Veinticinco

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Hermione

Jamás en mi vida pensé que en mí existía el lado vengativo, que buscaría castigar a alguien. Estaba riendo de solo pensar en lo que dije al teléfono a Sam. ¡Acepté salir con él como si fuera un novio en potencia! De todas maneras, hubiera sido idiota si lo rechazaba ya que era una promesa, solo necesitaba un empujoncito.

Sus cabellos eran de color rubio arenoso, ojos verdes, fornido, inteligente ingeniero recién graduado y muy atento ¿Qué más podría pedir? ¡Que fuera Malfoy! No, Sam era el único que mantenía sus promesas. Para mí  era algo más que un chico lindo.

Siendo adolescentes y cuando yo salía con Cormac, me prometió que tras su graduación me llevaría de viaje por el mundo como agradecimiento por ayudarlo a estudiar para sus exámenes y había cumplido.

Estaba alistando mi maleta con lo esencial para el viaje, lo que hiciera falta ya lo compraría. Mi teléfono iba sonando dos horas seguidas, era claro que se trataban de las llamadas del Profesor Malfoy.

— Profesor Malfoy ¿qué ocurre? — Pregunté tras dignarme a contestar. Ahora volvería a tratarlo con formalidad.

— Hermione, quiero disculparme por lo que viste... no era...

Reí de manera irónica — Sé lo que vi, pero no me molesta en lo absoluto después de todo el romance es una pérdida de tiempo.

— No vayas por favor, tenemos planeado ir a Bélgica — Su voz estaba desesperada. — Perdóname por lo que viste, podría dar excusas e intentar justificarme, lo que no tendría mucho sentido hacerlo por teléfono.

— Tiene razón, no tiene sentido. No hay viaje entre usted y yo, no hay intento de romance o seducción... — De alguna manera nuestros besos volvieron a mi mente por lo que reprimí un suspiro — Adiós, debo prepararme para tomar un avión.

— Eres invencible, Hermione — fue lo que le escuché murmurar.

No importa cuanto ruegara o dijese, no había manera de que acceda a continuar "saliendo", no más salidas al cine, no más charlas educativas, no más flores... no más estupideces ridículas y cursis. Definitivamente el romance era una pérdida de tiempo, al menos hasta que mi enojo de disipase del todo.

Una semana después en una de las playas privadas no me arrepentí del viaje, ¡demonios! Sam estaba que ardía, no estaba tan tallado como Draco, pero tenía su encanto y siempre me había gustado su humor y sonrisa coqueta.

— ¿Se puede saber con quién me estás comparando? — Fue su pregunta a la vez que sonreía de manera atrevida.

Podría negarlo, sin embargo, él me conocía a la perfección de la misma manera que Neville y Ginny — Con mi profesor, Draco Malfoy.

— ¿Tu novio modelo? — Sonrió más al ver la expresión de sorpresa que estaba poniendo — Neville me lo ha dicho todo, ya sabes lo chismoso que es.

— Sales con Neville, por eso te lo dijo ¿cierto? — Ya sabía yo que Sam salía con mi mejor amigo para algo más que charlar, exacto, beber hasta vomitar el hígado.

— Sí, lo hizo y fue divertido saber de ti, ya que no me llamas. — Su voz estaba siendo seductora, era claro que estaba jugando. — Dejando eso de lado, has reñido con Malfoy. Lo sé porque has pasado los días distraída.

Tuve que contarle sobre cómo empezó debido a Cormac, sumado a ello lo último que vi y la supuesta enseñanza sobre el romance que estaba dándome. 

— Yo te puedo enseñar, ya he postulado a Hogwarts para empezar con mi Maestría. — Su sonrisa fresca me hizo asentir — Además es claro que necesitas un novio de verdad antes de casarte virgen y pura.

— Y tú te ofreces de novio. — Afirme y él asintió mientras acariciaba mi mejilla — Me parece perfecto.

— Si está a mi alcance ten por seguro que haré que Malfoy esté a tus pies. asimismo, que siempre he deseado besar tus labios.

Sí, definitivamente amo a los rubios irónicos y coquetos. Ciertamente me gusta divertirme y aprender. Compartir besos no me va a convertir en mala persona ¿cierto?

Mi teléfono sonó y al revisarlo un mensaje del acosador: «No importa cuánto lo intente no consigo tener tu atención, así que dime: ¿Cómo es soy insignificante para ti? Yo sé que podría ser más de lo que nunca podrías soñar. Si hay alguien más, él no puede conquistarte como yo, él te está llevando por el mundo, él no puede convertirte en su mundo como yo. Eres invencible, Hermione»

¡Desgraciado! ¿estaba usando mi canción favorita para pedir perdón? Eso parecía un reproche triste. Ya vería cuán invencible podría ser, su manera difícil de conquistarme se volvería imposible, yo no me entregaré a él. 

Mi Maestro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora