Prólogo

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El amor es una droga, una droga imposible de dejar y que cómo pasa con el abuso de todos los otros opioides y psicoactivos que existen, jamás tiene un final feliz.

Hoy he traicionado al amor de mi vida, la única persona que jamás me ha amado y aunque nos juramos amor eterno, sé que nuestro amor no trascendiera su muerte.

Tomas un alma desdichada, le añades una pizca de amor desinteresado y un millón de abusos a cambio, crees que un día se hartará, que la desdicha del abuso sobrepasará esa diminuta pizca de amor y la verdad es que no. El amor es una droga, no se la puede dejar, siempre vienes a por más, sin importar que te vaya destruyendo poco a poco todo lo demás, hasta que te pierdes a ti mismo en el intento y cuando ya no eres nada más que esa pequeña pizca de amor, porque todo lo demás se ha desmoronado a tus pies, pues la verdad es que ya no hay vuelta atrás. No se puede dejar atrás lo que uno es y cuando ya no queda nada más, ¿de qué piensas escapar?

El amor es una droga de la que no te puedes quitar ni con toda la jodida metadona del mundo. Así que mejor cierra los ojos, abrochate el cinturón y disfruta del puto viaje a la perdición.

Éxtasis | Vis a visDonde viven las historias. Descúbrelo ahora