Capítulo 10

1.9K 129 2
                                    

Cuando vino la enfermera, Matías se levantó para que hiciera su trabajo con comodidad, en la mañana temprano vino el doctor.
-Buenos días. -Entro acompañado de una enfermera. -¿Como has pasado la noche?
-Buenos días, no tuve dolares ni sangrado.
-Perfecto, te voy a dar el alta, pero eso si, Valentina reposo absoluto.
-No te preocupe, yo voy a estar al pendiente. -Le dice Matías.
-Puedes irte.
-¿Ya? -Pregunta Angie.
-Si, ven para iniciar el trámite del alta y para darte las indicaciones que debe seguir tu prima. -Ambos se fueron.
Yo comencé a levantarme, Matías me ayudó a bajarme de la cama, fui al baño hice mis necesidades, luego me cambie y me peine, una vez lista guardé todo en el bolso, al salir del baño, está Matías esperando para irnos y así lo hicimos. Debemos darnos prisa porque así evitamos que la prensa se enteren y decidan hacer guardias periodísticas, se que tarde o temprano se enteraran pero si es tarde es mucho mejor.
Estamos en el auto, esperando a mi prima, no tardó mucho así que cuando se subió y se puso el cinturón, Matías aceleró y nos dirigimos a su casa.
Al llegar a la entrada del barrio privado, un guardia se acerca.
-Buenos días señor Montesinos.
-Buenos días, necesito agregar a la lista de visitas a la señorita Ángeles Sotomayor.
-Muy bien, voy a necesitar su identificación señorita. -Se dirige a mi.
-Ella vivirá conmigo, tiene el mismo derecho de entrar que yo. -Aclara Matías.
-Disculpe...
-Valentina Villaseñor.
-Es un placer señorita Villaseñor.
-Igualmente señor Gonzalez. -Digo al leer la credencial que tiene colgada.
Angie luego de saludarlo le entregó el documento, a los diez minutos nos entregó una credencial para que tuviéramos autorización para ingresar sin esperar la autorización de alguien de la casa.
Una vez finalizado el trámite, el guardia abrió el portón y Matías aceleró hasta llegar al final del barrio hay una casa, en realidad una mansión, al lado hay una mansión casi terminada y enfrente dos terrenos que no han construido nada.
Nos bajamos del auto, Angie sigue anonadada al punto de no dice nada, algo extraño en ella.
-¿Con quién vives? -Pregunto.
-Con Fabiana... -Eso llama la atención de mi prima.
-¿Quién es? -Pregunta.
-Es como mi segunda madre no temas, ya verás es muy buena. -Al entrar viene una mujer, de unos 60 años, me abraza y nos da la bienvenida, es de esas personas que transmite bondad. Matías nos presenta y nos vuelve a abrazar a mi y a Angie.
-Señora ya tiene la habitación preparada...
-Fabiana no me diga señora.
-Disculpe señorita...
-Fabiana lo que quiere decir mi prima, es que la llames por su nombre. -Le explicar Angie.
-Perdón es la costumbre.
-No hay ningún problema, es que no me llevo con el formalismo. -Le explico.
-Ven que te muestro la habitación.
Seguí a Fabiana hasta un dormitorio, es amplio con muebles de color negro y finos, eso solo puede significar una cosa miro a la mujer y le pregunto.
-¿Es el principal?
-Es la habitación de Matías. -Vuelvo a mirar mientras digo.
-No es necesario, puedo estar en otra habitación...
-Es la más cómodo además hay un baño en habitación. -Dice Matías.
-No quiero incomodar.
-No lo haces.
-Vamos que no puedes estar de pie mucho tiempo. -Dice Angie, ella me ayuda a acostarme, acomoda las almohadas para que pudiera estar sentada. Luego que termina me da un beso en la cabeza y dice. -Yo me voy a trabajar porque el hijo del jefe es un tirano que me descontará el día si no llego antes del mediodía.
-Ay pobre es una pena, debe ser muy difícil trabajar así. -Dice Fabiana muy afligida.
-Si supieras me da trabajo extra encima tengo que organizar eventos y debo respetar la hora de entrada pero él no respeta mi hora de salida. -Comenta hasta hace un puchero, la que no la conoce le cree como lo hace la pobre de Fabiana.
-¿No puedes conseguir otro trabajo?
-Está muy difícil encontrar otro trabajo.
-Por eso se aprovechan. -Dice Fabiana muy enojada, se gira y mira a Matías que no muestra ninguna expresión en su rostro y le dice. -¿No hay algún lugar en tu empresa nueva?
-No Fabiana, pero pronto quedará vacante el puesto de jefa de informática. -Responde mirando a Angie, ella lejos de guardar silencio contraataca acusándolo como una niña pequeña.
-Ves Fabiana y encima amenaza con despedirme.
-Si serás sin vergüenza. -Dice riendo. -No te permito que hables así de Matías es un sol...
-Un sol en día nublado. -Dice Angie.
-Angie no te pases. -Le digo.
-Ya habló la primera dama de la casa.
-No digas bobadas, sólo soy una invitada.
-De eso nada eres la señora y ahora a descansar. -Dice Matías.
-Ya habló el médico. -Dice Fabiana.
-¡¿Médico?! -Decimos unísono Angie y yo.
-¿Es que no lo sabían?
-Es... que... no habla mucho de si mismo. -Dije lo primero que se me ocurrió, no quiero decirle que no lo conozco.
-Ay Matías, tan reservado como siempre...
-Fabiana. -Utilizó un tono de advertencia y la mujer no dijo nada más. Fue un momento incómodo que lo salvo Angie, como siempre con sus comentarios ocurrentes.
-Sí que eres como el huevo Kinder, eres todo chocolate y estás lleno de sorpresas.
-¿Así que chocolate? -Pregunta levantando una ceja.
-Además de rico es afrodisíaco que a la prueba me remito o no bichito de la madrina. -Dice hablando a mi vientre y Matías ríe, y yo solo quiero matarla de la vergüenza que me hace pasar.
Se despidió, una vez sola sin darme cuenta me dormí.

Justo Esa NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora