17.

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Saki no supo en qué momento, pero se había dormido en el hombro de Kiba. Quizá era algo que se veía venir, apenas empezaba a utilizar su sharingan de dos aspas y era un gran desgaste para su vista, quizá no le afectaba a su chacra, después de todo tenía una gran reserva gracias a su sangre Uzumaki, pero no era tan resistente como parecía.

Por no hablar de lo bien que se sentía con Hinata acurrucada a su lado derecho y en el izquierdo a Kiba dejándose utilizar como la almohada perfecta para la pelirroja que estaba temblando de frío para ese entonces.

—Hey, Saki, tienes que despertar.-Murmuró la voz dulce de Hinata, pero lo que realmente la hizo reaccionar fue las pequeñas lamidas que Akamaru empezaba a distribuir por su rostro.

—¡Akamaru!.-Se quejó lanzando unas cuantas risas por lo insistente del pequeño canino.

Se levantó tomando a Akamaru entre sus brazos, y justo en ese momento se percató de la presencia de todos los Genins que habían pasado la prueba del bosque de la muerte. Los colores se desvanecieron de su rostro al sentir las miradas hostiles sobre su persona.

—Creo que no es momento de jugar, mocosa.-Exclamó una voz bastante conocida para la Uzumaki, aquella presencia la hizo rodar los ojos antes de lanzar un bufido burlesco.

Neji Hyuga estaba parado frente a ella, con sus brazos cruzados sobre su pecho y una sonrisa petulante, pero sus ojos no mostraban ningún tipo de burla, al contrario, parecían bastante suaves. Su equipo no estaba muy lejos, lanzando risitas cómplices mientras miraban al par que parecía lanzarse chispas cada vez que se miraban.

—Ya me parecía raro no haberme cruzado contigo, pequeño, creo que mi suerte no duró mucho.-Se burló la pelirroja imitando la manera en la que lo había llamado durante su último entrenamiento juntos.

Los colores subieron al pálido rostro del Hyuga y su sonrisa se borró, claramente abochornado por el apodo burlesco que todo el mundo ahí había escuchado. Ante eso Saki sonrió orgullosa de dejar sin palabras al genio Hyuga.

—Saki...-Murmuró Hinata aferrándose al borde de su ropa, casi escondiéndose del chico con el cuál compartían ojos y apellido, quién no tardó en dedicarle una mirada de asco lo suficientemente fuerte como para esconderse aún más detrás de la pequeña espalda de la Uzumaki.

Y ahí recordó porque no se había cruzado con Neji en todo el examen. Ella misma había decidido, junto con Kiba, que no harían que Hinata se angustie con la presencia del Hyuga mayor, para ellos no era desconocida la tensión que había entre los primos y mucho menos el odio irracional que él mayor sentía por la heredera.

Saki entendía muy bien todo eso, después de todo su padrino era el padre de Hinata y había vivido de cerca toda la interna entre los Hyuga. A veces deseaba que sus padres hubieran elegido otro padrino y tutor provisorio para ella.

—Bueno, Neji, nos vemos luego, estoy muy ansiosa por derrotarte, pequeño.

Realmente se notaba como ella quería terminar con la conversación en ese mismo instante, Neji lo sabía e intentó no demostrar su fastidio por la situación, simplemente asintió, intentando parecer maduro a los ojos de la pelirroja.

—Inténtalo, mocosa Uzumaki.-Declaró antes de irse con su grupo sin girarse para verla otra vez.

—Hyuga petulante.-Bufó antes de girarse para regalarle una pequeña sonrisa a su persona favorita en todo el mundo.

Hinata le correspondió la sonrisa y Saki sintió que la habitación completa se iluminaba únicamente con aquella mueca en los labios de su mejor amiga. Casi la hacía olvidar que estaba en un examen donde su salud física y metal estaban en juego.

—¡Pónganse en posiciones, se les informará en que consta la tercera prueba!.-Exclamó Anko, la instructora de la segunda prueba, logrando su cometido en unos cuantos segundos.

Los veintiún Genins que pasaron la segunda instancia se colocaron de manera organizada por equipos, haciendo que Saki quede detrás de Hinata y ella detrás de Kiba. Estaban bastante nerviosos, pero al mismo tiempo tenían una gran ilusión por seguir avanzando.

El Hogake comenzó a hablar, pero mucho no le importó a la Uzumaki, no después de darse cuenta que justo a su derecha estaba Sakura y obviamente eso significaba que el equipo siete estaba junto al equipo ocho y eso generó aún más nerviosismo en la pelirroja.

No había cruzado palabra con su equipo original desde que terminaron el examen escrito, Sakura no le devolvía la mirada, Naruto parecía incómodo con su simple presencia y ni hablar de Sasuke que hacía como si ella no existiera en lo absoluto.

—Tienes que retirarte.-Escuchó a Sakura implorar, eso logró que toda su atención cayera en su primo.

Sasuke estaba débil, eso se notaba, hasta sin activar el sharingan podría decir que le costaba mantenerse en pie. Mordió su labio, preocupada, avanzando solo un poco, el Uchiha cubría su cuello con la mano y eso le generó aún más angustia.

—¿Qué te ocurrió?.-Preguntó sin importarle la riña que habían tenido, él era su única familia y aunque le hubiera dado la espalda por segunda vez en su vida lo seguía apreciando.

—No te interesa.-Escupió con rencor, cosa que no le gustó nada a la pelirroja.

Si, él podría ser más alto, más fuerte y hasta cierto punto más inteligente, pero ella era su prima mayor, no importaba que sean pocos los meses que le llevaba, ella era la mayor y debía hacerse respetar, por las buenas o las malas.

—Sasuke Uchiha, muéstrame que te ocurrió.-Mencionó entre dientes, pero tampoco recibió mucha respuesta por parte del más alto.

No esperó un segundo y tomó el brazo de Sasuke para quitarlo en un movimiento rápido. Él quiso cubrirse al instante, pero la vista de la pelirroja era más rápida que su brazo y logró ver el sello que tenía en su cuello.

—Yo estudié esto, es una marca de maldición.-Murmuró horrorizada, sentía la bilis subir por su garganta y Sakura parecía sorprendida por su reacción.

—No le digas a nadie, no es tu asunto.

—¿No es mi asunto?, Sasuke, eres mi maldita familia, ¿No puedes entender eso?.-No quería sonar desesperada, pero ella sabía que podría ocurrir gracias a esa marca maldita, Hiashi se había encargado de hacerle conocer bien sobre estas cosas.

—Si eres mi familia como dices tendrías que saber porque hago esto, no puedo permitirme ser débil, no ahora, no cuando siento que estoy cerca de lograr mi objetivo, necesito demostrarme que soy fuerte, necesito luchar con esta gente, déjame hacer esto. -Pidió mirándola a los ojos por primera vez desde que empezaron los exámenes.

Odio y dolor era lo único que podía ver en sus ojos.

—Si esto es por Itachi...

—¡No lo nombres!, Sabés que esto es por él.

—Sasuke, él también me arrebató lo que más amaba, pero no podemos dejarnos consumir por el odio y la venganza.-Intentó hacerlo entrar en razón, acercando su mano temerosa a la del mayor, pero un manotazo fue lo único que recibió.

—No hablaré más con una traidora, estoy ansioso por derrotarte Uzumaki.-Sentenció dándole la espalda, sin importarle otra cosa que podría salir de sus labios.

Y aquellas palabras fueron más que suficientes para quebrantar el corazón de Saki un poco más.

Sky eyes; Neji Hyūga. [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora