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Jisung se sentía en pleno cielo, sin nadie que lo moleste, estaba saltando de nube en nube, sintiendo la esponjosidad de estas, la suave brisa dando en su rostro, quizás estaba soñando mucho o era lo que Minho le estaba haciendo fumar en ese momento.

Era de madrugada y estaban probando nuevas sustancias, no tenían nada que perder y eran jóvenes, ¿qué podía pasar? Corrían, bebían, saltaban, reían y estaban siendo felices en ese momento, ninguno de los dos quería que terminase.

– Mierda– El mayor tomó la mano del menor para salir de ese callejón en el que estuvieron descansando al escuchar la sirena de la policía cerca de ellos, dos cuadras después pararon apoyándose en sus rodillas para tomar aire.

– Estoy cansado– Suspiró Jisung, se apoyó en la pared de un viejo edificio y veía cómo Lee se acercaba tomando su cintura, no habían hablado del beso ni se acercaron de esa forma en toda la noche hasta ahora. Sus rostros estaban cada vez más cerca, pero como en las historias de amor, el sonido de una llamada entrante los interrumpió.

– No puede ser– Susurró y bufó, tomando su celular para atender– ¿Felix?– Se tomó unos segundos para escuchar lo que el australiano le decía a través de la línea y el mayor soltó un "hehe" como si fuese un niño travieso que rompió las reglas– Sí, no estoy en casa... ah, es verdad... sí, las tomaré, adiós– Cortó y vio al peliazul mirándolo con ese brillo en los ojos.

Ignoró eso y sacó una pastilla de su bolsillo e hizo un esfuerzo por tragarla sin tener que beber agua, ya que no tenía. Eran las cinco de la mañana y siempre recibía una llamada de su mejor amigo para asegurarse de que tome su medicamento, realmente no sabría qué hacer sin él.

– ¿Quieres ir a casa?– Se sintió extraño decir eso, tendría que acostumbrarse a vivir con él y las dos mujeres, por lo menos hasta que cumpla veinte años, ya era mayor de edad pero para su madre aún no era suficiente.

– No lo sé, la estoy pasando bien– Bajó su cabeza, no quería volver porque seguro su madre se levantaría y haría una escena por verlo en ese estado; alcoholizado y levemente drogado.

– Vamos a una tienda, necesito cigarros– Esa era una de las razones por la cual se había ido de casa, pero se olvidó completamente al estar con el peliazul.

No lo admitiría nunca, pero él también la estaba pasando bien, mejor dicho, increíble.

tpa [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora