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Saki no se había movido del hospital desde que llegó a la aldea

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Saki no se había movido del hospital desde que llegó a la aldea.

Estaba muy consciente que Naruto seguía allá afuera, intentando rescatar a su primo, pero no podía hacer nada más que velar por la seguridad de ambos y esperar que Sasuke volviera a sus brazos.

Intentó no pensar más en ello, puesto que Neji estaba detrás de esa puerta que no dejaba de mirar desde hace unas tres horas aproximadamente. Estaban en medio de una operación y no podría sentirse más ansiosa.

Llegó a la sala de espera tan pronto como supo que Kiba estaba fuera de peligro, y no se separó de la silla en todo ese tiempo. Su corazón se sentía pesado con cada segundo que pasaba y el marionetista frente a ella no dejaba de ponerla aún más de los nervios. No esos nervios que las sonrisas de Neji provocaban en su estómago, si no unos nervios donde creía que sí el castaño no se callaba él terminaría en terapia intensiva.

—Te aviso que aunque sigas mirando la puerta tu noviecito no saldrá más rápido.-Picó el ninja de Suna, provocando que un bufido saliera de sus labios.

—No sé que más hacer, siento que todo es mi culpa.-Soltó mordisqueando su labio sin levantar la mirada de sus manos, escuchó como el contrario suspiraba aparatosamente.

—No es tu culpa, niña, no sé que pasa por tu mente, pero quítate esas estupideces de tu cabeza.-Soltó el más alto, esas palabras solo provocaron un dolor más fuerte en el corazón de la pelirroja, el chico que estuvo por asesinarla ahora debía consolarla para que no rompiera a llorar como un bebé.

No pasó mucho tiempo para que una cansada Shizune saliera de la sala de operaciones. Saki no dudó en ir corriendo hasta la de cabellos azabaches, su mirada era desesperada y estaba segura que sólo estaba en pie por pura voluntad propia.

—Shizune-san, ¿Neji está bien?.-Preguntó tomando las prendas de la mayor entre sus manos, Shizune posó su mano sobre la cabeza anaranjada y despeinó un poco los largos cabellos con una sonrisa cansada.

—La operación ha sido todo un éxito.-Declaró la asistente de Tsunade antes de sentir como la menor caía de rodillas en el suelo, Shizune se asustó al verla caer de esa manera.

—Le agradezco tanto.-Mencionó con la voz quebradiza, parecía forzarse para no romper a llorar y la mayor entendió eso, por ello dejó una rápida caricia en sus cabellos antes de ayudarla a levantarse.

—Creo que debes ir a descansar, yo tengo que avisarle a Tsunade que todo salió bien, mañana podrás ver a Neji, ahora mismo está recuperándose.-Le explicó la ninja médico, a lo que la Uzumaki asintió torpemente, viendo como la mayor desaparecía por uno de los pasillos del hospital.

El corazón de la pobre pelirroja latía demasiado rápido dentro de su pecho, estaba tan feliz por el éxito en la operación de Neji, pero al mismo tiempo sentía que si ella hubiera retenido a Sasuke todo sería mucho mejor.

—Creo que esa es mi señal para retirarme.-Declaró el marionetista luego de un rato, giró, dispuesto a perderse entre los pasillos, pero unas palabras por parte de la pequeña pelirroja fue lo que lo hizo parar.

—Gracias por rescatar a Kiba y gracias por ayudar.-Soltó recibiendo simplemente un asentimiento y un saludo con la mano derecha, sin siquiera girarse a mirarla.

Como odiaba a ese chico.

Su corazón se rompió cuándo Tsunade le informó del desenlace de la misión

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Su corazón se rompió cuándo Tsunade le informó del desenlace de la misión.

Ella, tan llena de esperanza y entusiasmo, sintió como si una tristeza aplastante se fundira en su cuerpo. Quería llorar y encerrarse en su habitación hasta que Sasuke volviese a sus brazos, pero no podía hacerlo, no cuándo la nueva Hokage la miraba a los ojos, no cuándo estaba apunto de entrar a la habitación de hospital de Naruto, no cuándo ella debía ser fuerte.

Simplemente había salido una hora para buscar algún bocadillo para Kiba que no dejaba de quejarse de la comida del hospital y cuando volvió le habían informado esa horrible noticia.

—Naruto no necesita más presión ahora mismo, necesita descansar y no pensar en el asunto de Sasuke, lo siento, Saki, pero debes actuar normal, y Saki, luego necesito hablar contigo en mi oficina, es algo importante.-Le pidió la rubia, a lo que ella simplemente asintió sin decir mucho más, no podía.

Suspiró antes de girarse y dar unos pequeños golpes en la madera. Escuchó la voz del rubio exclamar una afirmativa y simplemente entró. Esperó ver a Naruto decaído y con una mirada triste, pero solo se encontró con una sonrisa tranquila y algo dolida.

—Saki, lo siento, no pude traerlo, te fallé.-Soltó el Uzumaki rascando su cabeza, pero con una sonrisa que fue como un bálsamo para todas las heridas abiertas que tenía la más baja.

—Naruto...-Fue lo único que brotó de sus labios, torpemente fue hasta el más alto y solo pudo lanzarse a sus brazos, aferrándose con vehemencia a su espalda, recibiendo un quejido de dolor por parte de Naruto.

—Lo siento, en serio, juro que volveré a buscarlo, que lo encontraré y te lo traeré de las orejas de ser necesario.

—No digas estupideces, debes descansar, luego nos preocuparemos por Sasuke, olvida este asunto.-Le respondió sin dejar de abrazarlo, solo se separó cuando escuchó otro quejido proveniente del Uzumaki.

Pero Saki no sabía si podría preocuparse por Sasuke. Él se fue, la había dejado sola y no había sido capaz de volver ni aunque Naruto fue a buscarlo, no solo eso, Neji, Choji y Kiba estuvieron apunto de morir por culpa de sus caprichos de venganzas sin sentido.

Después de tanto intentar alejarlo de la oscuridad no lo logró, fue una inútil que ni siquiera pudo mantener a su primo a su lado. No sabía que pesaba más en su corazón, si la culpa que sentía o la furia que le provocaban todas las acciones de su familiar.

—Solo olvídalo...

Eso haría ella.

Eso haría ella

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Sky eyes; Neji Hyūga. [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora