Capitulo 10.

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Willow.

Sentí a alguien moverse a mi lado, abrí los ojos lentamente hasta que observe el panorama de mi mañana.

Di-a-blos.

Me encuentro enrollada entre sabanas blancas con los brazos de Eros al rededor de mi cuerpo.

Anoche durante la película me debo haber quedado dormida y el me trajo aquí.

Me levanté lentamente y entré al baño. Lavé mi rostro y dientes para luego salir y encontrarme con Eros despierto, con sus brazos detrás de la cabeza y la espalda en el cabecero de la cama.

Eros- Buen día- Sonrió.

Quedé embelesada al escuchar su voz ronca y notar su pecho descubierto y el cabello despeinado.

Madre mía.

Yo- Buenos días- Mordí mi labio inferior- ¿Me quedé dormida, cierto?

Eros- Si, y debo admitir que es fascinante verte dormir Will.

Yo- Que vergüenza- Dije tapando mi rostro.

Eros me quitó las manos de la cara y me atrajo a su cuerpo haciéndome caer a la cama.

Eros- Eres hermosa y mas cuando te sonrojas- Sonrió.

Yo le robé un pequeño beso y miré la hora en el reloj de mesa.

Yo- ¿Son las seis de la mañana o tu reloj está mal?- Pregunté asustada.

Eros- Son las seis- Dijo riendo.

Intenté levantarme pero el no me dejo.

Yo- Tengo que ir a mi casa a bañarme y cambiarme- Dije preocupada.

Eros- Por unos minutos tarde no creo que el profesor te vaya a regañar- Sonrió.

Yo- Si mi profesor me regaña, voy a asegurarme de que le vaya mal en sus clases- Sonreí.

Eros- No podrías.

Yo- No me conoces- Mordí mi labio inferior.

Eros- Estas llegando tarde ya- Rió.

Yo- Dios, es cierto, necesito un taxi- Me levanté corriendo tomando mi cartera y poniéndome los zapatos.

Eros- No vas a irte en taxi, me baño en cinco minutos y te llevo, mientras desayunas.

Yo- Está bien, ¿Te gusta el café?

Eros- Negro con dos de azúcar- Hice una mueca de asco- No me juzgues y apúrate- Dijo entrando al baño.

Entre a la cocina y comencé a preparar un desayuno rápido. Mientras el café se hacía, llamé a An.

Me contestó luego de dos pitidos.

An- Hola picarona.

Yo- Escucha, no pasen a buscarme, llegaré unos minutos mas tarde.

An- ¡Ayy, quiero que me cuentes todo!- Dijo gritando.

Yo- Si, pero luego de clases, en el almuerzo.

An- Está bien, pero recuerda que estas con el profesor, no pueden llegar tarde.

Yo- An, ¡No paso nada!

An- Si tu lo dices- Rio y cortó.

Puse el café en dos tazas, y me senté a esperarlo, temo llegar tarde, mas allá de que Eros sea mi profesor, supongo que va a ponerme media falta o falta completa por llegar tarde.

Eros- ¿En que piensas?- Preguntó sentándose frente a mi.

Tomó la taza de café y le dio un sorbo.

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