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HJN.

La espalda de Jeongin es golpeada sin brusquedad contra la pared lo que lo hace gemir, Seungmin continúa besando el cuello del menor y yo siento mis pantalones apretar cada vez más.

—Innie, siéntate sobre mis piernas—Ordené sintiendo como el calor se apoderaba de mi cuerpo.

El rubio besa una vez más los labios de Seungmin antes de acatar mis órdenes, puedo notar perfectamente como Seungmin rechista por mi decisión, pero aún así se acerca a la cama. Siento los labios de Jeongin succionar la piel de mi cuello y la culpa se apodera de mí.

Mis pensamientos divagan sobre lo que está sucediendo. El cuerpo de Jeongin tiene nuevos hematomas que decidí pasar de largo, sabía que si cuestionaba algo, Innie evitaría el tema y se molestaría por "haberme preocupado". Seungmin acariciaba la cintura del anteriormente nombrado, lo cual, tampoco es raro, ya que Seung siempre tuvo esa fascinación por el chico de cabellos rubios desde que se conocieron. ¿Entonces por qué?, ¿Por qué me siento tan mal?, ¿Por qué tengo culpa en mi cuerpo?, ¿Por qué quiero joderlo todo y quedarme simplemente con Seungmin?, ¿Por qué es tan difícil de comprender?

Seungmin siempre había sido mío, nos conocíamos desde que se había mudado al departamento de junto, con su sonrisa amable y sus comentarios sarcásticos, yo estaba enamorado.

El golpe mayor fue cuando el nene con ganas de morir se atravesó, se robo la atención de MI Seung y se le antojó ser acogido por mi futuro esposo, necesitaba deshacerme de esa pequeña molestia y me fue realmente sencillo meterme con su cabeza para manipularlo...Subir sus fotos intimas...alentar sus ganas de morir.

Empujo una vez mas mi cadera, haciendo lloriquear al menor que comienza a apretar y a negar con su cabeza. Sus pupilas están dilatadas, sus mejillas sonrojadas y el pequeño hilo de saliva que desciende de su boca hasta su quijada no hace nada más que hacerlo ver más lindo, su cuerpo delgado y sus largas piernas lograrían cautivar a cualquiera, pero Yang Jeongin era más que eso.

—¡HyunJin!, ¡ah!, ¡HyunJin! —Chilla el rubio con un tono desesperado.

Mi problema comenzó cuando encontré a Jeongin encerrado en el baño con las muñecas rojas y el agua mezclada con sangre, en ese momento, comprendí que yo era completamente un monstruo.

SGM.

La primera vez que descubrí que tenía un acosador fue raro, no tenía miedo porque no esperaba que hiciera otra cosa además de seguirme, entonces lo vi conversando con Innie. Yang Jeongin tenía esa manía de hablar con los vecinos, con su amable sonrisa y sus ojitos que se achicaban lograba cautivar a cualquiera.

Mordí mi labio inferior cuando las manos de HyunJin se comenzaron a pasear por mi abdomen, obligándome a cerrar los ojos y pensar en cualquier otra persona que no fuera él, no mi acosador.

Para la tercera semana con Jeongin siendo mi rommie las cosas se habían salido de control. No podía, no sería tan cruel como para decirle que se aparte de HyunJin cuando recién comenzaba a animarse a hablar con más personas, pero no me agradaba. HyunJin era raro, silencioso y un poco antipático.

Jeongin se sienta sobre mi regazo y comienza a restregarse con ganas, arrebatando gemidos de mis labios que yo hubiera entregado gustoso desde el inicio. Mis piernas son abiertas, siendo sujetadas por los muslos, pero mi mente solo está en los ojitos de Jeongin.

No es que yo odiara a HyunJin, simplemente no me gustaba, no me gustaba cerca de mi o cerca de Jeongin. Me asustaba que apareciera de la nada o supiera cosas que se supone nadie debería de saber sin contar que continuaba siguiéndome, Pero si Jeongin estaba de acuerdo con esto... yo no era tan cretino como para arrebatarle su felicidad.

YJ.

Puse los ojos en blanco sin dejar de gemir por las estocadas que cada vez golpeaban aquel dulce punto con insistencia, estaba cerca, demasiado cerca. Me impulsé con mis piernas sin dejar de dar pequeños saltos.

Estaba cansado, quería que todo terminara de una buena vez, necesitaba terminar con aquellas voces en mi cabeza que continúan reprochándome las cosas que hice. Solo tenía 16 cuando confié en la persona equivocada y el caos comenzó. Los insultos me daban igual, los golpes eran algo que yo toleraba desde primaria, pero cuando comenzaron los toques inapropiados... solo me hacían querer cerrar los ojos fuertemente y continuar llorando. Era mi hermano, se supone... se supone que no le haces eso a tu hermano... a nadie.

Uhg, Seungmin, me vengo—Apreté mis puños cuando sentí las manos de HyunJin acercarme a él y un pequeño grito fue inevitable de mi parte al sentirlo dentro.

Cuando conocí a Seungmin me sentía más calmado, más eficiente, porque al menos lo podía hacer sonreír a diferencia de HyunJin, Seungmin me hacía sentir querido. HyunJin me alzaba el autoestima fuertemente cada vez que me besaba, cada vez que sus manos me tocaban, que sus labios recorrían mi cuerpo, me hacía sentir excelente.

Un fuerte gemido resuena por la habitación, acompañado de espasmos y de lindas palabras por parte de ambos chicos, estos se apartan con cuidado de no lastimarme y continúan besando mi espalda y cuello.

Simplemente, no pude decidir

Coward ¢ MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora