Los Labios Del Pequeño Omega

*Celo*

-¡Ayúdame!- ordenó Off. Levantó a Gun del suelo, mientras White tomaba sus cosas.
El pequeño hervía. Lo metió en el asiento trasero de su auto, se sentó al lado y lo abrazó .
-Maneja al hospital más cercano.

Inconsciente en sus brazos, sudaba y se quejaba de dolor. El más alto liberó feromonas para calmarlo, pero solo lo aliviaba por unos segundos.

White tardó 10 eternos minutos en llegar. Bajaron velozmente y lo metieron al lugar. Las enfermeras se acercaron rápido ante la orden del alfa que exigía atención. Lo llevaron a un cuarto e intentaron separarlos pero Gun se quejaba más y más.
Lo sedaron. Tras pocos segundos cayó dormido profundamente.

El doctor dirigió a Off hacia un costado.
- ¿Es tu omega?
- No, no sé, no lo sé.
El mayor movió la cabeza y continuó.
- No importa. Está en celo, y uno muy fuerte. ¿ Sabes si este es el primero?
- Creo que sí.
- Aquí no podemos hacer nada. Es un subidón hormonal, su cuerpo se prepara para una relación sexual. Te recomiendo que lo lleves con la familia, y que lo encierren lejos de alfas, para prevenir cualquier ataque. Te voy a dar una receta de calmantes. Son muy fuertes. Que sólo lo use en momentos muy extremos. Muchos baños de agua tibia y paños fríos. Tal vez le puedas dar alguna prenda tuya impregnada con tu aroma , para calmarlo un poco. Es lo que te recomiendo. Si fuera tú pareja, te diría que estés con él y, bueno, eso sería suficiente. Eso es todo. Tengo que retirarme. En un rato te lo puedes llevar.

- Gracias doctor.

Salió un momento del cuarto, y White lo acorraló.
-¿Qué pasó? ¿Qué dijo?
- Recomendó llevarlo con su familia.
- Pero...su familia vive a 200km.
- ¿Qué?
-Él vive solo aquí.
- ¿ Y entonces qué hacemos?- pensó un momento-. Ya sé, que se quede contigo.
-Off no tienes idea de lo que está pasando. Es muy peligroso dos omegas juntos en esta situación. Lo mejor que podemos hacer es que se quede contigo. Con tu aroma nadie se va a acercar. Lo único que te pido es que no te aproveches tanto de él-. Se río, para amenizar la charla.
- ¿ Cómo me puedes confiar a tu amigo?
- Me demostraste que eres muy confiable. Sé que lo vas a cuidar.- Golpeó su pecho.- Vamos.

Condujo un rato largo hacia su hogar. Buscó ropa en la casa de Gun, compró los remedios, y dejó a White en la casa, con un sinfín de recomendaciones.

Bajó todo, y por último a Gun. Apenas atravesaron el umbral, el pequeño reaccionó. Lo miró con sus ojos llorosos y las mejillas sonrosadas. Y le dijo en un ronco susurro.
-Alíviame, ayúdame Off, te lo ruego.