Capítulo 19

1.5K 111 2
                                    

Sofia trae el postre a todos nos atiende con simpatía menos a Axel y a la mujer pero si con respeto que claramente no merecen.
Terminamos el postre,Matías me dice.
-Cariño podrías irte con tu prima, es que tengo varías reuniones en la clínica para que comience a funcionar de inmediato.
-Claro que si.
-Señorita podría traer champang. -Dice Alex.
-¿Qué festejamos? -indaga Gonzalo.
-Que dentro de seis meses nos casamos. -Dice Alex al abrazar a Mia, él se ve muy feliz pero ella es otra cosa a pena sonríe falsamente.
-¡Felicidades! -Dijimos todos. Todos brindaron con la bebida espumante y yo con jugo de naranja. Pero para la ocasión da igual, porque Mía esta tan feliz como si yo volviera con mi ex.
-¿No me digas que el témpano de hielo se casa para San Valentín? -Dice Gonzalo.
-No el tercer fin de semana, y desde ya están todos invitados.
-Bueno, excepto Mariana y su... hijo. -Dice la tonta de la novia de Gonzalo.
-Sabes bonita ni al oftalmólogo le interesa tu punto de vista, así que cierra la boquita que te ves más parecidita a una muñequita bonita.
Todos los presentes tuvimos que simular una carcajada eminente.
-Buenas tardes, espero que hayan disfrutado del almuerzo. -No otra vez esa mujer. Al girarme me encuentro a Lizeth.
-La verdad que si todo ha estado delicioso, y excelente la atención tienes un personal muy capacitado. -Explica Mía.
-Es más podríamos contratar el servicio para nuestra boda. -Sugiere Alex.
Yo cada palabra que dicen me comienza a caer la ficha y armé el rompecabezas cuando vi la expresión de Matías, este restaurante, también es de su propiedad.
-Será un placer. -Se abraza a Matías desde atrás y juega con su corbata, el no dice nada y yo me mantengo serena para no matarla.
Agustín se pone de pie y nos dice.
-Tengo que ir a la oficina, ¿se vienen conmigo?
-Yo no, tengo que comprar unas cosas antes de llegar a casa, vayan tranquilos.
Agustín fue a pagar y Alex se negó rotundamente porque ellos eran los que habían invitado. Llamó a Sofia y le pidió la cuenta, le pagaron y los tres dejaron una buena propina para la chica.
Me despedí de todos y me fui a tomar un taxi. Fui a una ferretería y compré dos cerrojos y le pagué al conserje para que lo colocara en el lugar que le indiqué. Cuando se fue el hombre, cerré con llave y los dos cerrojos. Me acosté a ver televisión, me enganche en una serie, a las diez de la noche siento que intenta abrir la puerta, como no lo logra comienza a tocar el timbre, al darse cuenta que no voy abrir porque subí el volumen del televisor me llama por teléfono. Atiendo luego de silenciar el aparato.
-Hola.
-¿Se puede saber qué has hecho?
-Hice colocar dos cerrojos.
-¿Cuándo?
-Esta tarde, ¿no te avisé?
-¡Claro que no!
-Seguro que se me pasó, igual que se te pasó decirme que ese restaurante también es de tu ex. -Corté la llamada y apagué el celular. O aprende por las buenas o tendrá que aprender por las malas, pero de mi no se burla más.
En la mañana me preparo para ir a trabajar, desayuno respetando las indicaciones del médico, tengo hambre a cada ratito y que nunca me falte mis galletas de avenas, es lo primero que busco cuando fui al súper y compré en cantidad para que no me falte.
Al llegar a mi oficina, Ana comienza a informarme las actividades que tengo en la agenda para toda la jornada.
Comienzo a trabajar, lo único bueno es que hoy es viernes y podré descansar el fin de semana. Me asustó el golpe que dio la puerta al estrellarse contra la pared.
-¡¿SE PUEDE SABER POR QUÉ TE ENCERRASTE?! -Entra a los gritos Matías.
-Punto uno no me grites que todavía no manejo el idioma de los gritos. Punto dos cierra la puerta que nadie tiene porqué enterarse de lo que hablamos y tres soy dueña de hacer lo que...
-Y una mierda, dime ¿cómo hubiera entrado si te hubieras desmayado o si hubieras tenido dolores que no hubieras podido moverte? ¿Cómo hubiera podido entrar? -Se acerca una vez que cerró la puerta. Aunque odio los "hubieras" muy a mi pesar debo darle la razón.
-Tiene razón, me dejé cegar por mi enojo. Pero a mi defensa te pregunto ¿te hubieras ido si te pedía que me dejaras sola?
-Sinceramente... no.
-Por eso lo hice, entiendo que estuvo mal no medir las...
-Quiero que entiendas que entre Lizeth y yo no hay nada.
-Y lo entiendo, lo que me molesta es que no me digas que vamos almorzar en unos de sus restaurantes o permitas que te abrace.
-Esta bien la proxi...
-No sigas que caí una sola vez, esta vez la vamos hacer a mi manera.
-¿A qué te refieres?
-La primera desaparecí prometiste y evidentemente no cumpliste como lo del cerrojo es una mala idea, cada vez que me ocultes, me mientas u omitas alguna info serás castigado.
-¡¿QUÉ?!
-Matías me cuesta confiar y para no perder la confianza por cosas tan tontas como estas, tendrás que pensar antes de omitir o mentir o tendrás que enfrentar las consecuencias.
-¿Cuál será mi castigo? -Dice al sentarse frente a mi.
-Desde hoy y hasta nuevo aviso no dormiremos juntos.
-¡¿QUÉ?! ¿TE HAS VUELTO LOCA?
-Me ocultarste y rompiste una promesa.
-Vale... cariño no nos hagas eso.
-Matías no quiero convertirme en una paranoica pensando si lo que me dices es verdad o no.
-Entiendo, pero por favor no más cerrojos o cualquier cosa que te deje encerrada, ¿si?
-Esta bien, para tu tranquilidad sacaré los cerrojos.
-No te preocupes ya me encargué de sacarlos esta mañana.
-¡¿Qué has hecho?!
-No pienso soportar otra vez la angustia de anoche.
-Esta bien.
Desde ese día seguimos con nuestra relación igual, vamos de paseo, almorzamos todos los días juntos, los lunes y miércoles me acompaña a las clases de preparación al parto, no falta a ninguna y los martes y jueves que voy sola a la gimnasia para embarazadas me busca a la salida.
Ha pasado un mes más y con eso las modificaciones propias de mi cuerpo, cada vez más gorda y feliz porque según el médico estoy muy bien y mi paltita se convirtió en una dulce papayita, cada vez más grande con el peso y la medida ideal y mi peso es el correcto para estar transitando el quinto mes de mi embarazo.
El riesgo es nulo pero debo tener los cuidado de cualquier mujer en mi estado, y yo me cuido un poco más.
Al salir Matías me pidió que lo acompañara a comprar el regalo para su hermana, porque en unos meses se casa y esta armando su casa para irse a vivir luego que regrese de su luna de miel. no se decidía adora a su hermana y quiere comprarle toeo.
-No tengo idea qué necesita.
-¿Y si la llamas?
-Pero no sería sorpresa.
-Llama que venga, que sea ella quien escoja el regalo y luego tu le compras una joya, se lo entregas el día del casamiento y de esa manera la sorprendes.
-Me pareces una gran idea.
Al final, la llamó y en menos de media hora ya la teníamos en el lugar volviéndolo loco, no se decidía pasó una hora para que pudiéramos salir con la compra realizada, se decidió por la cocina, el microondas y el lavavajillas.
Luego nos fuimos a cenar al restaurante de comida italiana, y de ahí me llevó a mi departamento. Me acompañó hasta la puerta y como siempre me besó y se fue. Fui me cambié de ropa y una vez que enchufe el celular me acosté porque estoy muy cansada.

Justo Esa NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora