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Ambos acabaron en enfermería y con trabajo extra como castigo.

Han no sabía que ese chico iba a su escuela, ni mucho menos que era con el que tropezó la noche anterior. Escuchó bastantes rumores sobre él, notaba el miedo que sentían los alumnos a pasar cerca de Minho, pero nunca le prestó atención.

El mayor tenía el pómulo morado y el labio partido, mientras que a Jisung le sangraba la nariz y tenía un ojo con un hematoma. 

– Eres un imbécil– El mayor se levanto de la camilla y se acercó al peliazul, que estaba acostado tapándose los ojos con el antebrazo– Te estoy hablando, maldita sea– Lo siguió ignorando desde que hablaron con el director de la escuela.

¿Qué iba a decirle? No tiene que disculparse por nada, él comenzó todo por un estúpido accidente. No quería tenerlo cerca, sentía una energía pesada pero a la vez cálida, era algo raro. Admitía que era el chico más lindo que vio alguna vez y podría haberse enamorado de él fácilmente, pero no pensaba en eso ahora, quería quitárselo de encima. 

Se levantó y pasó por al lado de Lee, ignorando sus quejas y gruñidos.

– ¿A dónde crees que vas?– Lo apoyó contra la puerta y posó sus brazos al lado de la cabeza del menor, quien no sentía nada en ese momento, ni siquiera su corazón. 

Se quedó estático, nadie se le acercó así en sus 18 años de vida, ni siquiera sus amigos para jugar. Sus ojos se posaron en los carnosos y rosados labios de Minho, ¿se sentirán como algodón de azúcar si los prueba?

No. Rápidamente sacó ese pensamiento de su cabeza, ¿qué le estaba pasando? Él nunca pensó así de nadie, ni siquiera de los artistas que tanto admiraba, sonaba un poco gay de su parte admitirlo. 

Posó sus ojos en otro lugar que no sea el rostro del pelinegro, quien lo estaba fusilando con la mirada.

– Déjame salir– Dijo con un tono autoritario, él nunca tenía respeto así que no se preocupó por eso. 

Minho tomó su barbilla y lo obligó a mirarlo, estaban tan cerca y sentían el aliento del otro en sus belfos, unos centímetros más y podían...

– ¡Jisung!– Escucharon el llamado desesperado de Jeongin y se separaron rápidamente– ¿Estás bien? Te ves pálido– Se acercó para tocar la caliente cara de su amigo, luego miró a Lee que estaba viendo un punto fijo de la enfermería.

– Sí, estoy bien– Mintió, estaba a punto de desmayarse– Vámonos.

tpa [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora