*Revelaciones *

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Después de tres largas horas, New salió del quirófano.
Tay estaba seco de tanto llorar.
Off, que había ido apenas terminó la clase, miraba con recelo al alfa que se recargaba contra su amor; pero lo dejaba ser. Luego, tendría que refregar su cuerpo en Gun con mucho gusto, para deshacerse del aroma intruso.
El medico salió. El alto se hizo cargo.
- Y doctor ¿ Cómo está?
- Esta bien. Tuvimos una complicación al principio, pero pudimos controlarla.  Un par de costillas y una pierna, fracturadas. Respondió satisfactoriamente a la operación. En general, podemos decir que está bien. Enseguida lo pasaremos a sala. Sólo uno, se puede quedar a acompañarlo.
-Gracias doctor.

Gun preguntó inmediatamente
- ¿Quieres que me quedé? ¿ Así descansas? Estás destruido Tay.
-No, no gracias. Solo podré descansar, si él esta a mi lado. Gracias de verdad, por acompañarme. Por estar.
-Okey, pero voy a buscarte algo para comer y tomar. Estás deshidratado.

Miró a su alfa y le dijo.
-Quedate un momento con él. ¿Sí? Voy hasta  la cafetería y vuelvo.
El alfa asintió. Un beso rápido y se alejó. Off rodeó con el brazo a Tay , mientras esperaban ver pasar a New hacia la habitación.

-A ver, a ver ¿ Qué le llevó? Tiene que ser algo nutritivo. Algo potente.
Iba pensando y dirigiéndose hacia el lugar, cuando sintió un pinchazo en su brazo.
-Auch- Dijo.
Rápidamente, su cuerpo dejó de responderle. Sentía que se desvanecía. Cuando alguien lo atrapó.
Quiso agradecer, pero se iba. Lejos muy lejos. Solo llegó a escuchar, algo muy lejano en su oído:
-Así te quería encontrar, que fácil me lo hicieron.

Gun estaba tardando mucho. Eso no le gustaba nada. Le hizo acordar al parque.
- ¡Parque!- Se levantó de golpe.-¿Puedes quedarte solo? Necesito ver porque se demora tanto Gun.
-Sí, claro. Ve.

Corrió hasta la cafetería para encontrarla vacía. Una presión en su estómago, no le auguraba nada bueno. Recorrió una y otra vez, los pasillos del hospital. Llamándolo por el celular sin cesar.  El teléfono, sonaba y sonaba. Cero respuesta.
-¿ Tal vez fue hacia la calle buscando otro lugar donde comprar?¿ Y se quedó sin batería? Sí, sí.
Mil hipótesis se tejían en su mente, mientras atravesaba las calles, cuadra tras cuadra.
Un mareo lo detuvo.  Se sostuvo en una pared y cuando se tranquilizó, volvió corriendo de donde había partido.
Frenó en una esquina mirando si había regresado con Tay. Negativo.
Se le revolvió el estómago. Todos los ácidos del mismo, hicieron el camino inverso, y se encontró vomitando en un tacho de basura.
El alfa corrió a su lado.
-¿Qué te pasó?
Se limpió y respondió.
- A mi nada. Es Gun. No lo encuentro. Estoy casí seguro, que algo le pasó.

Estaba incómodo, somnoliento. Movió su cuello tratando de despertarse. Crujió. Intento mover la mano para rascarse la cabeza. Y no pudo. Estaba sujetada por algo. Tembló fuerte cuando intentó lo mismo con la otra y nada. Sus pies estaban atados también.
Abrió los ojos.  La oscuridad misma.
-¿Donde estoy?¿ Qué pasó? ¿ Estoy soñando?
Su voz se ahogaba.  Quería hablar pero no salía sonido. Respiró varias veces, bajando su ritmo cardíaco.
-Auxilio- Salió en un hilo.- Vamos- pensó. -¡Ayuda! ¡Auxilio!
Empezó a gritar, más y más fuerte.

Una puerta se abrió, iluminando el lugar donde estaba.
-¿Al fin!¡ Despertaste!
Trato de acostumbrar sus ojos a la claridad, para ver el rostro de aquel que hablaba.  No lo conocía.
-¿Dónde estoy? ¿Quién eres?- preguntó inútilmente
-Creo que es obvio. Ya que no te llegan mis mensajes, tengo que dártelos personalmente
-No entiendo. Suéltame.
-¿Que no entiendes? Te dije que te alejaras de Off , y no solo no te alejaste. Te fuiste a vivir con él.
-Es mi vida. No tengo que dar explicaciones.
Caminó delante de él. Luego dió dos zancadas para ponerse justo al lado. Agarró su cabello y tironeó, hasta que su cuello se inclinó. Le susurró.
-No es solo tu vida.¿Me escuchas?
Gun se tragó el quejido.

Un sonido rompió el silencio. Era uniforme y repetitivo. Se acercaba.
Los dos miraron hacia la puerta.
Se hizo más claro, hasta hacerse conocido.
Se convirtió en el choque de los tacones de una mujer contra el suelo, atravesando la puerta y entrando a la habitación.
-Ya déjalo.  No seas ansioso. Recién empezamos esto.
El omega se horrorizó, mientras la cara de la mujer comenzaba a tomar forma y distinguirse. Era Bela.
-Hola perra. Tanto tiempo.

Los Labios Del Pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora