Capitulo 4

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Willow.

Que demonios hace el profesor aquí, nunca pensé que el fuera a jugar al voley.

Saludamos a los chicos incluido el y nos pusimos a armar los equipos.

An- Profe, ¿Qué hace usted aquí? Nunca creí que jugara al voley.

Ezequiel- ¿Profe?

An- Si, es nuestro profesor en la Universidad- Dijo ella sonriendo.

Joaquín- Vaya- Dijo rascándose la nuca.

Yo- Comencemos a jugar- Dije cambiando de tema.

Se notaba la incomodidad de Eros desde aquí.

En mi equipo estábamos, Joaquín, Gastón, James y yo.

En el otro equipo, estaba Anna, Eros, Ezequiel y Emilio.

Sacaba el equipo de ellos así que comenzó sacando Ezequiel, Eros armando y Anna y Emilio en las esquinas para rematar.

Estuvimos toda la tarde jugando hasta que se hicieron las siete.

Yo- Chicos, yo me tengo que ir, ¿nos vemos en estos días?

Emilio- ¡Claro que si!- Dijo sonriendo- Eros, pásame tu número, te agregare al grupo, solemos venir muchas veces aquí, hoy fuimos pocos, pero somos muchos mas.

Eros- Claro.

Eros le pasó el número y cada uno fue por su lado, James y Anna no me acompañaron ya que tenían que ir a hacer otras cosas, me invitaron pero la verdad no tenía muchas ganas. 

Cuando estábamos alejándonos se escuchó un estruendo detrás de mi, me giré encontrándome con dos autos volcados en el medio de la calle, corrí hacia allí y lo vi a Eros a unos cuantos pasos, se ve que no escuchó nada, va con auriculares.

Yo- ¡Eros!- Comencé a gritar, pero no me oía- ¡EROS!- Grité mas fuerte logrando que me escuche y corra hacía aquí.

Comenzamos a ver a las personas que estaban en los autos, había una niña llorando, intente abrir la puerta pero fue en vano.

Yo- Cierra los ojos pequeña, tápatelos con las manos- Le dije para luego estrellar mi puño contra el vidrio- Escúchame, quédate quieta, voy a sacarte pero intenta no moverte, ¿Si?

Comencé a entrar al auto ya que la niña estaba en la silla de bebes en el medio, abrí el cinturón de seguridad y tomé a la pequeña clavándome unos cuantos vidrios en uno de mis brazos.

Yo- Diablos- Me quejé.

Miré a Eros, el estaba ayudando a dos ancianos en el otro auto.

Luego de sacar a la pequeña, la acosté en el piso y le pedí que no se mueva.

Fui hacia la parte de adelante del auto, mi corazón se aceleró al ver a un hombre clavado en el parabrisas.

Yo- Dios- Mi cuerpo empezó a temblar. Toque el cuello del hombre y noté que tenia pulso- Señor puede oírme?

- ¿Esta muerto?- Escuche la voz temblorosa de una mujer.

Yo- No, tranquila el esta vivo.

Coloqué mis manos en el cuello de la mujer y le pedí que se quedara tranquila.

Quité su cinturón de seguridad y ella cedió fácilmente por el asiento, cuando conseguí sacarla le pedí que no se moviera y me fui con, quien creía, era su esposo.

Yo- Señor, necesito que no se mueva, por favor, hábleme.

-Yo...-Sus palabras se atascan.

Yo- Esta bien- Dije suspirando- Escuche, necesito que me diga que le duele.

Medical Student.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora