Sky eyes; Neji Hyūga. [1]

18.

Saki era sensible y lo sabía. Desde pequeña su padre se había burlado por su facilidad de llorar, logrando que se ponga aún peor y el pobre Hisao tuviera que tranquilizar a su hija de cualquier forma. Y cuando creció simplemente alimentó esa cualidad suya.

No era una llorona y lo sabía muy bien, pero en situaciones así simplemente quería dejar ir todos sus sentimientos por medio de sus lágrimas. Quería llorar hasta agotarse, pero no sería propio de un ninja.

Todo eso lo provocaba Sasuke en ese momento.

El estúpido de su primo menor había sido elegido para llevar a cabo la primera batalla y el muy idiota estaba luchando contra un tipo de su aldea, en otra situación estaría orgullosa por el desempeño del Uchiha, pero en ese momento tenía mucho miedo.

Sabía muy bien lo que era una marca de maldición. Quizá no conocía cuál era la procedencia del sello que tenía Sasuke en su cuello, pero había crecido rodeada de los Hyuga, si estaba segura de algo era que los sellos de maldición son extremadamente dolorosos.

No solo dolorosos, si no que una persona expuesta a un sello así podría morir si no era tratado como debía, cosa que Sasuke no hizo. Él estaba luchando con una marca recién hecha, apostando a su suerte.

—Por favor, rindete.-Murmuró cuando vió a su familiar atacar al hombre mayor con un jutsu que había copiado del compañero de Neji.

Conocía ese ataque, después de todo había visto algunos entrenamientos del equipo Gai gracias a la tutoria que le dió el genio Hyuga cuando despertó su sharingan. Y también sabía que ese movimiento podría pasarle factura al inestable cuerpo que era afectado por el sello.

Sabía muy bien que su primo no la quería cerca en esos momentos y mucho menos necesitaba regaños de su parte, pero estaba muy preocupada, maldita sea, ella realmente temía por la vida de Sasuke en ese instante.

—¡Sasuke!.-Gritó con su voz desgarrada, pero el nombrado no giró en verla, ni siquiera le importó que su prima estuviese al borde de la crisis nerviosa, él simplemente siguió con su combate.

Y triunfó, pero Saki no logró sentirse completamente bien al ver como Sasuke era consagrado el ganador del encuentro. Tampoco se sintió bien cuando se fue del lugar con Kakashi escoltandolo, pero quizá de esa manera estaba más seguro.

No entendía porque todo ese odio estaba consumiendo al Uchiha.

—Saki, deberías preocuparte menos por el Uchiha y más por tu propio bien.-Le advirtió su compañero recibiendo un ladrido por parte de Akamaru que parecía algo preocupado.

Suspiró antes de girar y ver su nombre en el gran marcador, pero el color volvió a su rostro cuando pudo ver que el nombre que estaba allí no era el de ese ninja del desierto. No sabía quién era el tal "Zaku Abumi", pero ella no era un hueso duro de roer.

Se intentó quitar toda la preocupación que tenía encima, pero sobre todo eliminó a Sasuke Uchiha de sus prioridades. Lo único que debía importarle era ganar contra ese ninja que no conocía y luego darle su merecido a Sasuke en la siguiente ronda.

Bajó hacia la arena de batalla de un salto lleno de gracia y le lanzó una sonrisa a sus compañeros, necesitaba tener confianza en sí misma y ellos parecían sus fans número uno. Aquello alimentaba su ego.

—¡Tú puedes, Saki!.-Exclamó Kiba siendo secundado por el pequeño can que no dejaba de ladrar entusiasmado.

Sonrió de oreja a oreja al ver como el chico con el que tenia que luchar estaba lastimado en sus brazos. Quizá sería más fácil de lo que parecía.

—¿Una niñita?¿Es un chiste?.-Se mufó el ninja de la aldea del sonido.

—¿Un manco?¿Es un chiste?.-Contestó de la misma forma, logrando que la cólera se hiciera cargo del ninja mayor.

—No sabés con quién te metes, niñita.-Dijo entre dientes Zaku, para luego quitar sus brazos del vendaje improvisado, listo para luchar con la pelirroja.

Luego de exclamar aquéllo se lanzó a atacarla, pero ella fue mucho más rápida.

—¡Sharingan!.-Exclamó activando su línea sucesoria, en ese instante entendió como atacaba, ya que lo podía ver bastante claro con sus ojos heredados de su padre. Ese chico acumulaba chacra en sus brazos y ella sabía muy bien como ganarle a aquello.

—¡Zankūha!.-Exclamó su contrincante, activando su jutsu, intentando darle a la menuda pelirroja que no paraba de moverse ni un segundo.

Pero los ojos de Saki eran un poco más rápidos que sus movimientos y logró saltar un segundo antes que le hubiera dado de lleno. Sonrió cuando vió que el más alto no podía mover demasiado sus brazos, después de todo estaba muy herido por la prueba anterior. Al ver que estaba en gran ventaja quiso probar su último jutsu adquirido.

—¡Katon: Gōkakyū no jutsu!.-Exclamó después de hacer los sellos necesarios. No pasó mucho antes de vislumbrar como una gran bola de fuego parecía casi salir de su boca e ir directamente hacia el ninja del sonido.

Un murmullo general pareció sonar entre los Jounin, asombrados por la técnica que una Genin como Saki era capaz de hacer. No, no solo eso, no podría ser solo aquello, la sorpresa en todos los presentes recaía en el apellido de la niña y quiénes eran sus padres.

Ese jutsu era de naturaleza Uchiha, eran muy pocos los que lograban perfeccionarlo sin ser parte de ese clan. Y si, Saki podía tener el Sharingan, también tener un padre Uchiha, pero no era pura, su sangre no era 100% Uchiha y eso era lo que shockeaba a la mayoría.

—¡Lo hice!.-Exclamó la niña Uzumaki al ver como su contrincante estaba noqueado, con un humo casi palpable brotando de sus brazos, los cuales casi se habían calcinado por las fuertes llamas de la pequeña.

Pudo ver como Kiba le comenzaba a gritar lleno de alegría, también como Hinata le sonreía de oreja a oreja y  como Lee, el compañero de Neji, le decía algo sobre la juventud, lo cuál respondió con una sonrisa de oreja a oreja, contenta de tanto entusiasmo.

Pero su sonrisa se borró al instante, ya que no podía escucharlos.

—Creo que si me dió al final...

Fue lo último que dijo antes de colapsar y ver únicamente negro.