*La cita (Off)

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Me sorprendió Gun, con la propuesta de la cita.
En realidad, me ganó de mano.
Nos encontramos en el estacionamiento,  y mientras ibamos de camino a casa, me puso al tanto de lo que había hablado con Tawan.
Cambié el tema, preguntándole donde queria ir. Sí al cine, a comer, al shopping. Me respondió que hagamos lo que fluya, sin planificar nada.
Llegamos a casa, nuestra casa. Me muerdo la lengua para no decirle de una vez, que se mude conmigo.
No quiero presionarlo más. Tuvo suficiente estos dias.

Lo miro mientras se peina. Es tan cómodo verlo así. Es como sí siempre hubiera estado conmigo.
Momentos después lo veo mirando a la nada, tildado.
Me pregunto que estará pensando.
Me acerco a besarlo por detrás,  pero se retuerce en mis brazos, cuando le susurró en el oído. Me divierto haciéndolo.
Le pregunto sí nos vamos. Todo cosquilleado me responde.

No quiso que lleve el auto.
Asi que salimos caminando sin un rumbo fijo.
Caminamos un par de cuadras chocando torpemente nuestros hombros y brazos, hasta que sujeto su mano.
Lo siento tensarse momentáneamente, pero no me suelta. Eso es bueno.

Llegamos al parque, donde había montada, una feria.
Gun estaba como un pequeño niño, arrastrándome de sitio en sitio, buscando que comer.
Elegimos y nos fuimos a sentar.

Estar así con él.  Tener una cita con mi amor. Era un sueño. Me sentia dichoso, feliz .
Le pregunté si queria ir a otro lado, pero no. Él era feliz estando así, en ese lugar, conmigo.

Comimos y luego él se recostó contra mi. El corazón me iba  a explotar de tanto que latía. Lo abracé fuertemente tomando sus manos entre las mias. Lo amaba más y más. Pueden decirme cursi, pero asi lo sentía.
Quiero estar con él para siempre.

Una vocecita me despertó de mis pensamientos.
-Off.
-Síii.
-¿Qué vamos a hacer de ahora en adelante?
Mil pensamientos se agolparon de golpe en mi cabeza.
-¿Cómo qué?
- Tengo que volver a mi departamento.
- No, ¿Por qué?
- Porque estoy pagando un alquiler y no lo estoy usando.
Una sonrisa se dibujó en mí.
- ¡Ah!- Lo moví para que me miré directamente. - Yo quiero que estés conmigo. Pero no puedo obligarte a que dejes tus cosas,  tu lugar, tu casa.
- Yo también quiero estar contigo,  pero no queria imponer mi presencia en tu casa.
Este Gun me va a hacer dar algo.
- Nuestra casa.  Fue tuya, nuestra, desde el primer momento en que atravesaste la puerta, e intentaste hacerme cositas.
Mi omega se sonrojó. - Obvio que te quiero a mi lado.  Veinticuatro horas, si es posible. Ven a vivir conmigo. Por favor.
- Sí, sí.

Nos abrazamos, y luego de un breve beso, fue a buscar algo para tomar.
El tiempo pasaba, mientras pensaba en los momentos felices que vivíamos y los
venideros. Desapareció en la multitud.
El tiempo pasó,  mas y más. Demasiado.
¿Dónde esta?

Salí a buscarlo desesperadamente, pero no lo hallaba, hasta que ví una multitud  de gente. Me metí entre ellos y lo ví, tirado en el medio.
- ¡Gun, Gun!

Los Labios Del Pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora