Veintidós

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Draco

Reconozco fácilmente a un idiota acosador cuando lo veo y eso fue más que obvio cuando el niño rico empujó a la señorita Jones para sentarse junto a la señorita Granger.

Fue indiscutible que algo andaba mal, al terminar mi clase ella salió pitando y tras de sí iba ese rubio idiota, tras firmar mi salida lo vi correr a la par de ella, que parecía estar huyendo, me crucé con los gemelos pelirrojos, uno de ellos fue mi estudiante.

— Ese idiota tratará de hacerle algo, ha estado todo el mes tratando de acercarse a ella y al fin lo ha logrado — me comentó uno de ellos.

Entonces fuimos testigos de cómo parecían gritar algo y luego ella salía corriendo para ser seguida por ese rubio idiota.

No necesitaba saber más, así que partí en su auxilio. Ahora estaba en compañía de ella, esperando a que despertase.

Por supuesto que los gemelos dieron parte de lo ocurrido a su tío que al saber que yo la protegí, me ordenó cuidarla en casa ya que como el "novio" era mi deber. Así Julius Granger no me lo hubiera ordenado, yo estaría velando por ella.

Claro que eso sorprendió a los gemelos, como buenos primos me amenazaron con que si le rompía el corazón me fuera despedir de mi cara de modelo. ¿Qué demonios? ¿Tenían que pensar que soy modelo?

— ¿Dónde estoy? — Ella despertó y de inmediato me apresuré a acercarme a ella, me senté en la cama. — ¿Malfoy?

— Hola dormilona. — Susurré al verla un poco desorientada — Estás en tu casa, pero creo que es la habitación de invitados, te metí a la primera que encontré.

Ella asintió suavemente — Gracias por protegerme... estaba pensando de manera lógica cómo sacármelo de encima, pero de haber sabido defensa personal... ¿Cómo es que estás en mi casa? ¿y mis primos?

— Tus primos llamaron a tu padre, entonces al saber que fui yo quién te protegió les ordenó que me dejaran cuidarte, ya que después de todo soy tu novio modelo, vivimos juntos y nos cesaremos en cuanto te gradúes. — Traté de decir todo lo que recordaba — Ordenó a tus primos que le dieran una golpiza al idiota y que con solo un chaleco salvavidas lo tiraran al Río Támesis.

Suspiró aliviada​ — Sí, definitivamente papá es un genio, me conformo con que haya hecho eso, una demanda pondría mi honor en duda al igual que a la empresa.

— Sí, y lo que a mí me interesa es saber si estás bien. — Tomé su mano con suavidad.

Se sonrojó — Sí, solo fue un forcejeo. Solo me asusté darme cuenta de que pude ser violada por ese idiota. No habrá secuelas emocionales si eso te preocupa. Podrás seguir tratándome de seducir sin temor a que te huya...

— ¿Seducirte? — pregunté anonadado por su descaro.

— Bueno, estoy usando una bata así que supongo que miraste algo que te gustó. — Llevó las manos a su rostro para cubrirse— ¿Cree que podría ayudarme a experimentar?

— Me gustaría decirte que sí, pero esa no es la manera en cómo pretendo abordarla, señorita Granger. — Suspiré — Ante todo soy un caballero y voy a respetarla porque tiene 19 años.

Dejó de cubrirse el rostro con sus manos, sonrió suavemente y tomó mi mano. — No me interesa el romance y no quiero ser conquistada. Soy una adulta.

— Muy joven, a mi parecer y sigues siendo doncella.

Ella rodó los ojos — ¿Y no te interesa tener a una virgen para ti?

Negué con la cabeza — Citas primero, flores, chocolates tal vez y probablemente si todo va bien considero las relaciones coitales. No al revés.

— Creí que eras un acosador que aceptaba a primera — rio suavemente — No te ilusiones solo estaba bromeando, ¿en serio estás considerando una manera para pretenderme?

Ahora tragué grueso, ¿me estaba haciendo hablar de más?

Bravo Malfoy, eres un idiota, acabas de confesar tus intenciones.

— Tal vez sí, puede que seas mi tipo: piernas largas, ojos ámbar, un lunar sexy y personalidad adorable, fácilmente podría decirte sí a todo si llegara a enamorarme de ti — Le di un guiño y su sonrojo me indicó que le avergonzaba que le hablara así. — y no estás en bata, lo único que hice fue sacarte los zapatos, no me atrevería a desnudarte a menos que me lo pidieras.

Ella levantó la sábana que la cubría para verificar lo que yo decía, me miró satisfecha al saber que decía la verdad.

— Ya, no seas así de descarado, Draco —Por primera vez la escuché decir mi nombre y me gustaba. Guardó silencio, parecía estar meditando. — Conquístame a tu manera y convénceme de que el romance no es una pérdida de tiempo.

— Por supuesto, Hermione — Llevé su mano hasta mis labios y besé su dorso. — Lo haré, pero tardaré años en ganarme tu corazón. No quiero hacerlo de la manera fácil.

Que rápido pasamos del usted al tú a tú

— ¿y cuál es la manera fácil?

— Tratar de seducirte y por la manera en me has mirado antes sé que podría ser muy fácil — la vi fruncir los labios — No estoy diciendo que seas fácil, estoy diciendo que si dejo que la pasión nos domine es claro que rápidamente seríamos solo sexo.

— A ti tengo que descifrarte, todo lo que dices tiene un sentido escondido — Me atrapó — ¿acabas de decirme que prefieres hacer el amor conmigo en lugar de sexo salvaje sin sentido? — Asentí y ella me guiñó—: Serás mi maestro en esto del romance y las artes amatorias.

— Si lo pones así, suena muy atrevido.

— Acepto que sea de la manera difícil, pero a condición de que me dejes ver más de tu piel y que tu coqueteo arrogante que es sexy, se mantenga. — Su mirada dulce me hipnotizó.

— Tus deseos son órdenes, Hermione. — Le sonreí — ¿Ves? Ya me tienes diciéndote que sí a todo, en tanto no cuestiones mi caballerosidad.

Ambos reímos. Gracias por tus consejos, Potter.

Mi Maestro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora