37.

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Saki no logró concentrarse en lo que restó del día

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Saki no logró concentrarse en lo que restó del día.

Estuvo todo el día dándole vueltas al asunto de Sasuke y eso provocaba que no solo su cabeza doliese, si no que sentía un malestar continuo en su corazón. Hinata intentaba distraerla con una pequeña pijamada en su propio departamento, pero ni siquiera una noche de chicas con su niña podría quitarle todo el dolor.

—Hina, ¿Tú crees que volverá?.-Preguntó mordisqueando su labio, la menor solo pudo suspirar mientras acariciaba al pequeño gatito de su mejor amiga.

—Uchiha-san te quiere mucho, estoy segura que volverá.-Le contestó sentándose junto a ella en la enorme cama, después de todo Tsunade había ordenado que esté en reposo todo el día por si acaso.

—Siento como si estuviera apunto de quedarme sola otra vez.

—Yo nunca te dejaré sola.-Refutó la de ojos perla, entrelazando su pequeña mano con la de la mayor, una pequeña sonrisa brotó de los labios de la Uzumaki, disfrutando el contacto.

—Lo sé, me refiero a mi familia biológica, una vez más está apunto de desparecer frente a mis ojos y no puedo hacer nada por evitarlo.

—No debes preocuparte, Neji-nissan fue a recuperarlo, él haría cualquier cosa por ti.-Ante la afirmación de la más alta no pudo evitar sonrojarse de pies a cabeza, que Hinata lo dijera provocaba sentimientos extraños en su pecho.

Cuando estuvo apunto de contestarle se empezaron a escuchar golpeteos desde su puerta. La perfecta excusa para salir de la situación donde Hinata la había puesto.

—¡Ya voy!.-Exclamó la pelirroja saliendo de su cama rápidamente.

Su pie ya no dolía y por esa razón pudo correr hasta la puerta de su departamento, pero no se alegró al ver quien estaba detrás de esta. Frunció el ceño y maldijo al no tener ningún kunai cerca, lo necesitaría.

—Hey, tranquila, niñita, vinimos en paz.-Exclamó una voz que conocía muy bien, después de todo había sido el responsable del estado en el que se encontraba en esos momentos.

—¿Qué hacen aquí los ninjas de Sunagakure?.-Preguntó sintiendo la presencia de Hinata detrás de ella, algo preocupada y un poco asustada por la presencia de los tres ninjas.

—Traje el antídoto del veneno de mi Cuervo, me sorprende que no hayas muerto, tus pulmones son fuertes, niña.-Se burló el marionetista, consiguendo una mirada aún más hostil por parte de la más bajita.

—Kankuro, te recuerdo que ella te trapeó el suelo contigo.-Comentó la única mujer del equipo, ante esa afirmativa su hermano menor solo pudo maldecir en voz baja.

—Estamos en paz con Konoha, y también queremos estar en paz contigo, la Hokage dijo que el veneno sigue en tus pulmones y eso es muy peligroso.-Comentó el menor de los tres hermanos con un tono algo plano, pero su mirada había cambiado desde la última vez que Saki no vió.

Sky eyes; Neji Hyūga. [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora