Saki estaba demasiado conmocionada para cuando Hiashi volvió a la habitación. El encuentro con Neji la había alterado muchísimo, desde los gritos que compartieron hasta el beso sin sentido que el mayor le había dado.
—Escuché los gritos.-Declaró su padrino sentándose frente a ella, no la miró siquiera, simplemente le extendió el gigantesco pergamino en un gesto lento.
—Era Neji.-Comentó tomando el pergamino con las manos temblorosas.
—Lo sé y déjame decirte que no podrás odiarlo por siempre.
—No lo odio, solo no lo he perdonado.-Explicó a la par que levantaba su mirada para enfrentarla con la blancusca del hombre que la había cuidado como si fuera su propia sangre o quizá más.
—Eres demasiado extremista cuando se trata de Hinata, Saki, esto no te hará bien, mucho menos a ella.-Le murmuró en un tono bastante suave, no quería que su ahijada se altere y no hablara más del tema.
—Lo sé, padrino, pero no es algo que pueda resolver de un día para el otro, ¿Sabe?, perdí mucho, no quiero perderla a ella también, y discúlpeme, pero no quiero hablar más de esto.-Sentenció dando por terminada la pequeña charla, la más profunda que había tenido con su padrino en todos los años que llevaba en su vida.
—El pergamino es un contrato.-Cambió rotundamente de tema, el patriarca Hyuga sabía cuando debía dejar de presionarla para obtener lo que él deseaba y ese era el momento exacto donde debía dejar el tema de la Hinata a un lado.
—¿Un contrato?.
—No estoy muy familiarizado con el tema, pero para invocar animales debes hacer un contrato de sangre con ellos, este pergamino perteneció a tu padre y antes de ello a tu abuelo, así por generaciones, son cuervos Uchiha, ¿Crees estar lista para hacerlo?.-Preguntó abriendo el pergamino sobre la mesa.
Saki casi llora como una niña pequeña cuando vió el interior del pergamino. Eran las firmas con sangre de aquellos que ya habían hecho el trato con estos cuervos y la última la reconocía perfectamente.
Su padre fue el último en firmar ese pergamino antes que ella.
En ese momento una nueva llama de entusiasmo creció en la pequeña pelirroja. Debía hacer esto bien para hacer sentir orgulloso a su padre, debía hacerlo. Mordió su dedo rápidamente y de este comenzó a brotar sangre, la suficiente para que firmara con su nombre.
"Saki Uchiha Uzumaki" Fue lo que escribió en el pergamino justo antes de colocar las huellas de sus cinco dedos al final con ayuda de la sangre que brotaba de su dedo pulgar.
—¿Ya está?.-Preguntó dejando su dedo dentro de su boca para parar el sangrado que se había provocado.
—Mañana cuando veas a Kurenai seguirás con esto, hoy puedes descansar por el resto del día.-Declaró el mayor cerrando el pergamino en un solo movimiento.
—¡Pero padrino!.
—Te he dicho que no seguiremos por hoy, Hinata sale del hospital esta tarde y no quiero que se vean hasta terminar con tu entrenamiento, ¿Contenta?.
—Pero... No puede hacer eso.
—Saki, nunca te he exigido nada, nunca, y siempre logras darme resultados excepcionales, pero te estás echando a perder por seguir a tu corazón en vez de a tu cabeza, no puedo dejar que veas a Hinata cuando es su presencia la que te vuelve débil.-Sentenció el mayor dándole una mirada llena de seriedad.
—Ella no tiene la culpa de nada.-Defendió como pudo, sabía que lo que decía Hiashi era cierto, pero no podía dejar que toda la responsabilidad cayera en su mejor amiga.
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Sky eyes; Neji Hyūga. [1]
FanfictionEsa chica de brillante mirada cielo podía conquistar a cualquiera con sólo un pestañeo, y Neji Hyuga no era una excepción, ese chico de mirada aperlada era un genio, sin dudar, pero no lo suficiente como para saber como enamorarla y a Saki Uchiha Uz...