Capítulo 28

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Preparar dos eventos fue todo un desafío y más tratándose los más importantes de nuestra vida, sin la ayuda de nuestra familia no hubiéramos llegamos con todo listo, será una boda sencilla, pocos invitados la familia y amigos íntimos, nada de prensa, ni mucho menos el amigo del primo del socio de papá, como hubiera querido mi mamá.

Estamos listos los tres esperando en el auto, llegamos temprano y nos estacionamos atrás de la iglesia para que nadie nos vea, aunque la tradición dice que el novio no puede ver a la novia antes de la boda, nosotros no cumplimos con esa creencia, nuestra relación se basó en hacer todo al revés y no haríamos lo contrario un día como hoy, es más, Matías me acompañó a elegir mi vestido y yo su traje, él está vestido con traje azul, está tan guapo y elegante que cuando lo ví con el traje creo que me enamoré aún más, si es que eso se puede, Benja le compramos un pantaloncito azul, una camisita blanca y unos tirantes, se ve adorable, pero sí es el bebé más bello del mundo, y yo con un vestido blanco de manga largas y con parte de mi espalda descubierta.
-Ya es hora. -Me saca de mis pensamientos Matías. -Alex me acaba de avisar que están todos los invitados en la iglesia, solo faltamos nosotros.
-No se diga más, vamos. -Dije sonriendo, me acerqué y le dí un beso.
-Te amo. -Me dice luego de darme otro beso.
-Y yo a ti.
Bajamos del auto y tomo a Benja en mis brazos y Matías coloca la mano al final de mi espalda. Y avanzamos hacia la puerta principal de la iglesia.
Cuando llegamos a la puerta, Matías me abraza de la cintura y me acerca más a él, la música del Ave María comenzó a sonar y todos se giran y comienza a pararse totalmente sorprendidos, sus rostros reflejan el desconcierto.
Nos miramos, y luego miramos a nuestro hijo que duerme dulcemente. Al mirar al frente me encuentro a Laura y a mi cuñado, al lado de ellos están mis padres y mi Bobe muy emocionada, como siempre ella se dió cuenta de todo. En el altar nos espera Alex y Helena del lado izquierdo y del derecho Gonzalo y Mariana. En el centro está el padre Daniel.

Flashback

-Padre por favor. -Le ruego por enesima vez.
-Hija no puedo casarlos, tu ya estás casada y aunque entiendo tus razones para separarte, la iglesia...
-Ya sabemos que la iglesia no permite anular su boda fácilmente. -Comenta Matías. -Pero lo que le estamos pidiendo es que nos dé su bendición ante nuestra familia y amigos.
-Sería una misa... especial. -Digo esperanzada de convencer al padre Daniel.
-Está bien, voy a bendecir su relación. Eso sí, no podré dejar acentado en ningún acta.
-Lo sabemos padre. -Dijimos unisono.

Fin del Flashback.

Al llegar al altar, hay un silencio rotundo, el padre Daniel se acerca a nosotros y dice.
-Aunque claramente no está permitido casarlos y reconozco que me negué rotundamente, lo que me hizo cambiar de opinión es que los caminos de nuestro señor Jesucristo no son muy claros para nosotros pero si son perfectos para cumplir sus deseos y esta pareja es un claro ejemplo, dos personas que viven en el mismo país y que frecuentaban los mismos lugares no se habían cruzado, debieron vivir decepciones, sufrimiento, viajar para olvidar y sin más explicaciones se conocieron en un país diferente habiendo tantos coincidieron en ese, a pesar de todo lo que tuvieron que enfrentarse siempre lo hicieron juntos. Al oír su historia, entendí que debía hacer una excepción y bendecir a esta hermosa familia, porque lo importante es que apuesten a una de las instituciones más importante de nuestra sociedad, por el amor tan grande que se tienen es que, ante los presentes y los testigos escogidos por Matías y Valentina, bendigo a este amor, a esta pareja y a la familia que han formado.

Estoy muy emocionada, la verdad que la felicidad que siento hoy es incomparable, nos miramos a los ojos, hace casi un año me cambió la vida, tuve que enfrentarme a mi misma y reconocer lo que me estaba negando, lo que me hubiera perdido de no reconocer que este hombre me conquistó con sus palabras, atenciones, detalles y sobretodo por su amor infinito que siente por mí y nuestro hijo.

Justo Esa NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora