*La cita (Gun)*

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La primera cita con Off.
La verdad, nosotros también empezamos al revés. Nuestro comienzo fue con experiencias fuertes.

Lo miró cambiándose, de reojo y me doy cuenta todo lo que realmente me gusta ¿Cómo fui tan ciego? Hasta abotonándose la camisa, me parece lindo.
Por mi negación causé todo esto. El celo, la crisis de Off. No quiero ni pensar.
Me miró en el espejo del baño, cepillando mi cabello, y reconozco que nunca he tenido una verdadera cita. A la de Tawan, nunca lo consideré así. Para mí, era salir con un amigo.
Verlo feliz, me pone feliz. Soy un poco frío, lo sé. Espero cambiar un poco.
También tengo que hablar del departamento. Se acerca la fecha de pago, y sí no lo uso, debería dejarlo.

De repente, siento el abrazó de mi alfa, que me despierta de la ensoñación en la que estaba.
Me susurra. Una corriente eléctrica me recorre, dándome cosquillas.
- ¿Nos vamos?
Me hago más chiquito, riendo y aferrándome a sus brazos.
- Vamos.

Quise que camináramos sin dirección.
Sin pensar, dejando que la vida nos lleve.
Varias calles después, sentí la gran mano de él aferrando la mía. Me puse incómodo por un momento y me relaje. Me tomó por sorpresa, sólo eso.
Era cálida y suave. Me entretuve acariciándola.
Mis sentidos se intensificaron. El ambiente , el aroma de las flores, la suave brisa, todo estaba a flor de piel.
Así caminar con él, despertaba en mí sensaciones que nunca sentí.

Llegamos al parque. Una feria itinerante estaba instalada. Puestos de comida, juegos y musica.
Realmente me emocionó, hace mucho no iba a una feria. Lo llevé de puesto en puesto buscando algo para comer.
Hasta que elegí una brochette de pollo y él, unas papas aderezadas con una salsa que contenía jamón.
Nos sentamos en el pasto, cerca de un árbol y alejados de la multitud.
- ¿Estás bien? ¿Quieres ir a otro lugar?
Me preguntó de golpe, Off.
- No. ¿ Tú te quieres ir? Es hermoso aquí.
- No. Estoy contigo. Cualquier lugar es bueno.
- Yo pienso lo mismo.

La comida duró un suspiró.
Me recosté contra su pecho. Nuestras manos entrelazadas.
Oyendo la música a lo lejos, las luces titilantes, generaban un ambiente romántico.
-Off.
- Siiii.
- ¿Qué vamos a hacer de ahora en adelante?
-¿Como qué?
- Tengo que volver a mi departamento.
- No, ¿ Por qué?
- Porque estoy pagando un alquiler y no lo estoy usando.
- ¡Ah!- Me empujó hacia adelante y me volteó enfrentándome a él.- Yo quiero que estés conmigo. Pero no puedo obligarte a que dejes tus cosas, tu lugar, tu casa.
Una emoción se instaló en mi pecho.
- Yo también quiero estar contigo, pero no queria imponer mi presencia en tu casa.
- Nuestra casa. Fue tuya, nuestra, desde el primer momento en que atravesaste la puerta, e intentaste hacerme cositas
- dijo pícaramente. - Obvio que te quiero a mi lado. Veinticuatro horas, si es posible. Ven a vivir conmigo. Por favor.
- Sí, sí.
Abrace a mi gigante, como pude. Mí, mí. Me estoy volviendo posesivo, lo sé.

Al soltarme de su abrazo, me dió sed.
- ¿Quieres que vaya a buscar algo para tomar?
- Vamos.
- No, no quédate. Cuida el lugar. Ahora vuelvo.
Le dí un beso mientras él me sostenía las mejillas, apretándome.
Dejando su lado,con muchos pensamientos alegres y planes en mi cabeza, me alejé buscando un lugar. Ví uno donde vendían licuados.
Lo último que recuerdo es dirigiéndome hacia allí.

De repente, todo se volvió negro.

Los Labios Del Pequeño OmegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora