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Luego de que Hyunjin se fue detrás de Jeongin, sabía que no era buena idea seguirlos así que se quedó en la barra.

La gente bailaba y se divertía mientras tomaban o fumaban, se veían todos felices junto con sus amigos o parejas, o solo ligues de una noche. 

Después estaba Jisung, con su frente apoyada en la mesada de la barra y con un vaso de cerveza en la mano, como si le hubiesen roto el corazón y ahoga sus penas en alcohol, era algo así.

– ¿A quién tenemos aquí?– Una voz demasiado conocida sonó por detrás.

– A nadie, ya me voy– Dejó el vaso en la barra y caminó hacia la salida. El viento frío de la madrugada golpeaba su rostro, titiritó por la baja temperatura y se empeñó a caminar sin rumbo alguno.

No quería ver a Minho, era suficiente con vivir bajo el mismo techo que él, no sabía que se iba a poner en modo idiota cuando empiece a gustarle alguien; que ese alguien fuese Minho no era muy bueno que digamos. Era un tanto bipolar, lo confundía, ¿jugaba con él? Quizás.

El dueño de sus pensamientos diarios apareció de la nada en su camino, arrastrándolo hacia un callejón oscuro por donde no pasaba nadie.

– ¿Te estás haciendo el difícil?– Intentó besarlo, pero Jisung corrió la cara.

– ¿Qué quieres de mí?– Hubo silencio por unos segundos– No soy alguien con el que puedes jugar.

Ah, que sensible. Pensó Minho.

Lo hubiese golpeado debido a la sensibilidad, pero lo veía tan pequeño al igual que sus lindas facciones, solo quiso protegerlo. No estaba seguro de una relación, no sería bueno para él y no tenía ni la menor idea de cómo sobrellevar un noviazgo.

No sabía qué le estaba pasando últimamente, cuando el menor se fue de la discoteca sus pies actuaron automáticamente y lo siguió, no quería dejarlo ir, pero, ¿por qué? Ni siquiera él lo sabía.

Él no sería una buena pareja para Jisung, era una mala persona pero increíble a sus propios ojos, ni siquiera lo quería su madre, ¿por qué Han sí lo haría? No quería dejar de besarlo aunque lo haya hecho un par de veces.

Era alguien tan impulsivo que a veces, -o la mayoría de ellas-, no medía sus palabras. Podía ser muy insensible o muy irrespetuoso, aunque este no era el caso. Si no eran pareja, significaba que no podían besarse, o así lo entendió Minho, así que volvio a hablar.

– ¿Quieres ser mi novio?– Le preguntó sin previo aviso.

– ¿Q-qué?

tpa [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora