encerrarme en ella. Por desgracia, aquel deseo se desvanece por completo cuando abro la puerta y me encuentro a mi padre, a Madeline y a su irritante hija esperándonos en el recibidor.

Necesito que me creasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora