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Claramente, Jeongin aceptó, no desperdiciaría una noche donde puede estar con Felix.

– ¿Ustedes vienen?– El pecoso miró a los otros tres, Chan y Hyunjin asintieron, pero Jisung no respondió porque quedó perplejo al ver la compañía del rubio– Ah, Minho no muerde– El nombrado levantó su mirada y vio al peliazul, no había notado su presencia porque se había quedado mirando el suelo y absteniéndose a golpear a alguien.

– Vamos, idiotas– El menor de todos rodó los ojos y salió por la puerta de la discoteca seguido por los otros cinco– Bien, yo digo que robemos algo porque no tengo más cigarrillos– Dijo una vez que salieron a la calle, la cual estaba vacía ya que eran las cuatro de la mañana.

– ¡Pero te di un par hoy!– Han reaccionó y sacó una cajetilla de su bolsillo para agarrar uno y encenderlo.

Minho seguía con su mirada fija en él, aunque nadie lo notaba más que Felix porque caminaban detrás de los otros cuatro, este último le dio un suave codazo y sonrió. No entendía por qué no podía sacar de su mente a Jisung, ahora que lo tenía a un par de pasos era algo de no creer. Se veía tan pequeño y necesitaba protegerlo. La campera y los pantalones ajustados negros le llegaban a la cintura, haciendo que se marque bien esa parte de su cuerpo, lo único que deseó Minho era abrazarlo y pasar sus brazos alrededor de la cintura.

Dios, ¿en qué estaba pensando?

– No, no, no, no, no– Sacudió su cabeza con rapidez mientras susurraba y se ponía las manos en la cabeza, preocupando a Felix.

– ¿Q-Qué pasa?– Dejaron de caminar mientras los demás no se daban cuenta– ¿Has tomado tus pastillas? Por favor, háblame.

– ¿Estás bien?– El peliazul notó que detrás de su grupo no habían pasos, así que se acerco a los Lee.

El mayor de los tres no respondió, se arrodilló y con su mano hizo una seña para que paren, necesitaba respirar y no perder la calma.

Le pasaban cosas así a menudo, pero siempre fue por recuerdos que tenía de su padre o maltratos verbales de su madre, incluso estrés, pero nunca por pensar en alguien que le llamaba la atención.

– Volvamos, estoy bien– Ignoró la presencia de Jisung e inhaló todo el aire posible para después soltarlo. Siguió caminando como si nada, acercándose un poco a los otros tres.

Si piensa que estoy loco, quizás se aleje de mí y no tenga que verlo, pensó, aunque solo lo vio tres veces y lo enloqueció.

tpa [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora