Capítulo 23. Al compáz de la lluvia

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Desafortunadamente, David ya no pudo acercarse a Carolina en toda la noche, pues a al lugar al que iba era asediado por una horda de fans, que le pedían fotos, autógrafos y le entregaban improvisadas cartas, él los aceptaba con alegría.

El Moon tour, terminó pasadas las 12, para entonces estaba lloviendo a cántaros, razón por la cual las chicas y la banda regresaron al hotel en dos taxis. Llegando al vestíbulo se despidieron, los hombres se dirigieron a sus habitaciones. Carolina esperó un poco antes de salir a la borrasca, como si algo afuera le causara temor.

David la observaba a lo lejos, sin que ella se diera cuenta, taciturno, como se observa la oportunidad que nunca se aprovecha ¿Qué era tan especial en ella? ¿Qué era lo que le causaba alegría y tranquilidad al estar a su lado, o al contrario, incertidumbre y melancolía al estar lejos? ¿Por qué tenía sentimientos encontrados? ¿Por qué ella? O mejor dicho ¿Para que ella?

De pronto, vio que Carolina empezaba a encaminarse a la puerta. David decidió seguirla, alcanzarla, aunque no supiera que iba a hacer.

Salió y caminó buscando en donde había aparcado su auto, entre las gruesas gotas de lluvia, se detuvo bajo un faro para ver mejor.
-¡Carolina, espera!- le gritó entre el ensordecedor ruido de la lluvia y corrió hasta ella- Quiero hablar contigo sobre lo que ocurrió.

- No se preocupe, yo se que fue un error, un simple descuido.

-¿Cómo? ¿Por qué piensas eso?

-No lo sé. Supuse que diría algo por el estilo- pronunció con un tono desanimado.

- Claro que no ¿En verdad crees que fue un error o un​ descuido?

Carolina permaneció en silencio, recordando ese y otros momentos en los que habían estado juntos.

- Lamento haberme comportado diferente hoy, fue grosero y estuvo mal. Quiero ser claro respecto a lo sucedido, fue espontáneo, inesperado, pero no un error.

-Eso debe pasarle con frecuencia.

-No, no. Es bastante raro. Lo que estoy tratando de decir es algo muy complicado para mi. No estoy acostumbrado a lidiar con estas cosas.

-¿Qué es?

La respiración de David se aceleró, su corazón latía con fuerza y por un impulso la abrazó fuertemente contra él y la besó fugazmente, apenas rozando sus labios y se volvió a alejar.

-Disculpa si no puedo decirte lo que siento, soy muy tímido.

-¡Pero si me acabas de besar!

-Sí, pero con mucha vergüenza.

-¿Y que me quieres decir con esto?- preguntó para presionarlo y retarlo a que se enfrentará a sus emociones.

-No me hagas esto- se llevó las manos al rostro- Me gustas, desde el principio. Eres simpática, hermosa, honesta, carismática, divertida, en una palabra; eres perfecta.

Saltó encima de él y puso sus brazos alrededor de su cuello y lo cubrió de besos. El la abrazó tiernamente y comenzó a balancearse de un lado al otro.

-¿Sabes? Esta noche iba a invitarte a bailar, pero otro se me adelantó.

Carolina estaba sonriendo, sus lágrimas se confundían con la lluvia. Él se perdió en sus ojos​, iluminada por la débil luz, se sintió tan pequeño.

-Eres lo mejor que no sabía que necesitaba.

Canto de lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora