POV BEATRIZ
Tuve que esperar a que Gustavo colgara la llamada de urgencia. Era la primera vez que atendía una llamada, pero había tenido un problema en casa y su vecino le llamaba para confirmarle que el del seguro ya se había pasado.
Me lo explicó porque había interrumpido la sesión y porque teníamos la confianza para hacerlo. Era la paciente a la que más tiempo llevaba tratando y sobre todo, a la que más veía. Gustavo, mi psicólogo, con el que tenía una relación profesional... Aunque ligeramente distinta.
—Me estabas contando de Lucía —dijo tras disculparse—. De la cita.
—Sí.
—¿Fue bien?
—Fue muy bien —contesté sin tener la menor duda—. Pensaba que lo iba a estropear porque me pidió sonreír y le dije que no podía. Pero ella lo entendió perfectamente.
—¿Se lo contaste?
—No, claro que no. Lo que me faltaba es estar conociendo a alguien y contarle todo.
—Luego hablamos de eso. ¿Te sientes bien cuando estás con ella?
—Me siento muy bien. —Suspiré ordenando mis ideas—. Me acompañó a casa y me admitió que iba al club por mí. Que le da igual la bebida y las chicas, solo por mí.
—¿Y cómo reaccionaste a esto?
—Es que ocurrió otra cosa... —Me pidió con la mano que me explicara—. Pues que, al despedirme y entrar en casa, me frenó y me dijo que se iba a arrepentir sino me besaba, pero que no quería cagarla otra vez...
—¿Y qué hiciste?
—Besarla... Y mi respuesta ante su afirmación de que iba por mí... Pues fue otro beso.
La cara de sorpresa fue notable en Gustavo y no le culpaba. Lo que no era normal allí era el hecho de que yo tomara la iniciativa. Me preguntó cómo me tomaba eso; y realmente lo hacía bien, Lucía me gustaba y me había gustado besarla. De hecho, aunque no se lo dije a mi terapeuta, mi cabeza tenía la idea de volver a hacerlo.
—¿Cómo crees que estáis las dos ahora?
—Supongo que conociéndonos, ¿no?
—No lo sé, te pregunto. Pero lo voy a enfocar de otra manera, ¿quieres que lo que tengáis vaya a más?
—No me importaría.
—¿Y entonces no crees que deberías contárselo?
—¿Para qué?
—Creo que tiene derecho a saber a quién está conociendo.
—¿Me estás vacilando? Claro que no le voy a contar nada.
Me levanté del sofá y ahí, Roberto anotó algo en su cuaderno. Creo que fue mi misma conclusión, cuando no me sentía cómoda con la conversación, me levantaba para mirar por la ventana y tener una distracción como excusa.
—Respóndeme a una cosa, Beatriz. ¿En qué cree Jose que trabajas?
—¿Es necesario?
—Tú misma te tienes que dar cuenta de la situación. ¿En qué cree que trabajas?
—En la calle —susurré apretando mis molares—. Como prostituta.
—Bien, ¿qué crees que te diría si te ve con Lucía?
Cerré los ojos porque lo representé en mi mente y sabía que la situación iba a ser tal y como yo la representaba.
—Que es una clienta —contestó dejando caer por mis mejillas las primeras lágrimas.
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Después de ti.
RomantizmHan pasado muchos años desde que Lucía decidió salir de aquella relación tóxica que tanto la marcó y tanto daño la dejó. Ahora, se enfrenta a lo peor de todo, a ella misma. Una Lucía más madura, más adulta y con las ideas más claras; decidida a no p...