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– Ah, eres raro, Minho– Le dijo entre risas nerviosas, al ver la seriedad en el rostro del mayor supo que su propuesta no era un chiste– Está bien, sí quiero.

El alma del mayor salió a dar una vuelta manzana y volvió a su cuerpo en unos segundos, ¿ahora tenía novio? No sabía qué seguía en la lista, ¿debería besarlo? Tenía un debate mental del cual no obtuvo respuesta.

Se acercó y lo besó con un poco de brutalidad, pero se separaron por la falta de aire.

Jisung lo tomó del rostro con sus pequeñas manos y le dio un suave beso, de esos que duran menos de dos segundos pero que te roban el aliento en menos de uno. A Minho se le fue el aire, nunca había recibido un beso como tal, siempre fueron rudos o apasionados, pero nunca uno como el que le dio Han. En esos dos segundos pudo confirmar que los labios del menor eran tan suaves y esponjosos como un algodón de azúcar, era un viaje de ida.

– ¿Ahora qué sigue?– Preguntó el menor.

– N-no lo sé– Se quedó pensando unos segundos y lo tomó de la mano para ir a su casa.

Minho se sentía raro, tener sus dedos entrelazados con los del menor no ayudaba en absoluto. No sabía qué sería su vida de ahora en adelante, qué haría mañana o pasado. No iba a sentirse mal si en dos horas Han decidía por terminar esa relación que comenzó hace menos de diez minutos, prefería estar solo aunque no sabía por qué le pidió para ser su novio.

Quería sus besos, de eso estaba más que seguro. En el pasado (hace un poco menos de un mes) besaba a cualquier persona que le parecía atractiva, pero los labios de Jisung no se comparaban con cualquiera.

– ¿Tienes las llaves?– Preguntó el menor una vez que llegaron a la puerta. Las había dejado en la casa de Felix, ya que pensaba quedarse en su casa.

– Entremos por la ventana, se ve que tampoco las tienes– Lo llevó hasta la escalera por donde subía su mejor amigo en las mañanas y vio la cara de confusión de Jisung– No preguntes.

– No lo iba a hacer– Soltó la mano de su ahora novio y subió hasta la habitación como si tuviera experiencia, aunque con un poco de ayuda, y le siguió Minho.

– ¿Quieres dormir conmigo?– Preguntó el mayor una vez que estuvieron frente a frente– Claro que quieres– No esperó a que respondiera y lo empujó a su cama.

tpa [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora