Treinta y tres

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Hermione

Creo que vivir entre hombres terminó por convertirme en uno, no tanto así, solo que no recuerdo haber estado antes interesada en el fútbol, en verdad no me importó hasta que tuve que vivir con Draco y ocasionalmente visitar a mi primo Fred, lo que me hacía tenerlos pegados frente a la TV viendo los partidos.

Entonces como odiaba no entender lo que ocurríaen el campo empecé a estudiar la historia del fútbol, cómo nació en distintaspartes del mundo, empecé a leer sobre las fechas del primer mundial de fútbol,cada partido y clasificatorias hasta la actualidad. En aquel momento Inglaterraclasificó al mundial Brasil 2014, por lo que fue inevitable que naciera eldeseo de viajar a Sudamérica. Gracias a mi memoria fotográfica pasé los exámenes del quinto semestre con éxito, todo mientras pensaba en fútbol y apenas terminaron las clases tomé un vuelo directo a Brasil. Habían dado con el sicario que trató de matarme en enero, el desgraciado se suicidó, mi papá vendió mi casa y en cuanto yo regresara me entregaría un nuevo hogar con personal de su confianza.

Así que viajé y estuve en el Arena Corinthians de Sao Paulo, en la ceremonia de inauguración, cantando de la mano de Draco, nunca me había sentido tan conectada con una persona y el parecía sentir lo mismo.

Debo admitir que seguí a mi selección a un país extranjero, no me importó que fuera eliminado y regresara a casa con tan solo un punto. Sí dolió, pero había otros equipos y nos quedamos para ver a nuestro favorito. Draco y yo viajamos por todo Brasil y creíamos que ganaría el anfitrión... pero ese maldito 7 a 1 nos dejó perplejos. Vimos a varios brasileños llorando... Luego la final Alemania – Argentina. La copa mundial de futbol se la llevó Alemania. Me sentí orgullosa, la copa se fue para Europa, aunque no fue con mi país.

Pero en mi corazón se quedó Sudamérica, hablaban portugués y español, conocí desde mexicanos hasta chilenos. De alguna manera quedé cautivada y en este viaje no había hoteles con dos camas... así que varias noches dormí aferrada al fuerte pecho de Draco y nunca pasó nada sexual, solo besos profundos como buenas noches. A este paso yo debería aprender a seducir o de lo contrario llegaría virgen al matrimonio. En dos meses tendría 21 y ya me sentía más que lista.

— ¿Ya sales? — Preguntó Draco desde la puerta de la ducha.

— No, entra si quieres.

Escuché su risa — ¿No te alcanzas la espalda, Thumbelina?

— Me gustaría que tú alcanzaras otras cosas — Solté en un suspiro.

— No, estás en medio de la ovulación. Tus deseos sexuales se deben a eso — Contestó desde fuera.

No pude evitar reír — Ya, pero deja que regrese a Inglaterra, voy a preguntarle a Neville como puedo seducirte.

— Ya, no va a suceder, todo a su tiempo. Thumbelina, tienes 10 minutos para salir o de lo contrario en el avión vas a estar a merced de un aroma fétido. — Respondió.

— Va, ¿no me crees? — Susurré mientras frotaba el shampoo de mi cabeza — Bueno, entonces será así. No moveré ni un dedo, me haré la difícil hasta para un beso. — Sonreí en cuanto abrí la llave — Vas a venir a mí con una caja de chocolates para hacer otra cosa.

Mi Maestro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora