Capítulo 20

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Luego de pasar un hermoso momento los cuatro juntos, Angie decide irse a mi departamento para quedarse la semana y aprovechar todo ese tiempo juntas, desde que me separé es la primera vez que nos alejamos por tanto tiempo.
Cuándo Matías se fue, me fui a mi dormitorio para acostarme pero mi prima tenía otro plan.
-Debemos preparar tu valijas, porque tu te vas a vivir con chocolate el viernes, así yo me voy el sábado segura que estás con él.
-Si que te cae bien. -Digo mientras estoy buscando mi pijama.
-Sí, la verdad lo que no logró el inútil en años, el chocolate lo logro en meses.
Tomó una valija, y comenzó a empacar, luego tomo otra más pequeña para los calzados y en un bolso guardó todos mis maquillajes, entre otras cosas. Una vez que terminó se cambio y se acostó a mi lado y nos pusimos a conversar.
La semana pasó muy rápido, ella tuvo que trabajar mucho para dejar todo listo, pero por cualquier inconveniente Angie se lleva su notebook.
El viernes hicimos una cena de despedida y luego nos acostamos a comer helado y viendo una serie, es nuestro plan preferido.

Odio las despedidas, y aunque sé que nos veremos dentro de unos meses no dejo de llorar, supongo que es por el embarazo porque nunca fui tan llorona.
Hace una hora que estamos abrazadas en el aeropuerto, ya hicieron el check in.
-Bicha yo te llamaré todos los días y tu todas las tardes, ¿si? -Dice intentando que deje de llorar, sonrío para no mortificarla más.
-Si, disfruta de Nueva York, y sobre todo te portas bien.
-Yo siempre lo hago.
Me abrazo a Agustín y lo miro a los ojos cuando le digo.
-No te olvides que me prometiste que la amarías, la respetarías y harías que la respeten. Como no cumplas mejor no pises suelo argentino si quieres conservar tus dotes. ¿He sido clara?
-Nunca le haría daño, tu prima lo es todo para mi.
Luego de que nos despedimos cientos de veces embarcaron, y me sentía angustiada y lloré en los brazos de Matías.
-Va estar bien, mi amigo cuidará bien de ella, aunque estoy seguro que ella lo sabe hacer muy bien sola.
-Lo sé, pero no puedo controlar las hormonas de mierdas.
-Vamos que debemos ir a buscar tus valijas. -Dice sonriendo.

En la noche, Angie me llamó para avisarme que han llegado a la casa familiar, pero que no ha conocido a nadie, aún, porque han ido a la habitación directamente para descansar.
A la hora de acostarnos, Matías se fue a la habitación de invitados y yo a la de él, sigue respetando lo que le pedí y eso habla muy bien de él.
Creo que he cambiado de posición unas mil veces y no puedo dormirme cansada de dar vuelta me levanto para prepararme un té, llego a la cocina, cinco minutos de después estoy sentada en el living tomando mi té de tilo, sin prender la luz para no despertar a Matías.
-¿Te encuentras bien? -Levanto la mirada y veo a Matías apoyado en la pared.
-Solo no podía dormir. ¿Te desperté?
-No, vine por un vaso de agua y te vi... ¿es recurrente?
-No... es que han sido muchas emociones.
-¿Quieres ver una película?
-Si. -Nos acomodamos en el sillón, me acomodé en su pecho así estoy más cómoda, me encanta ver películas en este televisor porque entre su tamaño y sonido es como si estuviera en el cine, bueno no es tan grande pero si para ser un televisor que está en el living de una casa.

Me despierto, nos hemos quedado dormido en el sillón, con la necesidad urgente de ir al baño, sin preocuparme si lo despierto o no salgo corriendo al baño.
-¿Qué te sucede? -Me sigue preocupado.
-Me hago pis y si no... aaaahh que alivio. -Digo al llegar al baño. -Odio despertar así.
-Esto recién comienza, cielo. -Dice apoyado en el marco de la puerta.
-Si no vas a decir nada inteligente, ve a preparar el desayuno que me muero de hambre.
-Mmmmh hambre y mal humor, debo anotarlo para tener una convivencia amena.
-Como no desaparezcas de mi vista no habrá convivencia. -Digo mientras tomo el rollo de papel higiénico y se lo tiro, pero Matías adivinó mi intención y se fue riendo.
Una vez que salgo del baño voy al dormitorio y me cambio.
-Quiero disculparme me quede dormido no fue mi intención de incumplir con el castigo.
-¡Ay! eres tan bonito y dulce que es imposible no quererte.
-¿Qué pasó con la gruñona, meona, hambrienta?
-Si quieres puede regresar más rápido de lo que parpadeo.
-Ni hace falta. -Me acerca a él y me dice. -¿Eso significa que ya puedo volver a dormir contigo?
-Matías espero que no se repita, el que me digas que el lugar le pertenece a ella no significa que no vamos a ir, pero quiero saberlo. ¿Imagina que fuera al revés y te tuvieras que encontrar en todos lados con Sebastián, ¿cómo reaccionarias?
-No muy bien. -Dice muy serio no le gustó mi comentario y menos que nombrará a mi ex.
-¿Entonces logras entender mi punto?
-Si cariño, y no volverá a suceder.
-Bueno, aclarado todo, desayunemos.
La mañana la pasamos en el jardín trasero esta muy bien cuidado. Luego de almorzar nos fuimos al living y me acosté y él se acomodó detrás de mi con la mano en mi vientre.

Justo Esa NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora