Sonríe (Mirio x reader)

MOMENTOS

Una vez más en la escuela me puse a pensar que jamás les había preguntado a Mirio y a Tamaki cuales era sus dones. Así que en ese mismo descanso aproveché para preguntar.

-Oigan, no lo pregunté antes, pero en verdad tengo curiosidad ¿Cuáles son sus dones?- se miraron entre sí y luego Mirio sonrío y se levantó de donde estaba sentado.

-¡Te mostraré!- el rubio se dispuso a activar su particularidad.

-Mirio, no creo que sea buena idea- dijo Tamaki con preocupación.

-Tranquilo, he mejorado, atravesaré al árbol de aquí con mi brazo- me miraba a los ojos con mucha seguridad.

Al principio sus dedos comenzaron a atravesar el tronco del árbol, Mirio parecía emocionado y Tamaki asombrado, siguió avanzando y su mano ya lo había atravesado, pero cuando llegó el momento de su brazo, entonces toda su ropa comenzó que caerse, no hubo tiempo de reaccionar, todo sucedió muy rápido, Mirio sacó su mano del árbol y comenzó a ponerse la ropa.

-¡Perdón que hayas tenido que ver eso!- Estaba tan nervioso que incluso le costaba trabajo ponerse la ropa, reaccioné y me tape los ojos, estaba segura de que mi cara estaba toda roja, como respuesta a mis emociones pequeñas flores comenzaron a crecer a mi alrededor y se siguieron extendiendo hasta que se me había pasado la vergüenza por ver a Mirio así.

-Sabía que algo así sucedería- suspiró Tamaki

Cuando todo había vuelto a la normalidad Mirio me explicó lo complejo de su don, ahora comprendía porque le costaba tanto trabajo mantenerse vestido, posteriormente le pedí a Tamaki que me mostrara su don también, el asintió com vergüenza y con un poco de trabajo convirtió una de sus dedos en un tentáculo.

-¡Es adorable!- me acerqué para verlo mejor.

-Puedo manifestar en mi cuerpo todo lo que como- dijo con vergüenza.

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El tiempo pasó fugazmente casi sin que me diera cuenta, Aizawa comenzó a trabajar como profesor en la UA la mejor academia de héroes en Japón, a veces cuando no tenía clases me llevaba con él porque no quería dejarme todo el día sola en casa, conocí a muchos héroes profesionales, ¡incluso a All Might! Y también tuve la oportunidad de reencontrarme con el director.

Pronto había pasado a cuarto de primaria, el tiempo con Mirio y Tamaki siempre era genial, cuando Aizawa les tomó confianza me dejo regresar sola de la escuela con ellos, no vivíamos muy lejos, Mirio vivía a unos 15 minutos de mi casa y Tamaki a unos 25, la pasábamos muy bien, muchas veces nos llamaban la atención, ya sea porque Mirio se desnudaba intentando utilizar su don o porque yo llenaba todo de plantas y Tamaki como siempre igual recibía sanción por estar con nosotros, pero no le importaba mucho.

Seguí entrenando, pero me di cuenta de que las cosas no serían tan sencillas como parecían, tenía poder, si, pero hacer crecer flores no bastaría para defenderme, tenía que manipularlas, decidir en qué dirección crecerían de que tamaño y en que forma, no era lo mismo hacer crecer un tronco que un tronco torcido, alguno de los dos resultaría más útil. Además tenía que hacerlo con velocidad, nadie esperaría a que hiciera crecer plantas poco a poco.

Eran muchas cosas que debía mejorar y cada entrenamiento era más duro que el anterior, pero aún así siempre podía confiar que aunque fuera cansado algún día daría frutos.

Mirio, Tamaki y yo habíamos planeado una pijamada, el momento de pedir permiso se acercaba y no sabía como reaccionaría Aizawa.

-Buenos días- Le dije a Aizawa quien apenas se había despertado, yo me había levantado antes para preparar el desayuno como pude, pensé que sería un buen método de convencimiento.