tpa [Minsung]

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Comenzó su día de la peor manera, su madre lo despertó a la madrugada por unas estúpidas pastillas (así las llamaba él), no estaba loco y no necesitaba esas píldoras, pero hacía todo lo posible para no desobedecer a su criadora.

Tomó una ducha y fue a la escuela, aunque con la idea de faltar.

– Lee Know, no puedes faltar a clases siempre– Lo ignoró y siguió caminando– ¡Te estoy hablando!

– ¡No iré!– Gritó llamando la atención de los alumnos en la entrada del establecimiento. 

Felix era su mejor amigo, lo acompañaba en todo y nunca lo dejó a pesar de los ataques de ira que tuvo. Pelearon varias veces por culpa del mayor, incluyendo golpes, pero el pequeño australiano sabe el porqué. Si uno salta a un precipicio el otro lo sigue, si uno roba un banco el otro lo hace también, eran siameses, hacían un ruido bastante importante con sus rebeldías. Todos en la ciudad los conocían y los adultos les advertían a sus hijos no acercarse a ese dúo peligroso, o así los llamaban.

– Llámame si necesitas algo, estúpido– Bufó y se dio la vuelta para entrar a la escuela. Así era todos los días, el mayor faltaba a clases y Felix lo cubría.

Caminó por todo Seúl hasta que oscureció, trató de controlarse y no golpear a cada persona que se le cruzaba, no quería seguir decepcionando a su madre. Aunque hace dos días no se metía en alguna pelea con alguien y le estaban picando los puños, literalmente.

Quería ser alguien normal, no beber, no fumar, no golpear a nadie, no ir de fiesta en fiesta, no ir mal en clases, solo quería ser un adolescente normal de diecinueve años.

¿A qué le llama normal? A alguien que no padece el trastorno antisocial de la personalidad.

– Ten cuidado, idiota– Cuando salió de la tienda un chocó con un chico que parecía menor que él, era bonito pero lo que menos pensó fue en eso, solo quería golpearlo– ¡Te estoy hablando!– Se fue sin decir nada, no podía seguirlo porque se veía que no iba a defenderse y no quería cometer un homicidio, o no aún.