Sky eyes; Neji Hyūga. [1]

28.

No había pegado un ojo en toda la noche.

Pensamientos sin sentido batallaron en su cabeza durante toda la madrugada, pensamientos sobre Neji, sobre Sasuke, sobre Hinata, sobre su futuro contrincante, sobre todo lo que le generaba problemas en su cabeza. Y cuando se quiso dar cuenta ya era hora de levantarse.

El pequeño Yumi ya estaba rasguñando su estómago para que se espabilara y le diera de comer. Suspiró sacándolo de encima con ternura, después de un mes de convivir con el animalito se había encariñado bastante.

Le dejó la comida al gatito y luego salió corriendo al baño para darse una ducha rápida, no tardó mucho, simplemente se quitó la suciedad que había adquirido del día anterior y lavó su cabello con un poco más de esmero.

Salió del baño luego de lavarse los dientes y secó su cuerpo mientras pensaba en todas aquellas cosas que le seguían dando vueltas en su cabeza, sin duda necesitaba tranquilizarse 0 todo le saldría mal.

Suspiró al ver la ropa sobre su cama, tuvo que cambiar su vestimenta de pelea gracias a un pequeño incidente con su otro cambio y ahora tenía sus dudas de haberle dejado de elegir el vestuario a Ino y Sakura, pero ya no podía dudar más.

Se colocó la camiseta negra de cuello alto después de ponerse la ropa interior y los shorts ninjas totalmente negros. Su pecho se llenó de orgullo al ver la chaqueta roja, en la espalda se podían ver claramente los símbolos de ambos clanes a los que pertenecía, uno junto a otro.

—Fue una buena idea.-Murmuró viendo como hasta en el costado de las mangas tenían bordados los mismos símbolos.

Desde es día el secreto a voces de su sangre Uchiha terminaría para siempre y se mostraría como la última mujer Uchiha viva en todo el mundo, alzaria su mentón en alto y no le importaría nada de lo que le dijeran.

Por fin le daría honor a los dos clanes extintos de donde venía.

Con una sonrisa de oreja a oreja y lista con sus pergaminos, sus armamentos ninjas bien guardados, las vendas atadas de manera correcta y su banda brillando en su cuello se volvió a dar ánimos a sí misma.

—Bueno, mi niño, mamá debe irse a un evento importante, cuídate, ¿Si?.-Le exclamó al pequeño gato que seguía comiendo bastante concentrado.

Rió un poco mientras salía por la puerta e infló su pecho lleno de entusiasmo.

—¡Hoy haré historia!.