*Despertando*

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-¿Qué esta pasando?
Gun estaba confundido. ¿Qué hacía en los brazos de Off? En su cama, en su casa.  Recordaba haberse ido y después, la nada.
-¿Qué me pasa que estoy volviéndome débil?- pensó.
Se distanció más arrodillándose en la cama e intentó levantarse al baño, cuando un brazo lo tironeó, acostándolo sobre su pecho.

-Quédate quieto.  Aunque sea una hora. No pude dormir en toda la noche, por sí me atacabas.
-Pe, pero  ¿Qué paso? ¿Qué hice?
-Solo una hora. Luego te explico todo ¿Sí?

Gun no se resistió demasiado.  Los largos brazos lo aferraron, sintiéndose bastante cómodo. Un aroma dulce lo invadió y, su corazón agitado fue hipnotizado lentamente por el latido del mayor.

Se despertó al ser posado en la suave cama.
Abrió los ojos, y recién ahí se dio cuenta que su ropa había sido cambiada. 
Se sobresaltó. Pero no pudo quejarse, ni   nada porque el otro se metió al baño .

Se levantó a recorrer el lugar.  Era un monoambiente bastante amplio. Por un lado la cama. Cerca de la entrada, la cocina y lo que sería la sala. A su lado el baño. Todo muy minimalista.  Muebles rectos, de colores suaves, cálidos. Crema claro y  blanco predominaban.
Se sentó a esperar junto a una mesa alta, frente a la cocina.
Diez minutos más tarde, el mayor salió del baño.

-¿Me puedes decir que pasó?
-¿No te das cuenta?-. Lucía demacrado. A pesar de haberse lavado la cara, tenía las ojeras oscuras bajo sus ojos.
-No, sino no preguntaría.
Lo miro fijo, con sus ojos saltones de mal humor. Resopló.
-Tuviste tu primer celo.- Se dispuso a cocinar mientras el otro lo interrogaba.

-¡¿Qué!?.-Se levantó auscultando su cuerpo,  pero no sintió nada raro. -No puede ser.
-No necesitas creerme,  enseguida te vas a dar cuenta solo.
- Pero,  ¿por qué estoy aquí? ¿Y White?
-Era el lugar más seguro.  Me dijo que vives solo. Además, estar con otro omega los hubiera puesto en peligro. Y yo puedo mantener alejado a los alfas de ti.
- Pero tú eres un alfa.
-No te hice nada, ¿cierto?
-No puede ser, esto no me puede estar pasando.
-¿Por qué no ? Es parte de nuestra naturaleza.

Se refregaba el pelo tratando de  recordar lo que había pasado.
-¿Por qué no me acuerdo de nada?
-No lo sé. ¿Estuviste alimentándote bien? Tal vez estabas débil. No lo sé.  Después ve a visitar un doctor,  yo que sé.
Le acercó el plato y continuó.
-Tomá. Come. Lo necesitas. Tomaste medicina para aplacar el celo-. Huevos revueltos, queso, pan tostado, frutas, y un café. - Ya sé , el doctor dijo que la medicina era muy fuerte.  Tal vez por eso no te acuerdas nada. Pero, yo en tu lugar, trataría de no esforzarme.

El menor lo miró extrañado.
-Dime qué hice.
-Come, y no preguntes más.

Refunfuñando por lo bajo, obedeció. El primer bocado lo llevó al cielo. Nunca había probado algo tan simple y delicioso.  No pensó que tenía tanta hambre.  Devoró cada alimento, disfrutando el momento.

Unos momentos después, preguntó tímidamente.
-¿Puedo ducharme?   
- Si. No preguntes. Haz de cuenta que es tu casa-. El mayor siguió comiendo sin mirarlo.

Gun metió el plato  a la pileta y,  caminó unos pasos hacia el baño, cuando un dolor en la ingle lo dobló. 
Off corrió a ayudarlo. Intentó levantarlo pero no pudo.
Tomándose del vientre. Lágrimas presionando en sus ojos. Tratando inútilmente de calmarse. 
El mayor se sentó a su lado.  Lo tomó en sus brazos apretandoló fuerte y bañándolo con  feromonas para aliviarlo.
Un sollozo muy bajo, denotaba que estaba sufriendo.  Lo subió a su regazo y acunó. Una canción muy suave brotó de sus labios mientras lo mecía dulcemente. No sabía de dónde nacía todo esto que hacia, solo lo sentía.
El menor comenzó a aflojarse. Lo sostuvo con más firmeza.

-¿Te sientes mejor?
El menor levantó el rostro. Sus ojos enrojecidos, anegados en lágrimas .
Off vió los dientes apretando sus labios y no lo resistió. Agarró su nuca  atrayendolo más hacia sí. Se zambullió en su boca, en su llena carne rubí, perdiendo la razón. Mordiendo y  lamiendo cada recoveco, castigándolo.

Gun se aferró  a él, con brazos y piernas. Lo atrajo sobre él mientras caían en la alfombra.  Restregando su cuerpo.  En éxtasis, lo tiraba más y más. Apretandoló con sus piernas.  Incrementando su propio placer.

Off   continuó amando la boca de ese omega. Ido, sin sentido, poseído.  Hasta que un jadeo fuerte y al mismo tiempo, ahogado, indicó la liberación del menor.
Cuando sus movimientos se  suavizaron, se levantó y al pequeño.  Durísimo como una piedra, lo  llevó hacia el baño. 
Gun poco a poco reaccionó. Le mostró donde estaban las toallas y lo dejó solo.

Recargado contra la puerta cerrada, ya lo sabía . Era su destinado, y había caído por él profundamente.

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Disculpen la tardanza en actualizar.  La cuarentena me pegó un poco.
Espero que estén bien.  Nos vemos.

Los Labios Del Pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora