Capítulo 28. Disculpas

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Es misma tarde, ella y David quedaron para ir a comer a un restaurante. La plática parecía no tener fin, siempre había tema de conversación; el clima, las noticias, música, anécdotas, hasta que se hizo costumbre durante dos semanas.
Carolina lucia radiante, sentía que flotaba al caminar, tenía un singular brillo en los ojos y una atmósfera de serenidad la rodeaba. David, en cambio, estaba mucho más inspirado componiendo canciones para el nuevo álbum y hacia el ensamble con más fluidez.

Su representante consiguió convencer al productor de grabar la primera canción del nuevo álbum en el estudio que tenían en esa ciudad, además de reprogramar la fecha del concierto dentro de 15 días.

Parecía que todo salía a pedir de boca, la vida iba de maravilla y sin ningún tipo de contratiempo, inclusive el clima se había vuelto más cálido y agradable.

Pero lo que no sabían era que la vida a veces nos da sacudidas para ponernos los pies en la tierra.

Un miércoles, como muchos otros, David se encontraba saliendo del hotel para encontrarse con Carolina, cuando recibió un mensaje de ella diciendo que saldría un poco más tarde. Estaba a punto de regresar al hotel, cuando vio a Harry recargado en la pared.

-Buenas tardes- saludó el violinista con falta de ánimo.

-Buenas​ tardes Bogartz. Vine aquí porque me interesa tratar un asunto importante contigo ¿Te importaría si lo discutimos? No te quitaré mucho tiempo.

David sintió un poco de desconfianza, aún no podía olvidar todos los malos ratos que le había hecho pasar a lo largo de 20 años.
-Vamos adentro.

Se sentaron en un par de sillones del vestíbulo en la parte más alejada para tener privacidad. David reaccionó corporalmente con un poco de rechazo, cruzando los brazos, mientras que Harry tenia una postura más relajada.

-Quiero pedirte disculpas por todo lo que te hice.

-¿Cómo dices?- David se hizo para atrás.

-Comprenderás que esto es complicado para mi, y puede que no me creas, de eso estoy seguro. Pero en verdad quiero hacer las paces contigo. Siempre has sido un buen sujeto y esas cosas, a pesar de todo nunca perdiste los estribos y me trataste con decencia.

-¿Qué te ocurrió para que cambiaras así?
-Bueno, no ocurrió de la noche a la mañana. Es solo que me di cuenta de algunas cosas que estaban mal y debía cambiar, entre que reconozco es que te he tenido envidia desde siempre, lo cual no es un secreto. Y no quiero seguir cargando​ con eso toda la vida.

-¿Dónde está el verdadero Harry Fitzgerald?
-Sabía que dirías eso- se rió.

-Disculpa, pero no puedo creer lo que está sucediendo. Es impresionante, pediré un deseo.

-¡Vamos! Se un buen chico y perdona a este ser arrepentido.

-Me impresionas, en verdad. Pues si, te perdono ¿Qué te puedo decir?

-Supongo que es muy pronto para decirte esto, pero me gustaría que nos tratamos mas. De hecho, quisiera invitarte a ti y a tu banda a una fiesta que organicé para mi cumpleaños.

-Pediré otro deseo. Bueno... les comentaré a los chicos y te daré respuesta.

Canto de lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora