treinta y uno

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Taehyung se sentó a mi lado mientras se metía la tostada en la boca y los chicos por el momento ya habían cambiado de tema y simplemente se reían por cualquier estupidez.

Observé a Taehyung un poco perdida.

¿De verdad pasó todo aquello anoche? ¿Taehyung me salvó y... y cuidó de mi?

- ¿Qué tal te encuentras? - me sobresalté al escuchar su voz, haciéndome volver a la realidad. - ¿No te duele nada? - me miró de reojo.

Negué rápidamente con la cabeza, un poco nerviosa.

- Me alegro. - sonrió levemente para después seguir comiendo.

Aparté la mirada y me mordí el labio. Todo esto me parecía surreal. ¿Cómo es que no recuerdo nada de lo que pasó anoche? Me he pillado varias borracheras pero nunca me había sentido así.

- ¿Hana? - preguntó Hoseok llamando mi atención. - ¿Estás bien?

Asentí enseguida con una nerviosa sonrisa.

- Voy a darme una ducha, gracias por el desayuno Yoongi. - me levanté con prisa del asiento y me dirigí rápidamente hacia mi habitación.

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- ¿Gracias por el desayuno? - preguntó Yoongi alzando una ceja. - Lleva sin decirme las gracias desde... - susurró por lo bajo dando una pausa. - Es la primera vez que me da las gracias. - levantó la vista con una expresión de sorpresa haciéndonos reír.

- ¿Y no te alegras? - bromeó Namjoon.

- No, ésta no es nuestra Hana, ¿la droga no tendrá efectos secundarios? - preguntó preocupado pero nadie le podía tomar enserio.

- Yah, deja de bromear. - rió por lo bajo Jimin. - Debe de estar confundida por lo de anoche y seguro que nos lo quiere agradecer de verdad.

Me acabé el último bocado de la tostada y saqué un cigarro y un mechero de mi bolsillo.

Jungkook, quien estaba a mi lado, me quitó el cigarro de la mano y se lo encendió con mi mechero para ponérselo en los labios.

- ¿No habías dejado de fumar? - elevé la ceja.

Dio una pausa mientras expulsaba el humo y me miraba. - Lo necesitaba ahora. - sonrió.

Simplemente negué con la cabeza dejando salir una pequeña carcajada mientras sacaba la caja entera.

La abrí y miré de reojo a los chicos.

- ¿Alguien más en vez de robármelo? - ofrecí mirándoles.

Los chicos rieron y el único en coger fue Yoongi.

- Yah, dijiste ayer mismo que dejarías de fumar. - le regañó Jimin.

- Nunca hay que perder la oportunidad si te ofrecen algo gratis, amigo. - dijo con el cigarro entre sus labios mientras lo encendía haciéndonos reír.

- ¿Alguien más? - pregunté por última vez.

- ¿Desde cuando das tan mala influencia, Kim Taehyung? - bromeó Jin.

Le respondí con una carcajada y cerré la caja para guardármelo en el bolsillo. - Se acabó vuestra oportunidad. - dije encendiéndome por fin el mío.

- ¿A dónde tenías que ir esta mañana con tanta prisa? - preguntó Yoongi con el humo en sus pulmones. - ¿No habrás ido a matar a Zico, no?

Dejé primero salir el primer sorbo antes de contestar con una silenciosa carcajada. - Nada importante. - sonreí.

- ♥ -

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- ¿Puedo pasar? - se escuchó una voz acompañado de leves golpes en la puerta.

Me acerqué a ella y la abrí, observando a Taehyung de pie mirándome.

- Pasa. - sonreí.

Taehyung obedeció y se sentó en mi cama mientras yo cerraba la puerta de mi habitación.

- ¿Necesitabas algo? - me senté a su lado cruzando los brazos.

Taehyung asintió en silencio y me miró.

- ¿Te han contado lo que pasó anoche?

Me sorprendí un poco por su pregunta. Por alguna razón me esperaba que esta conversación sería lo primero que saldría de su boca, pero igualmente, me sorprendía que lo dijese tan directamente.

- S-sí. - pestañeé nerviosa bajando la mirada hacia mis manos.

- ¿Estás bien? - suavizó su voz al notarme nerviosa.

- Sí, y es gracias a ti. - le sonreí. - Me lo han contado todo los chicos. Si no fuese por ti... podría... podría-

- No hay de qué. - me cortó sonriéndome.

Le sonreí de vuelta bajando la mirada. Por alguna razón, me sentía nerviosa, y más porque nos habíamos quedado en silencio y se estaba volviendo muy incómodo.

- Me han dicho que estuviste toda la noche cuidándome. - Taehyung asintió. - Gracias también por eso.

- ¿También te han dicho que te he lavado? - preguntó mirándome sin ninguna expresión en la cara sorprendiéndome.

- S-sí b-bueno. - tartamudeé nerviosa. - G-gracias. - ahora estaba avergonzada.

- Quiero decirte que no he visto nada, he intentado respetar tu privacidad pero era difícil. Te lavé con tu ropa interior puesta y te la quité ya cuando terminé de lavarte con la toalla puesta. - dijo mirando hacia el techo.

Sentía calor, me estaba muriendo de vergüenza.

- G-gracias por respetar mi p-privacidad... - susurré frotando mis piernas entre si, bastante avergonzada por esta conversación. - B-bueno... ¿tenías algo más que decirme? - pregunté al fin, deseando terminar esta charla.

De pronto Taehyung acercó su brazo hacia mi, revelando una caja.

- ¿Qué es esto? - ladeé la cabeza confusa.

- Es mi regalo de cumpleaños. - contestó con simpleza.

Sonreí levemente, intentando esconder mi entusiasmo y la acepté en mis manos.

- Ábrelo.

Asentí sin poder borrar mi sonrisa de encima, y la abrí lentamente.

Era una pulsera con símbolos de cartas de poker y en tamaño sobresaltaba la letra "A". Era muy bonito pero no lo entendía muy bien así que miré a Taehyung, quien notó enseguida mi cara de confusión.

Sacó la pulsera de la caja y me la puso en la muñeca con delicadeza.

- En cada juego de cartas, siempre hay una carta que predomina, porque tiene las mejores cualidades y lleva a la victoria. Suelen esconderlo y dejarlo siempre para el final, porque es siempre el que remata. Además, la letra "A" es la vocal que predomina en tu nombre, Hana. - me sonrió.

Terminó de colocarme la pulsera y me agarró de la mano.

- Porque nadie te escoja a la primera... no significa que no seas especial... eres más que eso. - susurró bajando la mano hacia la pulsera. - Eres el as... de nuestra relación. - dio una pausa para morderse el labio. - Eres el as de mi vida. - levantó la mirada hacia mi. - Junto mi as... vamos a ganar este juego... y da igual las veces que nuestra casa de cartas se derrumbe... vamos a seguir construyéndolo poco a poco, hasta que sea finalmente estable.

No entendía nada, pero no podía evitar que mis lágrimas cayesen. ¿Qué quiere decir con todo esto? No lo entiendo, ¿por qué me afecta tanto?

- Así que por favor... dame tiempo y espera por mi. Recuerda que el as siempre lleva a la victoria. - sonrió secándome las lágrimas.

Cerré los ojos con fuerza y me enterré en su pecho, recibiendo sus cálidos brazos a mi alrededor.

• house of cards (s1) | kth •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora