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  Personas y gustos culposos; toda, absolutamente toda la población, posee algún tipo de agrado bizarro o de mal gusto para otros. Nadie se encontraba exento de dichas acciones, por más que lo negaran, siempre existía algún tipo de gusto o fetiche que no era del todo cuerdo para los demás; para Taehyung era todo ese exceso de atención, poco saludable, que estaba recibiendo por parte de Jungkook.

  Sí, el sabía perfectamente que aquello estaba mal, que no era bueno jugar con los celos de Jungkook ¿Pero qué más podría hacer? Él sólo era un omega bipolar sin valor que sufría de una enfermedad terminal. Su único descanso, estaba ligado a su hermano y toda la linda atención que su alfa le ofrecía; las cual estaba siendo robada por una vil zorra.

  No dejaré que juegues conmigo de esa manera, Jungkook.

  Luego de aquella escena inoportuna de la miel, Jungkook se había encargado de seguir con sus ojos al omega por todas partes. Era como si estuviera aplicando cierta vigilancia, como en la cabaña y/o casa de campo hace unos días cuando Bogum había llegado; si el omega deseaba ir al baño, Jungkook casualmente debía de ir por quién sabe qué al mismo pasillo dónde se encontraba el baño, si Taehyung se acercaba a la cocina para beber agua, Jungkook también lo hacía con el pretexto de poseer hambre o sólo decir que debía cerciorarse de algo en dicho lugar.

  Tan dulce y tan tierno.

  Pero por desgracia, ninguno de los dos hablaba, era como si después de aquella cena una enorme pared de cristal los hubiera separado permitiendo sólo verse entre sí, pero no escucharse ni tampoco hablarse.

  — Maldita sociedad de mierda — Susurró el de ojos grises par a él mismo.

  Lo más frustrante para todo su ser, era que Jungkook ni siquiera se había molestado en intentar dar algún tipo de explicación o presentar a la maravillosa omega, dando a entender un desinterés total por parte de él.

  Tan malditamente frustrante nivel Dios.

  Aunque fuera de la horrible ley del hielo que ambos aplicaban, de cierta manera era satisfactorio para Taehyung el mantener la atención del azabache, pese al fuerte dolor por la traición que todavía sentía en su pecho, la atención excesiva de Jungkook le hacía sentir que todavía poseía ese encanto sobre él; aquel que lo obligaba a ser tímido, sumiso y excesivamente tierno. Sin embargo, eso no significaba que ya podía superar aquella presencia ajena ejercida por la omega de flequillo, su cercanía y confianza ante el alfa provocaba un fuerte dolor de cabeza y mal sabor de boca. Era como si de alguna forma, ella y el cabellos grises, lograrán comunicarse a través de la misma telepatía deseando la misma cosa, o este caso, la misma persona; Jungkook.

  Tal vez todo sea un mal entendido; Pensó muy en el fondo intentando sacrificar esas malas sensaciones.

   Sin embargo toda idea referente a la poca racionalidad y lógica, fueron a volar cuando la omega mostró cierta actitud posesiva ante el azabache, cuando éste mismo, se dispuso a seguir a Taehyung a la parte de afuera junto con todos los Jeon; los cuales habían optado por continuar con su reunión en la parte del jardín.

  — ¡Vamos, Taehyung! ¡Acompañamos al jardín! — Llamó de rostro de alpaca, tomando de la mano al peligris y prácticamente obligándole a salir.

  El azabache al notar cierta actitud, tuvo el reflejo de ponerse de pie para seguir del omega - Justo como lo había hecho el días-. Mas un agarra contra su brazo le impidió su paso.

  — ¡Debemos quedarnos aquí! — Chilló la omega sujetando del brazo al azabache — ¡Casi no hemos hablado! ¡Y no me has dicho nada acerca de mi propuesta para la siguiente caza! ¡Papá insistió en que viniera hoy y arreglaramos y planearamos el asunto, Kookie! — El de cabellos grises logró escuchar al salir de la casa.

TONTO ALFA: KOOKV°°(OMEGAVERSE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora