LÍRIOS DEL COLOR DE LA NIEVE

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Narra _____ 

Pronto habíamos entrado a la secundaria, los tres entramos a la misma puesto que era la más cercana, además no queríamos separarnos para nada. Sin embargo, algo raro sucedía ese día, aquel martes en la madrugada los recuerdos no me dejaron conciliar el sueño en absoluto, en la oscuridad con la mirada perdida en el techo decidí sacar aquella foto que se encontraba en uno de mis cajones, aquella en la que me encontraba con mis padres.

La contemplé un rato sin poder llorar, en esa madrugada se cumplía un año más desde que los había perdido, tenía tres años, tampoco es como que los conociera demasiado, pero creo que eso es lo más triste de todo... lo más frustrante, no poder llorar por quienes seguro te amaron con toda su alma. Tenía recuerdos vagos de vez en cuando pero nada completamente concreto, pasé las yemas de mis dedos por el papel fotográfico, sobre el rostro de mi madre y luego sobre el rostro de mi padre. Cuando era más pequeña jamás me detuve a pensar demasiado en lo poco que los conocía, pero por algún motivo ahora era cuando más pensaba en ello, sobre todo en estas fechas.

Al día siguiente tenía que alistarme para ir a la secundaria, no había dormido nada, tenía ojeras enormes y a pesar de escuchar el despertador, la verdad era que no quería levantarme. Al poco tiempo Aizawa tocó la puerta.

-¿Puedo pasar?- 

-Adelante- hasta mi tono de voz sonaba monótono, sin esperar más entró y me vio tirada en la cama.

-¿está todo bien? Se te hará tarde para la escuela- se sentó en la cama, seguramente se preocupó porque yo no suelo ser así.

-Estoy bien, solo un poco cansada- me estiré en la cama intentando sonreír.

-¿Irás a la escuela o prefieres ausentarte hoy?- era raro que se comportara así de flexible.

-Iré, me daré un baño y bajaré en un momento- me levanté como pude de la cama, sabía que si faltaba preocuparía a todos más de lo necesario, tenía que ser fuerte, superar esto...

Aizawa se fue de la habitación y yo terminé de arreglarme rápido, una vez en la escuela me era muy complicado mantenerme despierta durante las clases, en clase de historia durante una lectura me fue inevitable y me quedé dormida.

-Señorita Aizawa- escuché un leve susurro que decidí ignorar -¡Señorita Aizawa!- está vez fue más fuerte, me desperté de golpe solo para ver a la profesora furiosa delante mío.

-Lo lamento- dije aún un poco somnolienta.

-Vaya al baño y regrese cuando esté totalmente despierta- me señaló la salida con la mano algo furiosa- Y asegúrese de controlar su don- me extrañó aquello último, cuando miré mi asiento vi que estaba lleno de flores, al parecer tampoco estaba controlando mi poder adecuadamente. Grandioso...

-Seguro- le resté importancia y salí del salón, podía sentir la mirada de Mirio y Tamaki sobre mi, pero no me sentía en condiciones para seguir en clase, no me sentía en condiciones de nada, no dormir comenzaba a pasar la factura.

Me pase el resto de la clase en el baño, no me molesté en regresar hasta que acabara puesto que era el descanso, al llegar al aula tanto como Mirio como Tamaki se me acercaron de inmediato.

-_____, ¿estás bien? luces cansada- Mirio me veía preocupado al igual que Tamaki.

-Estoy bien, vayamos a la cafetería- sonreí ligeramente para emprender la marcha.

-¿Por qué haces eso?- Mirio me tomó de la mano antes de que comenzara a caminar.

-¿Qué cosa?- pregunté algo extrañada intentando mantener la sonrisa en mi rostro.

Sonríe (Mirio x reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora