Sky eyes; Neji Hyūga. [1]

35.

-—Hogar, dulce hogar!.

Fueron las palabras que salieron de los labios de Saki cuando entró a su departamento luego de no estar allí por un tiempo largo. Podía apreciar como todo estaba en su lugar y no había nada de polvo, debía agradecer al encargado de ello.

—Maldita seas, Saki Uzumaki.-Se quejó su mejor amigo arrastrando las cosas de la pelirroja, ella no podía hacer mucho esfuerzo todavía y por eso se desquitaba con la pobre espalda de su amigo.

—Muchas maldiciones, pero poco dejar mis maletas donde debes.-Exclamó la de ojos azules con su gatito acurrucado entre sus brazos

—¡Eres una tirana!.-Volvió a exclamar dejando los bolsos en medio de la sala, Akamaru no tardó en hacerse ver desde dentro de su chaqueta, casi divertido por la situación.

—Tú te ofreciste.-Refutó la más bajita con una sonrisa burlesca.

—Porque mañana me invitaras la comida.

—¡En tus sueños!.

—¿Podrían dejar de pelear solo un minuto y ayudarme con esto?.-Preguntó una voz masculina entrando al departamento con las pertenecías que faltaban. Neji parecía irritado por los constantes juegos y peleas entre los dos chicos desde que salieron del distrito Hyuga.

Kiba terminó tomando un par de las cosas que el mayor llevaba y juntos las dejaron al lado de las cajas que anteriormente había cargado. Parecía una enorme mudanza y en realidad la Uzumaki se había quedado menos de un mes en el distrito Hyuga.

—Muchas gracias a ambos, habría tomado toda la noche traer una por una, son mis héroes.-Mencionó la pelirroja logrando avergonzando a ambos chicos que quitaron la mirada de la deslumbrante muchacha.

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—Cre-creo que debería irme, mi hermana se enojará mucho si llego tarde a la cena.-Fue lo único que se le ocurrió decir a un sonrojado Kiba que no entendía mucho su propia reacción hacia la sonrisa de su amiga.

No pasó mucho para que el castaño abandonara su hogar después de recibir un beso en la mejilla de parte de la pelirroja, luego de eso comenzó a decir incoherencias totalmente rojo y salió corriendo con Akamaru pisando sus talones.

Una risa brotó de los labios de la Uzumaki antes de girar para ver al genio Hyuga, estaba con su ceño fruncido y una mueca algo rara.

—Neji, ¿Te quedas a cenar?, Me traje unas sobras del picnic que tuve con Hina y Kiba.-Mencionó de manera casual, pero un pequeño color rojizo se extendía en sus mejillas por la invitació.

Su corazón cada día latía más fuerte por la presencia del mayor y no le gustaba mucho sentirse así,, pero era algo tan abrumador que dejaba una calidez extraña en su corazón, no se entendía.

—Lo siento, Hiashi-sama me ha invitado a cenar con él para hablar sobre unas cuestiones y debo ir.-Se explicó, nada querría más que cenar con ella, pero Hiashi estaba intentando compensar sus faltas como tío y él quería darle un oportunidad.