Veintitrés

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Hermione

— ¡Ginny! — Exclamé enojada ante la negativa de mi amiga — Es un concierto de pop, no te lo puedes perder.

— No me gusta — Subió a su moto y se colocó el casco — Lleva a Neville o a tus primos. Yo no quiero.

Dicho eso me aparté y ella salió manejando del estacionamiento de la universidad.

— ¡Diablos, nadie tiene tiempo! — Le grité al aire. — ¡Pero yo sola puedo ir a divertirme!

Escuché una risa divertida a mis espaldas — Dudo que las camionetas puedan responder a tus gritos, Hermione.

Giré hacia él. — Draco ¿tienes tiempo el fin de semana?

— Durante las noches estoy libre. — Respondió un tanto confundido.

— Genial, paso por ti a las 7pm — Sonreí. — No te pongas nada formal, iremos a un concierto de música Pop, algo de rock también.

Ni siquiera esperé a que aceptara o me preguntara por el artista.

Así que no me molesté en buscarlo o mirarlo durante la semana, estaba emocionada y saltando en un pie, llegado el día pasé por él.

— ¿Me dirás a dónde vamos? — Me preguntó en cuanto estábamos en el ascensor.

— A un concierto de CNBLUE, es su primera gira mundial y estoy que salto en un pie. — Sonreí, y vi su rostro lleno de confusión. — Es una banda coreana, y digamos que mi amor imposible está ahí.

— ¿Amor imposible?

Asentí — ¡Lee Jung Shin! Es tan simpático, es hermoso.

— Harás que me ponga celoso, por lo general mis citas hablan de mí, no de otros. —Parecía ofendido, pero en verdad estaba bromeando, lo sabía por la arrogancia en su voz.

Reí mientras salíamos del ascensor, le tomé de las mejillas — Tienes suerte de que me gusten los rubios. — Me apoyé de su brazo. — Por lo general a mis amigos no les gusta la música que a mí me encanta, así que cada que los invito a los conciertos se inventan deberes. Por eso no los llevo tampoco a Tomorrowland.

— Vaya, así que te gusta la música electrónica. — Subimos a su camioneta. — He ido cada año, me daba una escapada, pero en estos dos últimos años no pude viajar para allá ya que estoy trabajando en mi doctorado.

De la emoción casi estrellé la camioneta, era difícil encontrar alguien con mis gustos. — ¡Vamos justos este año! Antes iba con mi madre, y yo me lo perdí el del año pasado por el luto, pero si tú quieres...

—Hagámoslo— Sonrió y yo me sonrojé, notó el doble sentido de sus palabras. — Es decir vamos juntos y llevemos a mi cachorra, no podría dejarla.

— Draco, creo que la manera difícil de conquistarme te va a resultar fácil, solo falta que me digas que amas el Rock and roll y me caso. — Aproveché el semáforo para sonreírle y su mirada era claramente una afirmación de que le gustaba — ¿En serio te gusta? ¡Jo! Vamos al registro civil. Aunque debí sospecharlo la vez que fui a tu casa estaba sonando una de mis favoritas.

— Que atrevida, proponiéndome matrimonio sin salir a una cita. — Su voz estaba seria, pero era claro que estaba buscando que me sonrojara.

— Estamos en una cita, ahora vamos al concierto a cantar en coreano. ¿recuerdas? — Le di un guiño.

—Hermione, por un momento casi te digo que sí me quería casar.

Reí más fuerte — Ya sé, soy una belleza irresistible. Todos quieren casarse conmigo.

Al llegar al estadio, desabroché mi cinturón, pero no salí. — Quiero pedirte algo, Draco.

— Pídelo.

— Bésame, necesito un beso para saber si mi maestro es diestro en esa área — Me mordí el labio inferior al intentar provocarlo.

— ¿Estás segura? Yo no creo que sea apropiado... — Estaba dando pretextos o trataba de ser un caballero.

— No seas miedoso, cada que me ves no sé si es a mi lunar o a mí a quien quieres besar, yo no...

Puso sus manos grandes en mi barbilla, inclinó mi cabeza hacia atrás y comenzó el viaje que llevaría sus labios con los míos. En cuanto sus labios finalmente me tocaron, agresivos y suaves, una explosión de colores, luces y calor me inundó. Sentí como si realmente flotara y la única cosa que me mantenía al suelo eran sus brazos a mi alrededor. No estaba esperando aquel tipo de beso. No que fuera a reclamarle, lejos de eso, estaba extasiada con la manera posesiva y urgente como exploraba mi boca, los dedos enroscándose salvajemente en mis cabellos, como si tuviera miedo de que fuera a huir. ¿Cómo podría?

Los labios de Draco eran realmente suaves, eran voraces, hacían preguntas, exigían respuestas, para ver si pasaba el examen final, me presentaban una miríada de nuevas sensaciones. Era tierno y al mismo tiempo feroz, no quería que se detuviera. Sus dedos me acariciaban suavemente, y su lengua ágil, suave, húmeda, me llevaba al borde de un precipicio, y la caída parecía ser tan placentera como asustadora. Todo lo que yo quería en aquel momento era bucear en lo desconocido. Que me siguiera enseñando más y más.

Draco se enderezó, con el rostro serio, los ojos se oscurecieron como nunca había visto antes, era pasión lo que reflejaban.

— Vamos al concierto, antes de que me lo pongas más difícil y mi caballerosidad se vaya por el garete. — Su voz sonaba ronca.

Yo olvidé por completo el concierto. — Sabes eres un excelente maestro, no es mi primer beso, pero sin duda es el mejor que he recibido. — Traté de mantenerme serena, pero mi centro pedía atención y era mejor distraerme con el concierto. Y en medio de un gemido solté —: Eres MI maestro.

Mi Maestro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora