Capítulo 6

3K 203 33
                                    

Para cuando la rubia se despierta en la enfermería al día siguiente yo ya no estoy ahí, no se que me pasa con ella, pero es que cada una de mis acciones a su alrededor es más extraña que la anterior.

Hoy es la vista donde vamos a declarar sobre los hechos de la muerte de Nerea y Casper durante la fuga. Saray lleva la mañana entera instándome a ganarme a Macarena como aliada, ignorante de nuestra extraña relación y la estupida discusión que tuvimos la noche anterior, la cual no fue siquiera una discusión, simplemente un desacuerdo de intereses, por el que en la mañana salí de la enfermería corriendo y dispuesta a practicar de ahora en mas el si te vi no me acuerdo rubia. Ahora con estas circunstancias me veo en la obligación de olvidar mis diferencias con la rubia y hacerla declarar a mi favor o de lo contrarío pasaré otros treinta años pudriéndome en este agujero.

Macarena se esta vistiendo para la vista cuando la gobernanta nos hace pasar a la misma habitación para hacer lo mismo.

«Daos prisa, que el juez está llegando», dice la gobernanta y como el de una suricata, el cuello de la rubia se estira para mirarnos, su mirada es la de una presa viendo como el león ya la acorraló cuando sus ojos se cruzan con los míos y entiendo que su intención no es para nada declarar a mi favor.

«Pero, ¿ellas también van a declarar?» pregunta la rubia, que hasta el momento debía pensar que lo haría sola y que yo jamás me iba a enterar que una vez más, estaba planeando clavarme el puñal por la espalda.

«Todas juntitas como una piña», responde Saray y Macarena se gira asustada como un ciervo a punto de ser devorado.

Yo aprovecho el momento para abordarla y mientras me quitó la camisa del mono de un tirón para cambiarme de ropa, le suelto una felicitación, es su cumpleaños después de todo.

«Feliz cumpleaños, rubita, si nos mantenemos unidas, todo saldrá bien», le digo y ella solo se queda parada como hipnotizada en mitad de la habitación.

«¿De qué hablas?» pregunta entonces.

«Habló de que el suicidio de Casper fue una pena, pero no se podía hacer nada», le explico mientras me quito la nadadora frente a ella y empiezo a vestirme para la vista.

«Es que lo iba a hacer tarde o temprano, ¿sabes? La chica tenia un problema... Tacatacatá», Saray interviene en mi defensa.

«No fue un suicidio... lo que yo vi fue otra cosa», dice Macarena y entonces me pongo en pie, y me acerco a ella.

«¿Y qué más da lo que tú viste?» Le digo casi al oído, «somos amigas y las amigas nos ayudamos... Nos felicitamos los cumpleaños... Nos escapamos juntas...» empiezo a listar ayudándole a subir el cierre de su vestido y ella se gira para mirarme a los ojos, «tú me jodes la fuga, yo no te mato...» afirmo amenazadoramente y Macarena me echa una mirada que me dice que no cree en mis palabras, no me cree realmente capaz de matarla y tal vez es mi culpa que no lo crea cierto, con lo errático de mis acciones últimamente no la culpo, entonces repito y esta vez me aseguro que en mis palabras se note la seriedad con la que estoy hablando, «tú me jodes la fuga, yo no te mato», digo en un susurro pero esta vez veo en sus ojos que me cree, sabe que lo haré si vuelve a traicionarme y entonces me dejo caer pesadamente sobre la silla creyendo que ya la he convencido.

«Asesinaste a Casper de un tiro en la cabeza», replica sin embargo, como si su instinto de supervivencia fuese mas pequeño que su valores morales. Cómo alguien puede vivir así, no me cabe en la cabeza.

«¡Otra vez!» resoplo yo poniéndome en pie nuevamente frente a ella, me cruzo de brazos y como si le estuviera hablando a un chaval le digo, «yo no tenía ningún motivo para matar a Casper. Fuiste tú la que me engañaste, fuiste tú la autora intelectual. Fuiste tu la que mato a Nerea», Macarena aparta la vista de la mía cuando menciono el tema, pero yo continuo, «¿cuantos años crees que te pueden caer por eso más o menos? Suma...», le digo y la rubia se sienta junto a mí para escucharme realmente, «a ver, lo del cabezazo a Nerea está grabado, Macarena, pero yo todavía te puedo ayudar, a cambio solo tienes que decir que Casper se voló la tapa de los sesos», digo yo y se que la rubia esta considerando mi oferta realmente esta vez, «a ver, repite conmigo... Casper se suicidó, qué pena».

«Qué pena», dice Saray tras de mí.

«No tengo ningún motivo para hacer eso», insiste la rubia.

«Si que lo tienes, lo tienes, porque esta señorita y yo somos tus dos únicas testigos. Y si no mentimos por ti. Te vas a chupar treinta años por asesinato... Treinta años", Macarena me mira y siento que quiere aceptar, pero hay algo reteniéndola y no se él que, entonces la gobernanta la llama para hablar con su abogada y nuestra conversación queda así, inconclusa y no se si otra vez me va a clavar el puñal por la espalda, pero lo más probable es que lo haga.

La vista comienza poco después de eso, Saray es la primera que llaman a declarar y como sabía que lo haría declara todo a mi favor; sin embargo, llama mi atención que en medio de la declaración Fabio entra en la habitación y le susurra algo al oído a la rubia, no logro escuchar qué es, pero segundos después la rubia se levanta y sale con él.

Entonces y para mi sorpresa cuando la rubia vuelve, y es su momento de declarar, declara a mi favor, corrobora lo que Saray dijo sobre Casper, palabra por palabra y no me queda más remedio que pagarle el favor declarando a su favor, no sé de que iba su conversación con Fabio, pero se que ha sido eso lo que ha cambiado su decisión y aunque en el fondo me gustaría que hubiese sido por mi que cambiara su opinión, no puedo hacer otra cosa que agradecer, que esta vez no se haya ido por la traición.

Éxtasis | Vis a visDonde viven las historias. Descúbrelo ahora