Capitulo 15

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Como todas las mañanas llegó a la oficina, ya sabía yo que me iban a tratar como si fuera la primera dama de la empresa, es algo que odio que hagan eso pero no puedo evitarlo ya todos se enteraron que soy la madre del heredero de todo esto.
Por esa razón, no salgo en toda la mañana de mi oficina para evitar que mis compañero se comporten como bichos rastrero.
No soporto a los hipócritas, hace unos días los sorprendí hablando de mi y ahora no saben como agradarme.
A la hora del almuerzo, pedí la comida y me la trajeron a la oficina, no quiero ni salir porque odio cómo me miran, me siento muy incomoda. Me consentro en el trabajo para no estresarme.
Estoy tan harta del encierro que salgo temprano de la oficina y voy a una librería para comprar algunos libros sobre embarazos, necesito informarme sobre el tema.
-Buenas tardes, estoy buscando libros sobre embarazos. -Digo a la mujer que está en la caja cobrando a unas chicas.
-Buenas tardes, en el tercer pasillo encontrará todo lo que necesita.
-Gracias. -Me dirijo donde me indicó, al llegar es increíble los libros que hay. Nunca imaginé que hubieran tantos libros con puntos de vistas distintos y hasta opuestos en sus tesis.
Estoy indecisa no se cuál llevarme, creo que tendré que consultar, pero ¿a quién? Mi mamá... paso, además lo último que haría sería leer un libro sobre embarazos porque según ella las mujeres nacemos sabiendo como ser madre, Laura siguió a mi mamá y no comparto como llevó el embarazo. Amigas no tengo. Estoy muy concentrada en mis pensamientos, que me sobresalto cuando siento una voz que me dice.
-Me recomendaron mucho este libro. La autora, cuenta la experiencia de sus cuatro embarazos, todos fueron totalmente diferentes y con el mismos resultado. -Me dice una mujer que está a mi lado, es joven, incluso más que yo, es bellísima, rubia de ojos Celeste tez blanca muy simpática. -Perdón por la intromisión, pero te vi algo indecisa que quise compartir lo que me dijeron para ayudarte a tomar la decisión. Soy Micaela.
-Valentina. -Digo aceptando su mano. -Te lo agradezco, la verdad estoy nula con todo esto, mi primer trimestre fue complicado pero gracias a dios eso ya esta superado, hace dos semanas comencé el segundo trimestre ¿y tú?
-Yo... yo... yo estoy de dos meses. -Sonrío por su reacción, parece que tuviera que pensar cuantos meses tiene.
-¿Hace poco que lo sabes?
-¿Cómo dices? -Si que está distraída.
-¿Que si hace poco que has confirmado lo del embarazo? -Sigue sin entender. -Lo preguntó por tus nervios.
-Eso mismo hace poco... -Si que es algo extraña esta mujer. -Es... eso... es nuevo para mí.
-Te entiendo y tu novio? -Miro su mano y no veo anillos ni marca de él, así que no creo que sea casada.
-¿Novio?
-Bueno el padre...
-¿El padre de quién?
-De tu hijo.
-Aaaaaahh del bebé. ¿qué con él? -Si que es rara esta mujer.
-¿Qué opina?
-Me... dejó.
-Lo siento...
-No te aflijas es un imbécil. -Ni como discutirlo.
-¿Y tú cómo lo llevas? -Que difícil responder esa pregunta.
-Es una larga historia...
-Espero que algún día puedas contarme esa larga historia, me voy tengo clases de gimnasia...
-¿Haces ejercicio?
-Pues claro...
-¿Estando embarazada?
-Yo... yo... es que es para embarazada... eso mismo. -Dice al final con una sonrisa.
-Que increíble, quiero inscribirme en esa clase ¿me da el contacto?
-¡No! -Cada vez la noto más nerviosa.
-¿No?
-Bueno... lo que quiero decir es que no lo tengo aquí... eso quise decir. Lo que podemos hacer es que me des tu número y yo hablo con la profesora, porque no sé si hay cupo. -Le di mi número y luego me envió un mensaje con un emoticón para que pueda agregar su contacto y así lo hice se despidió.
Yo compré el libro que me indicó Noelia, además de algunas novelas, porque me encanta leer.
Al llegar a la casa, decido cocinar algo liviano, luego de limpiar la cocina, me bañé y me acosté a leer los libros que compre.

En la mañana luego de desayunar me fui a la oficina, al pasar por una panadería ví unas facturas y las compré y luego pedí a Ana que me compre chocolate, en menos de diez minuto estoy saboreando las facturas con dulce de leche y un rico chocolate. Y si desayunando por segunda vez.
-¿Qué haces? -Entra Angie.
-Nunca aprenderás a tocar, ¿verdad? -Digo con la boca llena.
-¿Para qué? si lo mismo me dejaras entrar. -Dice mientras se sienta frente a mi. -¿Cumpliendo antojo del bichito bolida de choco... ¡Nooo! ¿tu primer antojo es tomar chocolate bien caliente?
-Punto uno no es antojo, sino un capricho, además sabes la debilidad que tengo por el chocolate.

Justo Esa NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora